Las vacunas no llegan: todos hablan, pocos piensan, nadie escucha
Eduardo Camín|
Los jefes del Fondo Monetario Internacional, el Grupo Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio se reunieron el 30 de octubre con los países del G20 en Roma, con el objetivo de debatir sobre las estrategias para acelerar el suministro y el despliegue de vacunas contra la Covid-19, en particular en los países de ingreso bajo y mediano bajo.
El objetivo de la reunión de Kristalina Georgieva (FMI), David Malpass (Banco Mundial), Tedros Adhanom Ghebreyesus (OMS) y Ngozi Okonjo-Iweala (OMC) fue determinar cómo garantizar una distribución más equitativa de las vacunas y todos se comprometieron –otra vez- a seguir trabajando juntos para obtener una mayor claridad sobre las donaciones, los intercambios de vacunas y los calendarios de entrega, de modo que la distribución de las vacunas que salvan vidas pueda dirigirse de manera más eficaz a los países más necesitados.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que el mundo se enfrentaba a un «fracaso moral catastrófico» debido a las políticas desiguales de vacunación contra el covid-19. Principio del formularioEl despliegue mundial de las vacunas contra la COVID-19 está, sin dudas, muy desviado, lo que resulta en una fuerte divergencia entre los países ricos y pobres.
De los 7.000 millones de dosis de vacunas administradas a nivel mundial, solo 35 millones de dosis, o el 0,5%, se han administrado en países de bajos ingresos. En las economías avanzadas, más del 60% de la población está completamente vacunada, y algunos ahora reciben vacunas de refuerzo, mientras que menos del 2% de la población en los países de bajos ingresos está completamente vacunada.
La pandemia sigue siendo el mayor riesgo para la salud económica, y su impacto se ve agravado por el acceso desigual a vacunas, pruebas, tratamientos. No se alcanzarán los objetivos globales de vacunar al menos al 40% de las personas en todos los países para fines de 2021, y el 70% para mediados de 2022. Pero unos 82 países, la mitad de los cuales están en África, no están en camino de cumplir el objetivo de 2021.
El suministro inadecuado de vacunas es el principal problema para estos países, que se encuentran en la parte posterior de la cola de suministro de vacunas. Es necesario administrar casi 500 millones de dosis más solo en los países de bajos ingresos antes de fin de año para alcanzar el objetivo del 40%, lo que ya parece imposible.
La reunión del Grupo de Trabajo de Lideres Multilaterales sobre Covid-19 se basó en el trabajo técnico realizado por equipos multidisciplinarios durante los meses de septiembre y octubre. Durante las consultas, examinaron la mejor manera de abordar los cuellos de botella relacionados con el comercio; cómo mejorar el proceso de donación; qué medidas adicionales se necesitan para alcanzar el objetivo de vacunación del 40% de las personas en todos los países para finales de año.
Y también cómo mejorar la transparencia y el intercambio de datos con el Panel de Pronósticos de Suministro de Vacunas FMI-OMS y el Grupo de Trabajo de Líderes Multilaterales, lo que requiere una estrecha colaboración entre los fabricantes, los gobiernos y Covax para mejorar la visibilidad de los calendarios de entrega, especialmente para las dosis donadas.
También se discutieron las perspectivas para 2022, centrándose en la diversificación de la fabricación en todas las regiones, así como en el fortalecimiento de la colaboración para lograr el objetivo mundial de vacunar al 70% de las poblaciones de todos los países para mediados de año.
El grupo reconoció el progreso en la diversificación de la manufactura, con nuevas asociaciones en múltiples regiones de países en desarrollo, y destacó la necesidad de continuar fortaleciendo dicha colaboración en la fabricación.
Los jefes de las organizaciones alentaron a todos los gobiernos del G20 a unirse al esfuerzo para cumplir con el objetivo de vacunación del 40% para fines de 2021 al permitir a los fabricantes priorizar los contratos Covax y African Vaccine Acquisition Trust (AVAT); racionalizar las donaciones a Covax y prometer más dosis; explorar las posibilidades de intercambios efectivos de vacunas con Covax y el AVAT; y la eliminación de las restricciones a la exportación de vacunas y sus insumos.
Para poner fin a la pandemia y para una recuperación de base amplia, el G20 necesita:
- Acelerar las donaciones de dosis existentes a Covax, comprometer otras nuevas y proporcionar una mayor visibilidad sobre los cronogramas de entrega;
- Ejecutar grandes intercambios de cronogramas de entrega a corto plazo con AVAT, Covax y contratos bilaterales mucho antes de que expiren las dosis (como el reciente anuncio entre Moderna, la Unión Africana y los Estados Unidos de poner las dosis a disposición de África);
- Eliminar las restricciones a la exportación de vacunas e insumos críticos; y
- Acordar balances políticos regulares de alto nivel para construir una rendición de cuentas colectiva para poner fin a la pandemia.
Al mismo tiempo, los países deben estar listos y ser capaces de desplegar vacunas cuando lleguen. Los datos publicados en el sitio web del Equipo de Tareas muestran muchos ejemplos de países de ingresos bajos y medianos bajos que están administrando dosis de manera efectiva.
El comercio desempeña un papel esencial para garantizar la ampliación de la producción de vacunas y el acceso a bienes e insumos críticos relacionados con la salud. Por eso se continúa trabajando con los países para abordar las barreras financieras, comerciales y regulatorias que plantean limitaciones al suministro y la entrega equitativa de vacunas.
Se espera que en la 12ª Conferencia Ministerial de la OMC, a finales de noviembre, se vele para que el sistema multilateral de comercio apoye plenamente los esfuerzos por hacer frente a las pandemias actuales y futuras.
Se necesita una acción urgente ya, especialmente por parte del G20. Una falta de acción podría significar que COVID-19 tendrá un impacto prolongado en el mediano plazo, lo que podría reducir el PIB mundial en un acumulado de 5.3 billones de dólares en los próximos cinco años y conducir a cinco millones de vidas adicionales perdidas.
El multilateralismo desequilibrado y las (in)justicias neoliberales
La OMC colabora con varias otras organizaciones gubernamentales internacionales bajo la enseña de la “coherencia”, un término acuñado por los Ministros del organismo en Marrakech en abril de 1994, por lo tanto nada nuevo bajo sol de las “injusticias”. Pero queremos creer que este podría ser un ejemplo mínimo y clarísimode lo que entendemos por “justicia social” , aquella que corrige o ratifica una situación social que envuelve un injusticia previa que, si se mantuviera invalidaría las conductas justas, los actos individuales de justicia. Así formuladas las cosas, la pretensión de justicia social es inobjetable. Ahora bien,
La coherencia en la formulación de políticas económicas a nivel mundial va mucho más allá de los acuerdos de cooperación formales y específicos de la OMC con el FMI, el BM y la OMS. En efecto, es un hecho reconocido que el sistema de la OMC no es más que una parte de un conjunto mucho más amplio de derechos y obligaciones internacionales que vinculan a los miembros de la OMC. No obstante, debemos constatar que el multilateralismo desequilibrado de la OMC y la estrategia de acuerdos bilaterales de los países desarrollados, fracasa de forma permanente.
Si aceptamos como punto de partida que el comercio puede convertirse en una herramienta fundamental para el desarrollo de los países empobrecidos, debemos igualmente estar en capacidad de evaluar algunas de las razones por las cuales la agenda de liberalización comercial agresiva de la actualidad, no es una agenda para el desarrollo sostenible, ni ayuda a reducir los problemas de pobreza … ni menos aún de salud pública .
Quienes entendemos que efectivamente el comercio es importante para el desarrollo, también entendemos que no es cualquier tipo de comercio, ni para cualquier tipo de desarrollo. Debemos considerar que el actual sistema multilateral es profundamente desigual y desequilibrado, y que los acuerdos bilaterales actuales no son una respuesta frente a este problema, sino una consecuencia derivada de esta estructura de relaciones internacionales.
Lo que apreciamos es la constatación de la crisis general del sistema de comercio basado en estrategias de liberalización agresiva (libre comercio) que frenaron y desnudaron las verdaderas intenciones de los países desarrollados en las negociaciones multilaterales y que han terminado por construir un complejo laberinto de acuerdos bilaterales, tanto en el plano comercial como en el de las inversiones.
El temor es que esta pasión moralizante, que estos ejercicios dialecticos frente a necesidades reales de millones de seres humanos nos sea más que un lavado de cara del gran desequilibrio ocasionados por las prácticas neoliberales. Un sistema de comercio, que no tenga la justicia y la vida digna de los seres humanos y de la naturaleza como derecho imperativo general [ius cogens]), no está a la altura de las necesidades de los países empobrecidos.
Algunas estrategias solo contribuyen a perpetuar las condiciones desiguales que nos tienen en la crisis actual. Algunas personas y grupos a nivel internacional defienden una reforma de la OMC, al sostener que es el instrumento multilateral con que contamos. Es un error pensar que es posible, con algunas reformas de democratización y transparencia, modificar la estructura de una institución que fue creada para lo que está haciendo: la liberalización agresiva del comercio y los servicios.
Lo que se debe hacer es cambiar de enfoque y apoyar una transformación más profunda de las estructuras internacionales en materia de economía y comercio. Si el foco central de nuestra estrategia está en reducir las desigualdades y sobre todo la pobreza, hay que se centrarse más en los problemas y las soluciones para los países más empobrecidos. El sistema de comercio internacional debiera orientarse sobre todo en función de estas urgencias y no de los intereses de los países desarrollados, dueños bochornosos de sus patentes.
*Periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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