Primer tele-diálogo de Fernández y Bolsonaro, con el Mercosur como tema
Rubén Armendáriz|
Por primera vez desde que asumió la presidencia, hace casi un año, el presidente argentino Alberto Fernández habló -mediante una videoconferencia- con su par brasileño Jair Bolsonaro, para destacar públicamente el rol del Mercado Común del Sur (Mercosur), que ambos integran con Uruguay y Paraguay, como herramienta de integración.
El diálogo virtual de unos 40 minutos se produjo en el marco de la celebración del Día de la Amistad Argentino-Brasileña, que recuerda el encuentro que hace 35 años mantuvieron los ex mandatarios Raúl Alfonsín y José Sarney en la localidad brasileña de Foz de Iguazú, reunión en la que comenzó a gestarse la posterior creación del Mercosur.
La reunión sorprendió a los analistas argentinos, ya que se da en el mismo momento en que las urnas dejaron de serle favorable a Bolsonaro y crecen cada vez más las críticas por sus expresiones racistas, homofóbicas, misóginas, xenófobas y represoras. El gobierno argentino entendió que debe estrechar vínculos con quien insultó y ninguneó a Fernández, que ahora parece haber perdido la memoria.
“Celebro este encuentro para darle al Mercosur el impulso que está necesitando, y es imperioso que Brasil y Argentina lo hagan juntos”, dijo Fernández, quien pidió superar “las diferencias del pasado y encarar el futuro con las herramientas que funcionen bien” para “potenciar todos los puntos de acuerdo”.
Lacalle, el paso previo
Un asado de camaradería”: Así calificó el canciller uruguayo Francisco Bustillo el encuentro que en la tarde de este jueves
Dos semanas atrás, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou agasajó con un asado de camaradería a su par argentino, Alberto Fernández, en la primera reunión personal entre ambos desde que el derechista uruguayo asumió la presidencia, hace ocho meses.
Sin duda, hay muchas diferencias ideológicas y políticas entre ambos presidentes, que gobiernan países vecinos con relaciones bilaterales inevitablemente intensas. Ambos presidentes tienen perspectivas diferentes del mundo: el argentino se dice progresista y se siente cómodo en el Frente Amplio, mientras que su colega uruguayo ocupa un lugar protagónico en la derecha de América Latina, cerca de Bolsonaro.
Cabe recordar que Donald Trump y su agenda regional, la situación en Venezuela, la crisis institucional en Bolivia, el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la elección de Mauricio Claver como titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), terminaron por abrir una grieta diplomática entre los mandatarios de la región.
Ésta amenazaba ampliarse entre las dos naciones rioplatenses, ante la insistencia de Uruguay –en especial de su canciller Francisco Bustillo, ex embajador en Argentina y en España- de aceptar las condiciones europeas para un tratado de libre comercio Uruguay-UE. Fernández y Lacalle asumieron que esa distancia en la relación bilateral le quitaba peso geopolítico a la Argentina, Uruguay y el Mercosur, explican los analistas.
Bustillo, quien aparece como el articulador de este intento de motorizar al alicaído Mercosur, comentó que Lacalle y Fernández hicieron un repaso de la situación del Mercosur, con su acuerdo comercial con la Unión Europea en el limbo, y las relaciones con Estados Unidos y con China.
En la reunión, Lacalle puso como una prioridad la apertura con otros países, punto en el que coincide con Jair Bolsonaro, quien se llevó más de un tramo del encuentro en Colonia. También hablaron de la navegabilidad de los ríos Uruguay y Paraná, que figuran siempre dentro de las preocupaciones uruguayas en la relación bilateral.
Lacalle y Fernández coincidieron en la necesidad de fortalecer la unidad regional a través de organismos como la Comunidad de Estados de América Latina y El Caribe (Celac), pero no hablaron de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) que Fernández quiere relanzar, especialmente luego del triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia y el que se espera del correísmo en febrero en Ecuador.
Finalmente, Bustillo logró acercar a Fernández y Bolsonaro, señala desde Montevideo, el analista Luvis Pareja
Bolsonaro y Fernández, virtualmente
Esta primera conversación entre los presidentes de los dos grandes países del Mercosur se dilató en el tiempo porque Bolsonaro no quería hablar directamente con Fernández. En las últimas elecciones argentinas, el ultraderechista brasileño jugó sus cartas por el partido derechista del expresidente Mauricio Macri y durante este año criticó el combate argentino a la pandemia del Covid-19.
Los diplomáticos brasileños y argentinos preparaban desde hace un tiempo esta conversación ineludible, ya que Brasil es el principal socio comercial de Argentina y Argentina es el principal socio comercial brasileño en América Latina.
En el encuentro, que duró poco más de 40 minutos, Fernández estuvo acompañado por su canciller, Felipe Solá, y por el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, en tanto que Bolsonaro habló junto a su ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Flávio Viana Rocha.
Bolsonaro destacó al Mercosur como el “principal pilar de integración”, al tiempo que pidió generar “mecanismos más ágiles y menos burocráticos” en el marco del organismo regional. También manifestó su voluntad de avanzar en áreas de interés común, “en especial, en el ámbito del turismo” pero también en el sector de la “industria de la defensa” y la “lucha contra el narcotráfico”.
Agregó Bolsonaro: “Nuestras fuerzas armadas tienen una excelente integración. Fortaleceremos nuestra integración en las industrias de la defensa y avanzaremos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen trasnacional”.
Por otra parte, destacó la importancia de reducir el arancel común de exportación, conocido en portugués por la sigla TEC (Tarifa Externa Común), y manifestó su interés en ampliar los acuerdos comerciales del bloque regional, pero en estos temas ambos gobiernos van en direcciones opuestas.
Argentina se resiste a bajar la tasa del TEC, que es el impuesto que se les cobra a los productos que ingresan en los países del bloque desde otras naciones. Sostiene que esa rebaja afectaría directamente a su industria argentina, y por esa misma razón no está interesada en firmar tratados comerciales con otros países por intermedio del Mercosur.
De todas maneras, el TEC es un impuesto común a todos los países que integran el Mercosur, por lo que su eventual modificación debe contar con la anuencia de los cuatros socios plenos del bloque.
Por su parte, Fernández indicó que se sigue “avanzando en materia de seguridad y fuerzas armadas, y tenemos que trabajar juntos en el tema ambiental, que es un asunto que nos preocupa mucho. Debemos hacer un acuerdo de preservación”. Y añadió que hay oportunidades en el desarrollo para proveer de gas a Argentina y a Brasil
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)