Argentina: La Nueva Ruralidad 4.0, bioindustrializada y biodigitalizada
Maria Rizzo y Matias Strasorier|
La digitalización de muchas de las actividades productivas, trastocó el “tiempo”, haciendo que las horas de trabajo se reduzcan a minutos y las distancias pasen desde la cama a la sala.La unión de lo real, lo virtual y lo biológico se materializa en el sector agroalimentario en nuevas herramientas que no dejan de sorprendernos.
Cada día, asoma un nuevo avance de la industria del conocimiento, donde pareciera superarse las falsas dicotomías, que muchas veces nos entrampan en no discutir las cuestiones de fondo. Pero, así mismo, cada avance también nos acerca a la oportunidad de construir un nuevo modelo productivo más inclusivo, diversificado, igualitario, sustentable, soberano, independiente y competitivo globalmente.
Proyectos contrapuestos.
En Argentina, la disputa de “las dos rutas de Mayo” sigue vigente. Una, la ruta de Moreno, San Martín, Artigas, Manuel Belgrano, Rosas, basado en la igualdad social, la distribución de las riquezas, un Estado fuerte e inteligente garante y promotor del desarrollo económico nacional.
La otra, la de Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, entre otros, defensores del libre mercado, la concentración de tierras, el control de los puertos y el elitismo social.
En la primera se encuentran contenidos quienes trabajan y producen, tanto en el ámbito urbano como rural, dentro de un proyecto nacional y latinoamericanista. En la segunda están la oligarquía terrateniente, el sector especulativo financiero y la burguesía exportadora de materias primas.
Sobre la antinómica falacia de la incompatibilidad entre la industria y el agro, el colonialismo portuario, impulsó (muchas veces a base de la fuerza coercitiva) las actividades productoras de materias primas requeridas por Europa, para el desarrollo de su industria y la alimentación de su fuerza de trabajo, provocando la destrucción de las economías provinciales y promoviendo “la Argentina como granero/supermercado del mundo”.
Éxito o fracaso de un modelo pampeano para el exterior
El éxito de la región central radica en la explotación de los recursos naturales extraordinarios de la biosfera y la biodiversidad que le da un “plus” a la pampa húmeda, sin importar la contaminación ni el impacto ambiental generado, utilizando conocimiento de punta y aprovechando la proximidad a los puertos, con el solo fin de extraer, apropiarse y acumular la mayor cantidad de riquezas posibles en pocas manos.
El desarrollo de este polo agroindustrial de alta competitividad, no ha logrado reducir las desigualdades sociales, ni el desarraigo, ni la dependencia económica, ni la pobreza, ni el hambre, entre otros flagelos. Así lo demuestran los indicadores de pobreza de la Universidad Católica Argentina o la disminución del número de productores según el Censo Nacional Agropecuario de 2018.
El modelo que ubica a la Argentina entre los principales países exportadores de cereales y oleaginosas, harinas, aceites, biodiesel, carnes, etc.; es también un modelo que produce alimentos caros para las y los argentinos, mientras excluye y desplaza al campesinado, las y los agricultores familiares y los pueblos originarios.
Un modelo en el que se funden cooperativas, y PyMEs agropecuarias, como así también las y los pequeños y medianos productores, en el que resulta “normal” el trabajo infantil, la servidumbre y la trata de personas. Un modelo cuya normalidad son campos despoblados, engrosando las ciudades con hambre y pobreza.
La oportunidad de dar el salto.
La oportunidad de replanificar el modelo agroalimentario argentino aparece en el horizonte, siempre que tengamos la capacidad de mirar más allá de la polvareda que levantó la pandemia, de lograr una “visión” que supere la coyuntura y que nos lleve a anticiparnos a posibles escenarios futuros.
Este mundo en crisis necesita producir alimentos, al mismo tiempo que debe proteger y recuperar la biosfera y su biodiversidad, por lo que resulta fundamental el rol de la bioeconomía y la bioética como bases de un modelo productivo y sustentable.
Un modelo que aproveche las ventajas competitivas que aporta cada territorio de la Aegntina, maximizando su potencial productivo de agroalimentos con bioprocesos, biotecnologías, bioenergías, biomateriales, probióticos, biocéuticos, entre otros.
Estamos ante la posibilidad de resolver la dicotomía entre el “campo y la industria”, dejar de ser granero para ser la biofábrica. La transición está en marcha, basta recorrer las más de 10 bioindustrias instaladas en diferentes provincias, que desarrollan producción de insectos biocontroladores, procesos de biorremediación de suelos y aguas, micropropagación in vitro de especies, bioinsumos y biofertilizantes de gran impacto regional.
Un capítulo aparte merecen aquellas experiencias que hacen uso de cada subproducto o “desecho agroindustrial” como sustrato para bioproductos con la más variada utilidad.
En medio de la cuarta revolución industrial la Nueva Ruralidad digitalizada, informatizada y conectada es una realidad, no una opción.
Es la oportunidad para quienes trabajamos el sector agroalimentario, las cooperativas, las y los trabajadores rurales, PyMEs agropecuarias, las y los campesinos, las y los agricultores familiares, pueblos originarios- seamos protagonistas. La oportunidad para que esta ruralidad 4.0 sea Bioética y Bioeconómica, cuidando la Biodiversidad y la Biósfera.
Pero sobre todo sea generadora de desarrollo territorial y productivo, con comunidad organizada y soberanía alimentaria, con movilidad social ascendente en la que cada hombre, mujer, cada niña y niño, cada joven rural pueda desarrollarse sin desarraigo.
Un nuevo modelo que no sólo ponga a la Argentina de pie, sino a la vanguardia del desarrollo productivo agroalimentario en función de una visión construida en favor de las mayorías.
*Rizzo es médica veterinaria, Maestrando en Desarrollo Regional y Políticas Públicas de FLACSO, y co-Directora del Centro de Estudios Agrarios. Strasorier es Director del Centro de Estudios Agrarios, Argentina. Analista agropecuario, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)