Argentina: Default, jubilados y polémica por el impuesto a la riqueza
Juan Guahán|
En Argentina, respecto de la deuda, se entró en tiempo de default; la cuarentena por la panxdemia de la Covid-19 se sigue prorrogando; los haberes jubilatorios continúan retrocediendo y se desató la polémica por el impuesto a la riqueza y la contrapartida de los recursos estatales destinados a pagar salarios. Llegó el 22 de mayo y se postergó el ingreso al territorio de un default formal. Según el presidente Alberto Fernández no es para preocuparse, porque hace meses -desde los tiempos de Mauricio Macri- ya se transita esa situación.
Lo cierto es que se sigue negociando y ahora la fecha para formalizar un acuerdo por nuestra deuda de 66,3 mil millones de dólares fue prorrogada al martes 2 de junio. Así lo comunicó el gobierno a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y lo publicó en el Boletín Oficial.
Los acreedores no quieren que se declare el formal default y el gobierno quiere pagar. Todos ellos acuerdan en el “éxito” de dar visos de legalidad a deudas impagables y fraudulentas y seguir hipotecando el futuro del país.
El gobierno anunció por Decreto un aumento del 6,12% en el haber jubilatorio, a partir del mes de junio. De ese modo se dejan de lado las normas sobre movilidad aprobadas por el Congreso, en medio de gigantescas movilizaciones, en diciembre del 2017.
Siguiendo el criterio de dicha “movilidad” el incremento, que hubiera correspondido, sería del 10,8%. El argumento del gobierno para no aplicarlo es la necesidad de desindexar los montos de las jubilaciones más altas. Pero también las mínimas han terminado perdiendo.
De este modo el incremento otorgado por Decreto alcanza, para el semestre e incorporando el aumento de marzo, una suba del 19,9%. Según el gobierno eso significará un aumento real del haber jubilatorio del 5,5%, porque estima que la inflación subirá, en este semestre un 14,4%.
Estas cifras de la inflación no parecen corresponderse con lo que cada jubilado puede comprobar diariamente. De todos modos el menor ingreso tal vez pueda ser compensado por la vigencia de una canasta de remedios gratuitos.
Desde organismos de defensa de los jubilados anuncian la ampliación de los juicios iniciados, con motivo de los incrementos de marzo, por la anulación por Decreto del régimen de la “Ley de movilidad”, oportunamente aprobada.
Impuesto a la riqueza
El coronavirus ha despertado la imaginación de algunos dirigentes y algunas ideas han levantado mucha polvareda en los círculos de poder. El debate planteado en torno a la cuestión del impuesto a la riqueza es uno de esos temas, aunque –según dicen sus promotores- solo alcanzaría a unas 12 mil personas de altísimos ingresos.
En una dirección parecida aparece el asunto de los salarios que está pagando el Estado por la pandemia, y algunas propuestas que plantean transformar esos recursos en acciones de las grandes empresas, que éstas deberían ceder. Sus promotores evalúan que esos aportes no deberían terminar en las arcas empresariales, fortaleciendo una concentración tan nefasta como la actual.
No obstante ello, son muchas y potentes las voces que se están escuchando en contra de estas ideas. Cuesta entender lo que el Presidente, junto a muchos intelectuales y observadores vienen diciendo en el sentido que el futuro no va a ser la reproducción del pasado que conocimos.
Precisamente, hay dos temas de ese pasado que no es bueno que continúen o vuelvan. Uno, la gigantesca concentración económica que deriva en una desigualdad que atenta contra la dignidad de las personas y el futuro de todos. Dos, que la participación colectiva -particularmente en las grandes empresas- no debe quedar limitada al aporte del trabajo, sino que también se puede expresar en modos compartidos de gestión.
Si no se piensa en este tipo de cuestiones no se está entendiendo el mensaje que la naturaleza y el mundo nos están enviando.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)