Los primeros 15 días de la «colisión» multicolor de la derecha uruguaya
Nicolàs Centurión
La primera quincena del gobierno de la Coalición Multicolor ya dio sobradas muestras del manual neoliberal que va a interpretar. El nuevo período 2020 – 2025 inició con un cambio de mando en la cual, el Presidente Lacalle Pou, invitó a todo el arco de derecha continental, incluido al rey Felipe VI de España. Varios mandatarios con las manos manchadas de sangre pisaron suelo oriental.
Ese mismo día el diario El País, defensor de la dictadura uruguaya y vocero del gobierno, publicó una editorial que sin ningún tapujo daba todo su apoyo al Partido Nacional en su nueva tarea. Bienvenida sea la honestidad editorial y la salida del closet ideológico. Bueno hubiera sido también esta confesión de parte cuando durante los anteriores quince años solo sembraron pánico y descontento desde un supuesto lugar “objetivo y neutral”.
Luego de un discurso de asunción bastante llano por parte de Lacalle Pou, al otro día empezó el nuevo período de gobierno con la sorpresa de que no habían sido asignado directores en los servicios de ASSE (Salud), Ministerio de Desarrollo Social, Banco de Previsión Social y el Instituto Nacional de Juventud, entre otros.
A su vez directores del Frente Amplio siguieron cumpliendo funciones los primeros días del gobierno entrante en competencias del Estado a falta de asignaciones por parte de la Coalición Multicolor. No solo eso, sino que en los entes autónomos pretendían que los frenteamplistas en los cargos hicieran una suba de tarifas para que el gobierno entrante no se hiciera cargo, a lo que los directores salientes se negaron.
En materia represiva, se nota considerablemente el aumento de la presencia de efectivos policiales en la vía pública: el Instituto Nacional de Derechos Humanos tiene en su despacho 21 denuncias sobre abuso policial, una cifra record, ya que en 2018 las denuncias habían llegado a 15 a lo largo de todo el año. Para agregar a esto, el despliegue policial con fuerzas de choque que se realizó para el 8 de marzo por parte del Ministerio del Interior fue desproporcionado ante una marcha que siempre fue pacífica.
En materia laboral, el Ministerio de Trabajo creará un protocolo para los “descuelgues” en los Consejos de Salarios. Además el gobierno aumenta el IVA a las tarjetas de débito, sube tarifas de agua, energía y telecomunicaciones en el entorno del 10% y posterga ajuste de combustibles. Todas estas medidas las plantea como «adecuación tarifaria». Estas expresiones son un orgullo orwelliano, que coquetean con una neolengua, eufemismos para aminorar el impacto de las medidas con palabras livianas o confusas.
Sumado a esto, la cotización del dólar ha subido seis pesos (un 15%) desde que asumió el nuevo gobierno y el ministro de Ganadería dijo que era algo que varios venían soñando (los agroexportadores, por ejemplo). Es el mismo que dijo que él representa a los productores del campo, una confesión de clase que va en línea con la editorial de El País.
Gabriel Cunha, que hasta hace un año estuvo vinculado a la iglesia Misión Vida y a los hogares Beraca y fue el jefe de campaña de Verónica Alonso, ex senadora evangélica por el Partido Nacional será el director de la División de Programas de Personas en Situación de Calle del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). El mismo Cunha estuvo involucrado en casos de estafa.
El ex general y líder del partido ultraderechista Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, declaró que hay que dar vuelta la página en materia de memoria, verdad y justicia. Agregó que los desaparecidos no van a aparecer, con gran seguridad como si portara información sustancial.
El canciller, Ernesto Talvi (Upartido Colorado), ha tomado su primer medida para alinearse con la política de Donald Trump. Ha retirado a Uruguay de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y ha propuesto reingresar al bélico Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR. Todo un mensaje para la región, para minar los procesos de integración soberanos de los pueblos del Sur.
Estos han sido los primeros 15 días de un gobierno que de coalición va a pasar a ser la colisión multicolor. Han sido solo una muestra de los próximos cinco años, con transferencia de recursos de los de abajo hacia los de arriba, de vaciar el Estado en sectores productivos-estratégicos y robustecerlo en materia represiva.
También, de alinearse a los intereses del imperio de manera obsecuente, de minar la integración regional, de sumergir los salarios y erosionar la calidad de vida. Alguno esbozará que “estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades”, “que dejaron una pesada herencia” y en solo dos semanas, como dice la banda El Kuelgue, “¿te das cuenta? volvimos a vivir en los 90”.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)