Argentina: Alberto sale al mundo en busca de apoyo para el tema de la deuda
Juan Guahán
Apenas habían transcurrido cuatro años y un poco más que Cristina Fernández de Kirchner dejó la presidencia cuando vuelve a ocupar ese cargo. Lo hace con un perfil extremadamente bajo y ni siquiera quiere hacerlo desde la Casa Rosada. Ha sido cuidadosa en que no se la vea opacando la figura presidencial de Alberto Fernández.
El motivo es sencillo: el Presidente se encuentra realizando su primera gira oficial y le corresponde a ella ejercer provisoriamente la presidencia. Las dos etapas de esta gira están cargados de gestos, ellos están orientados en dos direcciones complementarias: hacer llegar un mensaje de amistad al mundo occidental y buscar apoyos para su negociación con el FMI. Esta gira reconoce la presencia en Israel y su paso –la próxima semana- por El Vaticano, España, Francia e Italia.
¿Qué mejor forma de hablarle a Donald Trump, sin ir a su casa, que hacerlo desde el territorio de su principal aliado, Israel, y rindiendo tributo a las víctimas del holocausto, junto a otros varios líderes mundiales? ¿Qué mejor forma de reunir votos dentro del FMI para negociar la deuda que mostrarse junto a los europeos que cuentan con el peso importante en las votaciones de esa institución?
El fallido encuentro de Fernández con Vladimir Putin, promovido por Cristina, evidencia la voluntad del gobierno de mantener cierta independencia respecto a Washington y sus aliados.
De todos modos este viaje a Israel está cargado de complejidades. Tal vez la principal sea la propia presencia allí, al inicio de su gira. Más allá del legítimo homenaje a las víctimas del holocausto, no se puede ignorar que no son pocos los que consideran que la política de Israel respecto al pueblo y territorio palestino es absolutamente indefendible y motiva extendidos rechazos de muchos pueblos y gobiernos.
Ello ha motivado variados “ruidos” al interior del peronismo y de la coalición de fuerzas que hoy gobierna Argentina. Es valorable el intento de buscar el apoyo de países europeos para la negociación con el FMI pero no se debe olvidar que la voz cantante dentro de ese organismo la tienen los EEUU.
Alberto espera cosechar éxito políticos de su visita al Papa Francisco. Considera que difícilmente exponga públicamente la molestia de la Iglesia por haber promovido un nuevo debate sobre el aborto, en cambio sí espera poder lograr apoyo y publicidad favorables para su propuesta de combatir el hambre y ayudar a los que peor están.
De este modo va tomando forma la política internacional del nuevo gobierno. Demasiado solitarios ante la nueva configuración política de la región, el gobierno trata de maniobrar procurando allegar fuerzas para la negociación con el FMI. Falta que aparezca en escena el rol de los chinos, principal alternativa mundial a los límites que tenemos en nuestras relaciones con los EEUU.
La deuda de la provincia de Buenos Aires y la negociación global
Si algún condimento le faltaba a estas negociaciones, por el tema de la deuda, apareció la frutilla del postre para estas dificultades: los inminentes vencimientos en este año de 2.900 millones de dólares de deuda contraída por la Provincia de Buenos Aires.
Un tercio corresponde a endeudamientos del macrismo y el resto a gestiones anteriores, que fueron renovados elevando el porcentaje de la deuda en dólares. El 26 de enero vencía el bono BN21 por 250 millones de dólares, más otros 27 por los intereses. La Provincia no tiene dólares -su recaudación es en pesos- y la Nación considera que sería un mal antecedente que el Tesoro Nacional le dé esos recursos.
Es obvio que otras provincias vendrían detrás del pedido bonaerense. El gobernador Axel Kicillof planteó diferir el pago al 1° de Mayo. Para ello necesitaba el acuerdo del 75% de los bonistas. Los operadores de los tenedores de bonos más importantes se reunieron en Miami y afirmaron que el gobierno no debería tener una postura de confrontación para resolver el problema de la deuda de la provincia de Buenos Aires.
Kicillof subió la parada y ratificó que el 31 de enero vence el plazo para adherir o no a la postergación del pago para el 1° de Mayo. Los llamados “mercados” respondieron llevando nuevamente el “riesgo país” a los dos mil puntos.
En términos generales, los pequeños ahorristas aceptan posponer el pago hasta el 1º de Mayo, mientras que los grandes acreedores solo lo harían bajo algunas condiciones.
El gobierno bonaerense argumenta que vencido el plazo del 31 de enero todavía le quedan un par de semanas, antes que se pueda formalizar la declaración de default. Cabe agregar que el bono en cuestión fue emitido bajo jurisdicción de Nueva York, y se está cerca de que la Argentina nuevamente entre a jugar de “visitante” con jueces poco confiables.
Quienes se autodefinen como “inversores” diferencian la actitud “dura” de Kicillof con una mayor flexibilidad que encontrarían en el tándem Martín Guzmán (ministro de Economía) y el presidente Alberto Fernández. Todos los actores de esta negociación están convencidos que un default bonaerense sería una complicación más en la negociación de la deuda con el FMI.
En el gobierno nacional evalúan que antes del 31 de enero se logrará que “la sangre no llegue al río”.
La incorporación de Kicillof a la comitiva oficial, además de la deferencia de mostrar en Israel al descendiente de una familia judía –gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires- también tendría otras motivaciones. Ellas tiene que ver con lo dicho respecto a las discusiones sobre la deuda bonaerense y a su presencia, a instancias de Cristina, en algunas negociaciones que se estarían realizando.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)