La claudicaciones de Moreno, poder fáctico, sindicatos. indígenas/ As claudicações de Lenín Moreno
Eloy Osvaldo Proaño|
Mientras crece la pobreza y el gobierno de Lenín Moreno, prácticamente entregado al poder fáctico del gran empresariado nacional y trasnacional, amenaza con la flexibilización laboral, la reducción de susbidios a los sectores necesidades y el aumento de los combustibles, los movimientos obreros e indígenas, reacomodados tras el cambio presidenciales, parecen incapaces de movilizar a los sectores de la sociedad.
La pobreza a nivel nacional pasó de 23.1% en junio 2017 a 24.5% en junio 2018, mientras que en el mismo periodo la pobreza aumentó en Quito de 7.8% a 12.8%, y el índice de precariedad aumentó en dos periodos seguidos a pesar del crecimiento económico.
El presidente Lenin Moreno y sus funcionarios, entregados a los grandes grupos de poder, han aprovechado el desorden económico-político dejado por el correísmo para acelerar el retorno al Consenso de Washington, señala el economista y expresidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Correa.
Añade que el “morenismo” aprovecha el camino despejado por su antecesor (Rafael Correa) para profundizar y ampliar los espacios necesarios para que los grupos de poder locales y transnacionales se recompongan. Todo en un juego de conflictos, desplazamientos y alianzas entre viejas elites empresariales y nuevas elites advenedizas en trance de consolidarse y convertirse en viejas, señala Pablo Ospina.
Dicho resultado devela el verdadero poder de las élites (tanto económicas como políticas) -y su articulación- para situar como eje del problema no al accionar del aparato empresarial, ni del gobierno central, ni del Ministerio del Trabajo, sino en quién expone la complicada situación que atraviesa el Ecuador. A su vez, ciertas centrales sindicales se alinean a estas críticas en lugar de situar el verdadero eje del conflicto, recuerda el analista Jonathan Báez en la revista Crisis.
Eso implica que se “mata al mensajero” – es un secreto a voces la salida del Director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), Reinaldo Cervantes, después de mostrar un aumento de la pobreza, desigualdad y precarización- y deja impune a los autores del mismo.
Este acontecimiento se da en el contexto del debate de Ley de Fomento Productivo, denominada “Trole 3”; misma que tiene una posición pro-oligárquica que con cada veto presidencial se profundiza todavía más. La disminución del bienestar social del pueblo es el efecto de las decisiones o, mejor dicho de las no-decisiones en materia de política económica del actual gobierno, donde el actual ministro de finanzas era presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano y las políticas del Ministerio del Trabajo, apuntan a implementar la flexibilización de contratos laborales.
“ Si eres rico, empresario o banquero, te perdonan deudas por no pagar impuestos. Si eres de clase media, pagarás hasta el último centavo de impuestos y si te retrasas multas. Si eres pobre no te prestarán un centavo, pero tendrás derecho a morir como naciste. Este año se está logrando el milagro de regresar política y económicamente a los 90”, señala el exvicecanciller Kintto Lucas.
Y con el nombramiento del nuevo Consejo de la Judicatura se regresa a los 80. Solo falta que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Cristiano–Transitorio quede totalmente en manos de los poderes económicos, Desgraciado el país en que los farsantes siniestros se visten de justicieros y una supuesta izquierda aplaude y sirve de escalera para la derecha más retrógrada, por incapacidad estratégica, por un despreciable puestito o sólo por odio: eso es lo que ocurre hoy en Ecuador, agrega.
Dirigentes y líderes sindicales han saludado varias de las políticas del “morenismo” que, según ellos, han servido para recuperar derechos y garantías antes liquidados, y apoyaronlas siete preguntas de la consulta popular convocada por Lenín Moreno en febrero de 2018. También han aplaudido la “descorreización” de las instituciones estatales en manos del Consejo Transitorio de Participación Ciudadana y Control Social.
Desligados de sus bases, pero nada o muy poco han dicho contra el nuevo modelo empresarial que Moreno ha recuperado a favor de las cámaras de la producción. Solo comienzan a reaccionar –en declaraciones no en acciones- cuando es inminente la flexibilización laboral o cuando se preanuncia la quita de subsidios a los combustibles u otras medidas neoliberales, empiezan a reaccionar, aunque con más firmeza verbal que práctica.
Los memoriosos se preguntas quiénes ganaron con la sucretización en Ecuador, con el feriado bancario, con la dolarización. ¿Quiénes tienen el dinero en paraísos fiscales y ganan con la exoneración de las deudas por no haber pagado impuestos, quiénes ganaron con el TLC con Europa y los que ganarán con un TLC con EEUU o con la desdolarización? ¿Quiénes ganarán con la privatización de las hidroeléctricas luego que las desprestigien?
No es casualidad que siempre ganen los mismos y siempre tengan peones para servirles. Ecuador vive el un embate de la oligarquía que no aceptan su responsabilidad en el actual retroceso económico, ni tampoco que sus decisiones en materia de política pública, realizadas a través de sus representantes, también juegan un papel fundamental en los efectos desastrosos para la mayoría de los ecuatorianos y las ecuatorianas.
Los analistas creen que lo peor aún está por venir, con la focalización de subsidios, un conocido nombre con el que se encubre el denominado “paquetazo”. Sin movimientos obreros e indígenas capaces de movilizar a otros sectores de la sociedad, lo único que avanzará es el triunfo cada vez mayor del modelo empresarial, ahora totalmente ligado a las estrategias del capital imperialista.
Las claudicaciones “morenistas” son clarísimas. Ya no hay tiempo para ambigüedades. Las alternativas históricas de los sectores populares y sus dirigencias son dos: sumisión… o resistencia, al decir de Acosta.
*Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
VERSIÓN EN PORTUGUÉS
As claudicações de Lenín Moreno
Por Eloy Osvaldo Proaño
Enquanto a pobreza no país cresce, o governo de Lenín Moreno, praticamente entregue ao poder fático do grande empresariado nacional e multinacional, ameaça com a flexibilização do trabalho, a redução de subsídios aos setores necessitados e o aumento dos combustíveis, ajudado pelo fato de que os movimentos operário e indígena, reacomodados após a mudanças em suas lideranças, parecem incapazes de mobilizar os setores da sociedade contra essas políticas.
A pobreza no Equador passou de 23,1% em junho de 2017 a 24,5% em junho de 2018. No mesmo período, somente em Quito, a pobreza cresceu de 7,8% a 12,8%, e o índice de precariedade da vida aumentou em dois períodos seguidos, apesar do crescimento econômico.
“O presidente Lenín Moreno e seus funcionários aproveitam a desordem política e econômica deixada pelo correísmo para acelerar o retorno ao Consenso de Washington”, comenta o economista e ex-presidente da Assembleia Constituinte, Alberto Correa, agregando que o “morenismo” corre pelo caminho aberto pelo antecessor (Rafael Correa) para aprofundar e ampliar os espaços necessários para que os grupos de poder locais e multinacionais se recomponham. Tudo dentro de um jogo de conflitos, deslocamentos e alianças entre velhas elites empresariais e novas elites surgidas do transe da consolidação do modelo, e adaptadas ao ideário das velhas.
“Tal resultado revela o verdadeiro poder dessas elites (tanto a econômica quanto a política) para situar como eixo do problema não o acionar do aparato empresarial, nem do governo central, nem do Ministério do Trabalho, mas sim em quem expõe a complicada situação que atravessa o Equador. Por sua vez, certas centrais sindicais se alinham a estas críticas em vez de situar o verdadeiro eixo do conflito”, recorda o analista Jonathan Báez, em artigo para a revista Crisis.
Nesse sentido, há quem prefira “matar o mensageiro: ainda é um segredo de bastidores a saída do diretor do Instituto Nacional de Estatísticas e Censos (INEC), Reinaldo Cervantes, depois de mostrar o aumento da pobreza, da desigualdade e da precarização, deixando impunes os autores das políticas que levaram a essas cifras.
Este acontecimento se dá em um contexto no qual o país debate a Lei de Fomento Produtivo, denominada “Trole 3”. A mesma que tem uma posição pró-oligárquica que com cada veto presidencial se aprofunda ainda mais. A diminuição do Estado de bem-estar social do povo é um dos efeitos diretos das decisões, ou melhor, das não-decisões tomadas pelo Executivo. Em matéria de política econômica, o atual governo – com um ministro de Finanças que era presidente do Comitê Empresarial Equatoriano –, busca implementar a flexibilização dos contratos de trabalho, tarefa para a qual também conta com políticas similares por parte do Ministério do Trabalho.
“Se você é rico, seja um empresário ou um banqueiro, pode não pagar impostos e terá suas dívidas perdoadas. Se é de classe média, pagará até o último centavo de impostos, além das multas no case de atraso. E se você é pobre, não receberá um centavo de empréstimo, e terá que morrer como nasceu. Este ano, estamos alcançando o milagre de voltar à política econômica dos Anos 90”, comenta o ex-vice-chanceler Kintto Lucas.
Com a nomeação do novo Conselho Judicial, o regresso é ainda maior, aos Anos 80. Só falta fazer com que o Conselho de Participação Cidadã e Controle Social seja totalmente entregue às mãos dos poderes econômicos. “Desgraçado é o país em que os farsantes sinistros se vestem de justiceiros, e uma suposta esquerda aplaude e serve de escada para a direita mais retrógrada, por incapacidade estratégica, por um carguinho desprezível, ou somente por ódio. É o que acontece no Equador hoje”, agrega Lucas.
Dirigentes e líderes sindicais defenderam várias das políticas do “morenismo” que, segundo eles, servem para recuperar direitos e garantias antes liquidados, e as apoiaram na consulta popular convocada por Lenín Moreno em fevereiro deste ano. Também aplaudiram a “descorreização” das instituições estatais.
Desligados de suas bases, os sindicatos não dizem nada, ou muito pouco, contra o novo modelo empresarial que Moreno recuperou, a favor dos interesses das câmaras da produção. Só começaram a reagir – em declarações, não em ações – quando a iminente flexibilização do trabalho bateu na porta, ou quando se anunciou o corte dos subsídios aos combustíveis, entre outras medidas neoliberais, e ainda assim com mais firmeza verbal do que prática.
Os que têm melhor memória se perguntas quem ganhou com a “sucretização” (referente ao sucre, antiga moeda) no Equador, com o feriado bancário ou com a dolarização. Quem tem o seu dinheiro guardado em paraísos fiscais e ganham com a exoneração das dívidas por não ter pago os impostos? Quem ganhou com o tratado de livre comércio com a Europa, e quem ganhará com o que será feito com os Estados Unidos? Quem ganhará com a desdolarização? Quem ganhará com a privatização das hidroelétricas?
Não é coincidência o fato de os vencedores serem sempre os mesmos, e sempre terem peões que servem aos seus interesses. A oligarquia que não aceita sua responsabilidade no atual retrocesso econômico, e tampouco que suas decisões em matéria de política pública, realizadas através de seus representantes, também têm um papel fundamental nos efeitos desastrosos para a maioria dos equatorianos e equatorianas.
Os analistas acreditam que o pior ainda está por vir, com a “focalização” dos subsídios, um nome-fantasia para encobrir o que se saber que será um ajuste. Sem movimentos sociais capazes de mobilizar os setores da sociedade, será impossível frear o triunfo cada vez maior do modelo empresarial, agora totalmente ligado às estratégias do capital imperialista.
As claudicações de Moreno são claríssimas. Já não há tempo para ambiguidades. As alternativas históricas dos sectores populares e seus dirigentes são duas: a submissão ou a resistência.
Eloy Osvaldo Proaño é analista político equatoriano, investigador do Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)