Venezuela| Más anuncios, protestas, frustración: sin proyecto, no hay futuro/ Sem projeto não há futuro
Aram Aharonian|
En los (poco más de) dos meses desde las elecciones presidenciales del 20 de mayo, en las que Nicolás Maduro fue reelecto, en Venezuela han surgida voces críticas a su gestión desde el chavismo y múltiples protestas populares, urbanas y rurales, que han marcado la impronta del tiempo político.
Decía el presidente Hugo Chávez que no se pueden dictar medidas conómicas si no se tiene un plan preestablecido, una hoja de ruta, pero la triste realidad venezolana muestra que ni gobierno y menos aún la desmembrada oposición tienen un plan medianamente estructurado y coherente, más allá de los proyectos personales/particulares de apropiarse de la riqueza para uso personal o de facción. O peor aún, para entregárselo a las trasnacionales.
No hay proyectos, no hay plan: Gobierno y oposición tienen asesores europeos y/o estadounidenses que les alquilan ideas, negociantes de los grupos dominantes que les venden soluciones mágicas (criptomonedas por ejemplo). El primero, porque es improvisado y mediocre, la segunda porque no es capar de imponer un plan propio sin la tutela o imposición de EEUU.
Desde un punto de vista político, la situación sigue siendo de grave crisis (no ha cambiado un ápice), pero hoy pone de manifiesto la impotencia del gobierno y de una oposición injerencista, desarticulada y sin propuestas, para representar las demandas y luchas de una ciudadanía que, desde la asunción de Hugo Chávez al poder en 1999, pasó de ser objeto de políticas a ser sujeto de las mismas.
Auge de las protestas. Vivir con miedo
Despertar con miedo…y el miedo a despertar; el miedo al día a día, a la cotidianidad, a enfrentar un contexto hiperinflacionario; miedo a la incertidumbre, a la inseguridad, a la ausencia de normas y controles. Vivir con miedo…., señala la socióloga Maryclén Stelling.
Además de la “aterrorizadora” vivencia diaria, es necesario destacar el alarmante contexto del terrorismo mediático (nacional e internacional) que alimenta el miedo: El FMI proyecta al país “estallido de inflación hasta 1.000.000%”… “La crisis económica no da señales de mitigarse”… Y en los medios (televisivos, gráficos, radiales, en la redes sociales) se suman pronósticos que anuncian crecimiento de la pobreza y la protesta social, e incremento de “los flujos migratorios” hacia los países vecinos.
Llama la atención en el exterior que las protestas ciudadanas cobren protagonismo en medio de un (por ahora frustrado) proceso de reconstrucción de las fuerzas antichavistas, fracasada la confrontación abierta que comenzó con las guarimbas de 2014, recrudecidas en 2017, y terminó con el desprestigio del archipiélago de las organizaciones políticas y sus liderazgos –algunos hasta se abstuvieron de participaran en las elecciones-, pero también de la política, que es lo más grave.
No sorprende que lo que movilizó a movimientos sociales de la capital fue una marcha “admirable” campesina que recorre 400 kilómetros “a pata” desde Guanare, quizá porque los campesinos, desprotegidos por el gobierno y jaqueados por las agresiones de terratenientes y paramilitares- no tengan el peso de la burocracia sindical de petroleros, trabajadores de la salud o siderúrgicos.
La marcha, per se, es un juicio a los más de 18 años de agricultura desarrollada por el chavismo y a quienes la han dirigido. Un país que aún depende de las importaciones de caraotas (frijoles, porotos), azúcar, arroz. Los marchistas señalan en su documento: “Ya basta, es el momento de hacer los cambios que nos permitan avanzar… Sentimos que muchos representantes del gobierno están jugando al fracaso”.
El injerencismo con rostro humanitario, en el cual se enmarcan las tácticas inmediatista y abstencionista de sectores opositores, tiene como condición la desmovilización de las demandas populares y la despolitización en general. La propuesta de la oposición parece ser mágica: todo se arreglará cuando se vaya Maduro..
Opositora, conspiradora y ficha fuerte de Washington desde la época de Bush, Maria Corina Machado afirmaba: “Es muy importante que los venezolanos sepamos que al día siguiente –y estoy siendo literal, a las 24 horas que Maduro salga del poder– comienzan a llegar a Venezuela alimentos, medicinas, insumos médicos, repuestos para el transporte. Está lista una operación”.
En paralelo al fracaso de la oposición, del tipo “desleal” – centrada en salir del gobierno en desmedro de la defensa de los intereses colectivos y de sus electores, debilitada y desmembrada, con un apoyo electoral disminuido-, se observan dos fenómenos: el resurgimiento de la protesta ciudadana y, la aparición de voces que, sin pretensión de “salto de talanquera” hacia la derecha, están siendo muy críticas con la gestión de gobierno y las políticas frente a la crisis multidimensional, indica Stelling.
Este inmediatismo que plantea la oposición –vernácula y trasnacional- va más allá de terminar con el gobierno de Maduro, porque apunta directamente a acabar con el chavismo, sus ideales, su fuerza política y la única forma (que ellos ven) es a través de una intervención extranjera, idea que manejan dese Washington y a la que se ha sumado ahora el nuevo presidente colombiano, Iván Duque.
Los asesores de la oposición insisten en manejar un imaginario colectivo de un pueblo víctima impotente para luchar por sus derechos y deseos, por lo cual es necesaria la ayuda de una intervención extranjera, mientras la línea abstencionista de la oposición logró el cometido de desprestigiar la democracia y hacer perder las expectativas de las soluciones políticas.
Desde el gobierno también se ha promovido la despolitización y se vale de la victimización (defensa de la soberanía, guerra económica, sanciones de las grandes potencias, amenazas de invasión) para morigerar y reducir los reclamos populares. A la militancia se le exige obediencia pasiva y sacrificio, muy lejos de lo que planteaba Chávez, la democracia participativa.
Las protestas -lejos de las guarimbas y muchas protagonizadas por militantes chavistas- son la reacción popular frente a la despolitización planteada por las élites políticas, al reduccionismo de salir de Maduro o continuar con él ¿a costa de lo que sea, sin siquiera cambiar el sistema de distribución de la riqueza?
La sensación de que todo está dañado o se está dañando, de que no hay solución a los problemas, de que no hay alternativa para solucionar los problemas propios no es todo lo que agobia al venezolano, sino que además no hay señas de acompañamiento institucional y/o político para la población, indica el portal chavista Supuesto Negado. Nadie quiere llegar al punto de perder la esperanza -aunque muchos la han perdido ya- pero mientras, la gente espera que termine el bla bla …
El cardenal Baltazar Porras, al asumir la Administración Apostólica de Caracas luego de la renuncia del cardenal Jorge Urosa Savino, un furibundo y agresivo antichavista dijo que la tarea es “evangelizar y dar esperanzas en una sociedad en crisis que está constreñida en sus libertades, en sus posibilidades, y herida por la violencia, la corrupción, y por el rompimiento de los afectos, porque todo el mundo tiene un familiar en el exterior y están disgregados por el mundo”.
Habló de trata de personas y de menores hay gente de otros países y también de venezolanos que están lucrándose con la necesidad y la vida” y de “los casos de prostitución, de explotación por un grupo de venezolanos en Colombia, en España, y cómo es el trabajo que se está haciendo con las venezolanas que después venden como esclavas. Además de esto, lo que tiene que ver con el mundo de la droga y la delincuencia”
Dijo que hay que o forzar a la dirigencia política a ver la realidad. “Es muy mala palabra hablar de diálogo en Venezuela por toda lo que ha ocurrido, pero los problemas se arreglan hablando. Solo el diálogo auténtico, y no eso de ver cómo nos sentamos juntos para que nos tomen una foto, muy sonrientes”, añadió, diferenciándose de Urosa.
Desbar-ajuste y anuncio de medidas y van…
El analista Juan Manuel Rodríguez dice que el gobierno no cree en el instinto y sensatez de la sociedad, a la que la supone satisfecha con su amigable distribución de bonos y bolsas, sobre la que. insisten en el manejo de sonidos y de imágenes saturándola de glorias pasadas y futuro prometedor, que no parecen ver lo absurdo de anunciar cosas que no ocurren. Parecen existir decisiones tomadas puertas adentro que no se anuncian, pero se traducen en políticas concretas, dice Marco Teruggi.
Si estuviéramos en presencia de un gobierno con una agenda neoliberal expresa, sería obvio que se trata de un ajuste económico de proporciones antológicas, editorializa 15yÚltimo. Sin embargo, si algo hay que reconocerle al gobierno es precisamente su manifiesta intención de no hacer eso.
Pero el problema es que dicha manifestación no evita que en la práctica dicho ajuste se esté produciendo de la peor forma: por descarte, por la vía del hecho y no la formal, lo que hace que tome las formas de un desbar-ajuste (un ajuste de hecho y no anunciado que se presenta como un gran desorden), pero que tiene ganadores y perdedores: ganan los más fuertes (que son los menos), mientras perdemos la mayoría.
El miércoles 25 de julio de 2018, Maduro formuló a los integrantes de su gabinete económico, cinco anuncios al país. Entre ellas, una medida de reconversión y entrada en vigencia del nuevo cono monetario se fija para el 20 de agosto eliminando cinco ceros a la moneda (tal es la magnitud de la inflación), y la remisión a la Asamblea Constituyente de un proyecto de ley constitucional de ilícitos cambiarios, con el propósito de incentivar y permitir las inversiones extranjeras en nuestro país.
Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), indicó que “Las medidas que anunció Maduro son una payasada. Hay que desmontar por completo la ley de ilícitos cambiarios, no anunciar que la van a modificar sino desmontarla”, y aseguró que los anuncios que realizó el presidente en materia económica no tienen sentido, ya que el Petro no tiene valor comercial y, además, está sancionado por Estados Unidos.
Los expertos advierten que de no pararse el proceso hiperinflacionario y no tomar medidas que combatan el contrabando y mercado ilegal de billetes (hoy en su peor momento), la reconversión quedará inutilizada: de aquí al 20 de agosto, cuando no circularán más los actuales billetes, los precios acelerarán su crecimiento, pues los comerciantes y empresarios buscarán quedar lo más arriba posible en materia de ceros una vez que tengan que suprimirlos.
En el caso del anclaje del bolívar soberano al Petro, la primera duda que suscita es que no se sabe exactamente cuál es el estatus actual del Petro, e inmediatamente, en qué consiste dicho anclaje: si es cambiario, monetario, o ambos.
No se sabe bien en qué consiste la reforma de la ley de ilícitos cambiarios, pero se supone que su meta es sincerar la no existencia de control cambiario, en razón de lo cual buscará suprimir disposiciones que solo tienen utilidad y sentido en el marco de un control cambiario, que el gobierno ha venido desmontando en razón de lo que llama “un nuevo comienzo económico”.
Sobre el aumentar las reservas del la República entregándole al Banco Central el control de un bloque (Ayacucho II) de la faja petrolifera del Orinoco, puede plantear un conflicto de competencias entre el BCV y Pdvsa, pues a menos que el BCV se ponga a explotar directamente la faja y a vender el petróleo, esa es una competencia de la estatal petrolera.
El portal 15yUltimo señala que la única manera de que por esa vía se puedan aumentar inmediatamente las reservas es emitiendo títulos de deuda contra ellas, lo que es un tema en sí mismo.
Ha llamado la atención y prendido las alarmas entre los chavistas el hecho de que se hable del final del modelo rentista e inmediatamente se exonere de impuestos a las importaciones del sector privado (bienes de capital y materias primas, lo que se supone estimularía la producción), pero. eso corre el riesgo de traducirse en una nueva transferencia de renta (que no tenemos) al sector privado.
Por lo demás, está más que comprobado internacional y particularmente en casos como los nuestros, que los estímulos fiscales ex antes no solo son ineficientes sino costosos. Incluso un trabajo de CELAG, tanque de pensamiento comandando por europeos, asesor del gobierno en materia económica, así lo denuncia.
La dinámica parece girar en la capacidad que tengan los liderazgos para apropiarse o en todo caso domesticar/desarticular o vencer las luchas populares y en estos momentos, incipientemente, algunas instancias de la oposición se activan para intentar apropiarse de la conflictividad popular.
Corrupción
Nueve militares de la Armada fueron presos por orden de un tribunal militar de Caracas por su participación en un plan de golpe de Estado, denominado “Operación Armagedón”. Los militares buscaban “impedir las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo y asesinar al presidente Nicolás Maduro.
Mientras, el Departamento de Justicia de EEUU, tras una investigación iniciada en 2014, dio a conocer una nueva trama de corrupción que involucra a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y a otro extesorero y director de Finanzas de la estatal petrolera (también fue administrador de la Asamblea General y de la Cancillería), Carlos Erik Malpica Flores, otro sobrino de Cilia Flores, esposa del presidente Maduro
El testigo de la investigación es otro venezolano, militar retirado y exguardaespaldas de Chávez, Alejandro Andrade, quien además, fue presidente del Bandes y tesorero de la nación (2007-2010). Andrade dio mucha información a las autoridades estadounidenses sobre más de 20 exfuncionarios de Pdvsa y personas inmersas en el entramado del lavado de dinero.
Sin el líder indiscutible del chavismo, las diferencias en el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) han sido resueltas con expulsiones de hecho o tácitas. Al iniciarse el IV Congreso ´partidista, decenas de excolaboradores de Hugo Chávez, no aparecen en el escenario, y muchos de ellos mantienen posiciones críticas contra el madurismo, mientras altos funcionarios actuales (Elías Jaua, Adán Chávez) exigen elegir la dirección del Psuv a través de votaciones y no con método del dedo.,.
En el IV Congreso, los 670 delegados consideraron las siete líneas de acción estratégica que presentó Maduro: diálogo, economía productiva, lucha anticorrupción, protección social del pueblo, defensa del país, construcción del socialismo, y servicios públicos; además de aprobar la nueva estructura organizativa del partido (Maduro presidente, Diosdado Cabello, vice).
Maduro, quien reconoció que las 70 empresas del Estado se encuentran “en rojo”, prefería que el Congreso se hubiera pospuesto para el 20 de agosto, tras la entrada en vigor de las medidas. No fue así, pero, sin embargo el Congreso del PSUV presentará recién a fines de agosto 12 propuestas sectoriales a Maduro, después que los delegados territoriales lo lleven al debate con el pueblo y la militancia pesuvista.
Primero las medidas y, quizá, después el plan o proyecto. O, como decía el personaje del telenovelón Por estas calles, “como vaya viniendo, vamos viendo”.
*
Más anuncios, protestas, frustración: sin proyecto, no hay futuro
Aram Aharonian
En los (poco más de) dos meses desde las elecciones presidenciales del 20 de mayo, en las que Nicolás Maduro fue reelecto, en Venezuela han surgida voces críticas a su gestión desde el chavismo y múltiples protestas populares, urbanas y rurales, que han marcado la impronta del tiempo político.
Decía el presidente Hugo Chávez que no se pueden dictar medidas conómicas si no se tiene un plan preestablecido, una hoja de ruta, pero la triste realidad venezolana muestra que ni gobierno y menos aún la desmembrada oposición tienen un plan medianamente estructurado y coherente, más allá de los proyectos personales/particulares de apropiarse de la riqueza para uso personal o de facción. O peor aún, para entregárselo a las trasnacionales.
No hay proyectos, no hay plan: Gobierno y oposición tienen asesores europeos y/o estadounidenses que les alquilan ideas, negociantes de los grupos dominantes que les venden soluciones mágicas (criptomonedas por ejemplo). El primero, porque es improvisado y mediocre, la segunda porque no es capar de imponer un plan propio sin la tutela o imposición de EEUU.
Desde un punto de vista político, la situación sigue siendo de grave crisis (no ha cambiado un ápice), pero hoy pone de manifiesto la impotencia del gobierno y de una oposición injerencista, desarticulada y sin propuestas, para representar las demandas y luchas de una ciudadanía que, desde la asunción de Hugo Chávez al poder en 1999, pasó de ser objeto de políticas a ser sujeto de las mismas.
Auge de las protestas. Vivir con miedo
Despertar con miedo…y el miedo a despertar; el miedo al día a día, a la cotidianidad, a enfrentar un contexto hiperinflacionario; miedo a la incertidumbre, a la inseguridad, a la ausencia de normas y controles. Vivir con miedo…., señala la socióloga Maryclén Stelling.
Además de la “aterrorizadora” vivencia diaria, es necesario destacar el alarmante contexto del terrorismo mediático (nacional e internacional) que alimenta el miedo: El FMI proyecta al país “estallido de inflación hasta 1.000.000%”… “La crisis económica no da señales de mitigarse”… Y en los medios (televisivos, gráficos, radiales, en la redes sociales) se suman pronósticos que anuncian crecimiento de la pobreza y la protesta social, e incremento de “los flujos migratorios” hacia los países vecinos.
Llama la atención en el exterior que las protestas ciudadanas cobren protagonismo en medio de un (por ahora frustrado) proceso de reconstrucción de las fuerzas antichavistas, fracasada la confrontación abierta que comenzó con las guarimbas de 2014, recrudecidas en 2017, y terminó con el desprestigio del archipiélago de las organizaciones políticas y sus liderazgos –algunos hasta se abstuvieron de participaran en las elecciones-, pero también de la política, que es lo más grave.
No sorprende que lo que movilizó a movimientos sociales de la capital fue una marcha “admirable” campesina que recorre 400 kilómetros “a pata” desde Guanare, quizá porque los campesinos, desprotegidos por el gobierno y jaqueados por las agresiones de terratenientes y paramilitares- no tengan el peso de la burocracia sindical de petroleros, trabajadores de la salud o siderúrgicos.
La marcha, per se, es un juicio a los más de 18 años de agricultura desarrollada por el chavismo y a quienes la han dirigido. Un país que aún depende de las importaciones de caraotas (frijoles, porotos), azúcar, arroz. Los marchistas señalan en su documento: “Ya basta, es el momento de hacer los cambios que nos permitan avanzar… Sentimos que muchos representantes del gobierno están jugando al fracaso”.
El injerencismo con rostro humanitario, en el cual se enmarcan las tácticas inmediatista y abstencionista de sectores opositores, tiene como condición la desmovilización de las demandas populares y la despolitización en general. La propuesta de la oposición parece ser mágica: todo se arreglará cuando se vaya Maduro..
Opositora, conspiradora y ficha fuerte de Washington desde la época de Bush, Maria Corina Machado afirmaba: “Es muy importante que los venezolanos sepamos que al día siguiente –y estoy siendo literal, a las 24 horas que Maduro salga del poder– comienzan a llegar a Venezuela alimentos, medicinas, insumos médicos, repuestos para el transporte. Está lista una operación”.
En paralelo al fracaso de la oposición, del tipo “desleal” – centrada en salir del gobierno en desmedro de la defensa de los intereses colectivos y de sus electores, debilitada y desmembrada, con un apoyo electoral disminuido-, se observan dos fenómenos: el resurgimiento de la protesta ciudadana y, la aparición de voces que, sin pretensión de “salto de talanquera” hacia la derecha, están siendo muy críticas con la gestión de gobierno y las políticas frente a la crisis multidimensional, indica Stelling.
Este inmediatismo que plantea la oposición –vernácula y trasnacional- va más allá de terminar con el gobierno de Maduro, porque apunta directamente a acabar con el chavismo, sus ideales, su fuerza política y la única forma (que ellos ven) es a través de una intervención extranjera, idea que manejan dese Washington y a la que se ha sumado ahora el nuevo presidente colombiano, Iván Duque.
Los asesores de la oposición insisten en manejar un imaginario colectivo de un pueblo víctima impotente para luchar por sus derechos y deseos, por lo cual es necesaria la ayuda de una intervención extranjera, mientras la línea abstencionista de la oposición logró el cometido de desprestigiar la democracia y hacer perder las expectativas de las soluciones políticas.
Desde el gobierno también se ha promovido la despolitización y se vale de la victimización (defensa de la soberanía, guerra económica, sanciones de las grandes potencias, amenazas de invasión) para morigerar y reducir los reclamos populares. A la militancia se le exige obediencia pasiva y sacrificio, muy lejos de lo que planteaba Chávez, la democracia participativa.
Las protestas -lejos de las guarimbas y muchas protagonizadas por militantes chavistas- son la reacción popular frente a la despolitización planteada por las élites políticas, al reduccionismo de salir de Maduro o continuar con él ¿a costa de lo que sea, sin siquiera cambiar el sistema de distribución de la riqueza?
La sensación de que todo está dañado o se está dañando, de que no hay solución a los problemas, de que no hay alternativa para solucionar los problemas propios no es todo lo que agobia al venezolano, sino que además no hay señas de acompañamiento institucional y/o político para la población, indica el portal chavista Supuesto Negado. Nadie quiere llegar al punto de perder la esperanza -aunque muchos la han perdido ya- pero mientras, la gente espera que termine el bla bla …
El cardenal Baltazar Porras, al asumir la Administración Apostólica de Caracas luego de la renuncia del cardenal Jorge Urosa Savino, un furibundo y agresivo antichavista dijo que la tarea es “evangelizar y dar esperanzas en una sociedad en crisis que está constreñida en sus libertades, en sus posibilidades, y herida por la violencia, la corrupción, y por el rompimiento de los afectos, porque todo el mundo tiene un familiar en el exterior y están disgregados por el mundo”.
Habló de trata de personas y de menores hay gente de otros países y también de venezolanos que están lucrándose con la necesidad y la vida” y de “los casos de prostitución, de explotación por un grupo de venezolanos en Colombia, en España, y cómo es el trabajo que se está haciendo con las venezolanas que después venden como esclavas. Además de esto, lo que tiene que ver con el mundo de la droga y la delincuencia”
Dijo que hay que o forzar a la dirigencia política a ver la realidad. “Es muy mala palabra hablar de diálogo en Venezuela por toda lo que ha ocurrido, pero los problemas se arreglan hablando. Solo el diálogo auténtico, y no eso de ver cómo nos sentamos juntos para que nos tomen una foto, muy sonrientes”, añadió, diferenciándose de Urosa.
Desbar-ajuste y anuncio de medidas y van…
El analista Juan Manuel Rodríguez dice que el gobierno no cree en el instinto y sensatez de la sociedad, a la que la supone satisfecha con su amigable distribución de bonos y bolsas, sobre la que. insisten en el manejo de sonidos y de imágenes saturándola de glorias pasadas y futuro prometedor, que no parecen ver lo absurdo de anunciar cosas que no ocurren. Parecen existir decisiones tomadas puertas adentro que no se anuncian, pero se traducen en políticas concretas, dice Marco Teruggi.
Si estuviéramos en presencia de un gobierno con una agenda neoliberal expresa, sería obvio que se trata de un ajuste económico de proporciones antológicas, editorializa 15yÚltimo. Sin embargo, si algo hay que reconocerle al gobierno es precisamente su manifiesta intención de no hacer eso.
Pero el problema es que dicha manifestación no evita que en la práctica dicho ajuste se esté produciendo de la peor forma: por descarte, por la vía del hecho y no la formal, lo que hace que tome las formas de un desbar-ajuste (un ajuste de hecho y no anunciado que se presenta como un gran desorden), pero que tiene ganadores y perdedores: ganan los más fuertes (que son los menos), mientras perdemos la mayoría.
El miércoles 25 de julio de 2018, Maduro formuló a los integrantes de su gabinete económico, cinco anuncios al país. Entre ellas, una medida de reconversión y entrada en vigencia del nuevo cono monetario se fija para el 20 de agosto eliminando cinco ceros a la moneda (tal es la magnitud de la inflación), y la remisión a la Asamblea Constituyente de un proyecto de ley constitucional de ilícitos cambiarios, con el propósito de incentivar y permitir las inversiones extranjeras en nuestro país.
Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), indicó que “Las medidas que anunció Maduro son una payasada. Hay que desmontar por completo la ley de ilícitos cambiarios, no anunciar que la van a modificar sino desmontarla”, y aseguró que los anuncios que realizó el presidente en materia económica no tienen sentido, ya que el Petro no tiene valor comercial y, además, está sancionado por Estados Unidos.
Los expertos advierten que de no pararse el proceso hiperinflacionario y no tomar medidas que combatan el contrabando y mercado ilegal de billetes (hoy en su peor momento), la reconversión quedará inutilizada: de aquí al 20 de agosto, cuando no circularán más los actuales billetes, los precios acelerarán su crecimiento, pues los comerciantes y empresarios buscarán quedar lo más arriba posible en materia de ceros una vez que tengan que suprimirlos.
En el caso del anclaje del bolívar soberano al Petro, la primera duda que suscita es que no se sabe exactamente cuál es el estatus actual del Petro, e inmediatamente, en qué consiste dicho anclaje: si es cambiario, monetario, o ambos.
No se sabe bien en qué consiste la reforma de la ley de ilícitos cambiarios, pero se supone que su meta es sincerar la no existencia de control cambiario, en razón de lo cual buscará suprimir disposiciones que solo tienen utilidad y sentido en el marco de un control cambiario, que el gobierno ha venido desmontando en razón de lo que llama “un nuevo comienzo económico”.
Sobre el aumentar las reservas del la República entregándole al Banco Central el control de un bloque (Ayacucho II) de la faja petrolifera del Orinoco, puede plantear un conflicto de competencias entre el BCV y Pdvsa, pues a menos que el BCV se ponga a explotar directamente la faja y a vender el petróleo, esa es una competencia de la estatal petrolera.
El portal 15yUltimo señala que la única manera de que por esa vía se puedan aumentar inmediatamente las reservas es emitiendo títulos de deuda contra ellas, lo que es un tema en sí mismo.
Ha llamado la atención y prendido las alarmas entre los chavistas el hecho de que se hable del final del modelo rentista e inmediatamente se exonere de impuestos a las importaciones del sector privado (bienes de capital y materias primas, lo que se supone estimularía la producción), pero. eso corre el riesgo de traducirse en una nueva transferencia de renta (que no tenemos) al sector privado.
Por lo demás, está más que comprobado internacional y particularmente en casos como los nuestros, que los estímulos fiscales ex antes no solo son ineficientes sino costosos. Incluso un trabajo de CELAG, tanque de pensamiento comandando por europeos, asesor del gobierno en materia económica, así lo denuncia.
La dinámica parece girar en la capacidad que tengan los liderazgos para apropiarse o en todo caso domesticar/desarticular o vencer las luchas populares y en estos momentos, incipientemente, algunas instancias de la oposición se activan para intentar apropiarse de la conflictividad popular.
Corrupción
Nueve militares de la Armada fueron presos por orden de un tribunal militar de Caracas por su participación en un plan de golpe de Estado, denominado “Operación Armagedón”. Los militares buscaban “impedir las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo y asesinar al presidente Nicolás Maduro.
Mientras, el Departamento de Justicia de EEUU, tras una investigación iniciada en 2014, dio a conocer una nueva trama de corrupción que involucra a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y a otro extesorero y director de Finanzas de la estatal petrolera (también fue administrador de la Asamblea General y de la Cancillería), Carlos Erik Malpica Flores, otro sobrino de Cilia Flores, esposa del presidente Maduro
El testigo de la investigación es otro venezolano, militar retirado y exguardaespaldas de Chávez, Alejandro Andrade, quien además, fue presidente del Bandes y tesorero de la nación (2007-2010). Andrade dio mucha información a las autoridades estadounidenses sobre más de 20 exfuncionarios de Pdvsa y personas inmersas en el entramado del lavado de dinero.
Congreso del PSUV
Sin el líder indiscutible del chavismo, las diferencias en el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) han sido resueltas con expulsiones de hecho o tácitas. Al iniciarse el IV Congreso ´partidista, decenas de excolaboradores de Hugo Chávez, no aparecen en el escenario, y muchos de ellos mantienen posiciones críticas contra el madurismo, mientras altos funcionarios actuales (Elías Jaua, Adán Chávez) exigen elegir la dirección del Psuv a través de votaciones y no con método del dedo.,.
En el IV Congreso, los 670 delegados consideraron las siete líneas de acción estratégica que presentó Maduro: diálogo, economía productiva, lucha anticorrupción, protección social del pueblo, defensa del país, construcción del socialismo, y servicios públicos; además de aprobar la nueva estructura organizativa del partido (Maduro presidente, Diosdado Cabello, vice).
Maduro, quien reconoció que las 70 empresas del Estado se encuentran “en rojo”, prefería que el Congreso se hubiera pospuesto para el 20 de agosto, tras la entrada en vigor de las medidas. No fue así, pero, sin embargo el Congreso del PSUV presentará recién a fines de agosto 12 propuestas sectoriales a Maduro, después que los delegados territoriales lo lleven al debate con el pueblo y la militancia pesuvista.
Primero las medidas y, quizá, después el plan o proyecto. O, como decía el personaje del telenovelón Por estas calles, “como vaya viniendo, vamos viendo”.
*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
EN PORTUGUÉS
Sem projeto não há futuro
Por Aram Aharonian
Nos (pouco mais de) dois meses desde as eleições presidenciais de 20 de maio, nas que Nicolás Maduro foi reeleito, surgiram na Venezuela vozes críticas à gestão de governo dentro do próprio chavismo e múltiplos protestos populares, urbanos e rurais, que vêm marcando o clima e o tempo político.
O presidente Hugo Chávez dizia que não se podem ditar medidas econômicas se não se tem um plano pré-estabelecido, um rumo, mas a triste realidade venezuelana mostra que nem governo, e menos ainda a desmembrada oposição, têm um plano medianamente estruturado e coerente, independente dos projetos pessoais/particulares de se apropriar da riqueza para uso pessoal ou de uma facção – ou pior ainda, para entrega-lo às multinacionais.
Não há projetos, não há plano: governo e oposição têm assessores europeus e/ou estadunidenses, alugam as ideias e os próprios negociantes dos grupos dominantes que vendem a esses setores soluções mágicas (as criptomoedas, por exemplo). O governo o faz por ser vítima da improvisação e da mediocridade. A oposição, porque não é capaz de impor um plano próprio sem a tutela ou a imposição dos Estados Unidos.
Do ponto de vista político, a situação continua sendo de grave crise, e expões a impotência do governo e de uma oposição que, desarticulada e sem propostas para representar as demandas e lutas da cidadania, só conhece o caminho intervencionista, sem perceber que desde a chegada de Hugo Chávez ao poder, em 1999, essa cidadania passou de ser objeto de políticas a ser sujeito das mesmas, e portanto requer outra forma de diálogo.
Viver com medo
Despertar com medo… e o medo a despertar, o medo ao dia a dia, à cotidianidade, a enfrentar um contexto hiperinflacionário, das incertezas, da insegurança, da ausência de normas e controles. Viver com medo…”, é assim que a socióloga Maryclén Stelling, descreve o clima social venezuelano, sobretudo em Caracas.
Além da “aterrorizante” vivência diária, é necessário destacar o alarmante contexto do terrorismo midiático (nacional e internacional) que alimenta o medo: o Fundo Monetário Internacional (FMI) projeta para o país uma disparada da inflação a até 1.000.000%”. “A crise econômica não dá sinais de ser controlada”, afirma Stelling. E, segundo os meios (televisivos, gráficos, radiais e as redes sociais) não param de difundir assustadoras previsões de aumento da pobreza e, consequentemente, das manifestações contra o governo, e dos fluxos migratórios aos países vizinhos.
Chama a atenção no exterior que os protestos ganhem maior força em meio a um (por enquanto frustrado) processo de reconstrução das forças antichavistas, após o fracasso da confrontação aberta que começou com as barricadas de 2014 e se tornou mais agressiva em 2017, até o desmoronamento do prestígio desse arquipélago das organizações políticas e lideranças perdidas – algumas das quais se abstiveram de participar nas eleições – chamada oposição. Embora esse desmoronamento, no final, tenha atingido toda a política de uma forma geral, o que é ainda mais grave.
O fato de que a “admirável” marcha camponesa, que percorreu 400 quilômetros “a pé” desde Guanare tenha motivado as mobilizações mais recentes na capital não surpreende – talvez porque os trabalhadores rurais, desprotegidos pelo governo e pressionados pelas agressões terra-tenentes e paramilitares, não tragam consigo o obstáculo da burocracia sindical dos petroleiros, metalúrgicos ou trabalhadores da saúde.
A marcha por si só é um juízo aos mais de 18 anos de agricultura desenvolvida pelo chavismo e por aqueles que a tem dirigido, num país que ainda depende das importações de feijão, açúcar, arroz. Os que marcharam mostravam seus documentos e diziam: “basta, este é o momento de fazer mudanças que nos permitam avançar, sentimos que muitos representantes do governo estão jogando para perder”.
O intervencionismo com rosto humanitário, no qual se baseiam as táticas imediatista e abstencionista dos setores opositores, tem como condição a desmobilização das demandas populares e a despolitização em geral. A proposta da oposição parece ser mágica: tudo se solucionará quando Maduro for embora.
Opositora, conspiradora e ficha forte de Washington desde a época de Bush, María Corina Machado afirmava que “é muito importante que os venezuelanos saibam que no dia seguinte – e estou sendo literal, as 24 horas após a saída de Maduro do poder – começarão a chegar à Venezuela alimentos, medicamentos, insumos médicos, peças para os equipamentos e veículos. A operação está pronta”.
“Em paralelo ao fracasso dessa oposição desleal – centrada em derrubar o governo em detrimento da defesa dos interesses coletivos, e, em função disso, com um apoio eleitoral diminuído –, se observam dois fenômenos: o ressurgimento dos protestos e a aparição de vozes dentro do chavismo que, sem pretensão virar à casada para a direita, estão sendo muito críticas para com a gestão de governo e as políticas para enfrentar a crise multidimensional”, indica Stelling.
Esse imediatismo planteado pela oposição – vernácula e multinacional – vai além do ímpeto de derrubar o governo de Maduro, porque aponta diretamente a acabar com o chavismo, seus ideais, sua força política. E a única forma (que eles vêm) é através de uma intervenção estrangeira, ideia que manejam desde Washington e à qual se integrou agora um novo aliado, o novo presidente colombiano, Iván Duque.
Os assessores da oposição insistem em manejar um imaginário coletivo de um povo que é vítima impotente da crise, para que eles lutem pelos direitos e desejos da elite venezuelana, razão pela qual é necessária a ajuda de uma intervenção estrangeira, enquanto a linha abstencionista da oposição conseguiu a façanha de desprestigiar a democracia e levar ao fim das expectativas por uma solução política.
O governo também promoveu a despolitização, e se agarra no discurso da vitimização (defesa da soberania, guerra econômica, sanções das grandes potências, ameaças de invasão) para se defender e conter a insatisfação popular, exigindo da militância uma obediência passiva e o sacrifício, muito longe do defendido por Chávez, que era a democracia participativa.
Os protestos – já sem as barricadas, e muitos protagonizados por militantes chavistas – são a reação popular contra a despolitização planejada pelas elites políticas, o reducionismo de ser somente a favor da queda de Maduro a qualquer custo, ou continuar com ele a qualquer custo, sem sequer mudar o sistema de distribuição da riqueza.
A sensação de que tudo está errado, ou está no caminho do desastre, de que não há solução aos problemas, de que não há alternativa para solucionar os problemas próprios, não é a única coisa que angustia os venezuelanos. Tampouco há sinais de acompanhamento institucional e/ou político para a população, indica o portal chavista Supuesto Negado. Ninguém quer chegar ao ponto de perder a esperança – embora muitos já tenham perdido – mas, enquanto isso, esperam que ao menos se termine o bla bla bla.
O cardeal Baltazar Porras, ao assumir a Administração Apostólica de Caracas – após a renúncia do furibundo cardeal antichavista Jorge Urosa Savino – disse que a tarefa da sua gestão será a de “evangelizar e dar esperanças a uma sociedade em crise que tem suas liberdades cerceadas, que é vítima da violência, da corrupção e do rompimento dos afetos”. Falou da semiescravidão a qual se submetem essas pessoas desesperadas por sair do país, o que inclui até menores de idade, e da ação de estrangeiros e venezuelanos que se aproveitam para lucrar com essas necessidades das pessoas em situações limite, e que acabam caindo até em “casos de prostituição, de exploração por um grupo de venezuelanos na Colômbia, ou na Espanha, como é o trabalho que se está fazendo com as venezuelanas, que depois são vendidas como escravas. Além disso, também estão sujeitos aos males do mundo das drogas e da criminalidade”.
O cardeal Porras também fala em pressionar o governo para que veja a realidade. “É muito ruim falar em `diálogo´ na Venezuela, por tudo o que tem ocorrido, mas os problemas resolvem conversando. Só autêntico diálogo pode trazer soluções, e não isso somente se sentar junto sem vontade de chegar a acordos, só para tirar fotos sorridentes, que não levam a nada”, completou, numa postura que se diferencia de Urosa.
Des-ajuste e anúncio de medidas
O analista político Juan Manuel Rodríguez diz que o governo não acredita no instinto e na sensatez da sociedade, e acha que ela deveria estar satisfeita com a amigável distribuição de bolsas e outras ajudas sociais, por isso insistem em uma propaganda saturada de imagens das glórias passadas do chavismo e um futuro supostamente promissor, e não parecem ver o absurdo de anunciar cosas que não são verdade.
Outro analista, Marco Teruggi, aprofunda essa visão, e fala sobre o ajuste que o governo tenta impulsar, e diz que “parecem existir decisões que são tomadas da porta para dentro, mas que não se anunciam, embora terminem se traduzindo em políticas concretas”.
Se estivéssemos na presença de um governo com uma agenda neoliberal expressa, seria óbvio dizer que este se trata de um ajuste econômico de proporções antológicas. Entretanto, é preciso reconhecer, por parte do governo, sua manifestada intenção de não fazer isso.
Mas o problema é que essa manifestação não evita que, na prática, o ajuste já se esteja produzindo, e da pior forma: por descarte, pela via do fato, e não a formal, o que faz com que tome as formas de um des-ajuste (um ajuste de fato e não anunciado, que se apresenta como uma grande desordem), mas que tem vencedores e perdedores: ganham os mais fortes (que são menos), enquanto perde a maioria.
No dia 25 de julho, Maduro formulou, junto com os integrantes de seu gabinete econômico, cinco anúncios ao país. Entre eles, uma medida de reconversão e entrada em vigência do novo marco monetário, a ser fixado a partir de 20 de agosto, eliminando cinco zeros da moeda (tamanha é a magnitude da inflação), e a remissão à Assembleia Constituinte de um projeto de lei sobre ilícitos cambiários, com o propósito de incentivar e permitir os investimentos estrangeiros no país.
Juan Pablo Olalquiaga, presidente da Confederação Venezuelana de Industriais (Conindustria), indicou que “as medidas anunciadas por Maduro são uma palhaçada. Devemos desmontar por completo a lei de ilícitos cambiários, não falar em modificá-la, e sim desmontá-la”. Ademias, assegurou que os anúncios econômicos não têm sentido, já que o petro (a criptomoeda venezuelana, recentemente lançada) não tem valor comercial, e está sancionada pelos Estados Unidos.
Os especialistas alertam que o primordial é frear o processo hiperinflacionário, pois se isso não acontecer será preciso tomar medidas para combater o contrabando e o mercado ilegal (hoje em seu pior momento), ou essa nova política governamental irá por água abaixo: daqui até 20 de agosto as notas atuais deixarão de circular, os preços acelerarão seu crescimento, pois os comerciantes e empresários tentarão ficar o mais alto possível em matéria de zeros, para quando esses forem suprimidos.
No caso da relação de valores entre o bolívar soberano (moeda venezuelana real) e o petro, a primeira dúvida é que não se sabe exatamente qual é o status atual do petro. Logo, tampouco se sabe como se dará a transmissão e um valor a outro: se pela via cambiária, pela monetária, ou ambas.
Não se sabe também em que consiste a reforma da lei de ilícitos cambiários, mas se supõe que sua meta é transparentar a não existência de controle cambiário, razão pela qual se buscará suprimir disposições que só têm utilidade e sentido no marco de um controle cambiário, que o governo vem desmontando devido ao que chama de “um novo começo econômico”.
Sobre aumentar as reservas da República entregando ao Banco Central o controle de um bloco da faixa petrolífera do Orinoco (Ayacucho II), o governo pode plantear um conflito de competências entre o BC e a PDVSA (estatal que controla a produção petrolífera do país), pois a não ser que o BC consiga explorar diretamente a faixa e vender o petróleo, essa é uma atribuição da empresa estatal.
O portal 15yUltimo afirma que a única forma de aumentar imediatamente as reservas por essa via é emitindo títulos de dívida contra elas, o que é um tema muito delicado.
Chama a atenção o alarmismo entre os chavistas pelo fato de que se fale do final do modelo rentista, e imediatamente haja um decreto de exoneração de impostos às importações do setor privado (bens de capital e matérias primas, esperando que isso possa estimular a produção), não considerando que isso pode levar ao risco de uma nova transferência de renda (quando já não há muita disponível) ao setor privado.
Está mais que comprovado internacionalmente que, em casos como o da Venezuela atual, os estímulos fiscais antecipados não só são ineficientes como também custam caro. Inclusive, há trabalhos da CELAG (Centro Estratégico Latino-Americano de Geopolítica), tanque de pensamento comandando por europeus como os que assessoram o governo em matéria econômica, que denunciam isso.
A dinâmica parece girar em torno à capacidade que as lideranças terão para se apropriar (ou não) da situação, para domesticar/desarticular ou vencer as lutas populares, e nestes momentos, incipientemente, algumas instâncias da oposição se ativam para tentar se apropriar do conflito popular.
Corrupção
Nove militares da Marinha foram presos por ordem de um tribunal militar de Caracas, por sua participação em um plano de golpe de Estado, denominado “Operação Armagedom”. Os militares buscavam “impedir as eleições presidenciais de 20 de maio e assassinar o presidente Nicolás Maduro.
Enquanto isso, o Departamento de Justiça dos Estados Unidos, após uma investigação iniciada em 2014, revelou uma nova trama de corrupção que envolve a Petróleos de Venezuela (PDVSA) e outro ex-tesoureiro e diretor de Finanças da estatal, Carlos Erik Malpica Flores, que também foi administrador da Assembleia Geral e da Chancelaria, e é sobrinho de Cilia Flores, esposa do presidente Maduro
O testemunho chave da investigação é outro venezuelano, militar da reserva e ex-guarda-costas de Chávez, Alejandro Andrade, quem também foi presidente do BANDES (Banco de Desenvolvimento Econômico e Social, espécie de BNDES venezuelano) e tesoureiro nacional (entre 2007 e 2010). Andrade deu muitas informações às autoridades estadunidenses, a respeito de mais 20 ex-funcionários da PDVSA e pessoas de poder dentro do mundo da lavagem e dinheiro.
Congresso do PSUV
Sem o líder indiscutível do chavismo, as diferenças dentro do Partido Socialista Unido da Venezuela (PSUV) têm sido resolvidas com expulsões, tácitas ou de fato. Ao se iniciar o IV Congresso do partido, dezenas de ex-colaboradores de Hugo Chávez não apareceram no cenário, e muitos deles mantêm posições críticas com relação ao madurismo, enquanto altos funcionários atuais (Elías Jaua e Adán Chávez, entre outros) exigem eleger a nova a direção do PSUV através de votações e não com o método de aferição visual.
No IV Congresso, os 670 delegados consideraram as sete linhas de ação estratégica apresentadas por Maduro: diálogo, economia produtiva, luta anticorrupção, proteção social do povo, defesa do país, construção do socialismo e serviços públicos; além de aprovar a nova estrutura organizativa do partido (Maduro presidente, Diosdado Cabello, vice).
Maduro reconhece que as 70 empresas do Estado se encontram “no vermelho”, e preferia que o Congresso fosse adiado para 20 de agosto, após a entrada em vigor das medidas. Entretanto, não foi assim, e o Congresso do PSUV apresentará ao presidente, no final deste recém iniciado mês, um conjunto de 12 propostas setoriais, que os delegados territoriais levarão ao debate com o povo e a militância psuvista.
Primeiro as medidas, e talvez, depois, o plano ou projeto. Como dizia um antigo personagem de uma novela venezuelana: “dependendo de como venha, vamos vendo”.
Aram Aharonian é jornalista e comunicólogo uruguaio, fundador do canal TeleSur e presidente da Fundação para a Integração Latino-Americana (FILA)
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