Pompeo y el primer apriete de EEUU a López Obrador/ Pompeo e o primeiro aperto dos Estados Unidos a López Obrador

1.490

Álvaro Verzi Rangel|

La visita del secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, a México fue para tratar de torcer la decisión del nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador de llevar adelante un nueva política exterior, basada en el principio de no intervención en los asuntos internos de los países latinoamericanos, en especial en su aplicación contra Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Un país dependiente, con casi un cuarto de millón de muertos y desaparecidos en los pasados sexenios, más de una cuarta parte de sus habitantes en la pobreza y 15% en la indigencia parece difícil de encaminar cuando la guerra comercial iniciada por Donald Trump tendrá enormes recaídas sobre la frágil economía mexicana.

Pompeo, exdirector de la agencia estadounidense de inteligencia CIA,  es uno de los representantes de la línea más dura del Partido Republicano con amplia experiencia en asuntos de inteligencia, de seguridad nacional y militares. Desde 2011 fue miembro de la Cámara de Representantes por el estado de Kansas, donde era uno de los líderes estatales de la facción ultraconservadora republicana conocida como Tea Party.

La visita, señala Ángel Guerra Cabrera, debe ser tomada con el mínimo de expectativas sobre el fruto positivo que pueda arrojar para el país anfitrión. Pompeo no trae nada favorable para las relaciones entre México y EEUU, dada su conocida plena coincidencia con la brutal política injerencista y agresiva del presidente Donald Trump, quien por eso mismo lo escogió para relevar a Rex Tillerson en el cargo.

Pompeo es considerado como un vehemente enemigo de la revolución bolivariana, y ha propuesto en la OEA la expulsión de Caracas de su seno. Es viejo amigo de la contrarrevolución (anti)cubana de Miami y comparte su ferviente adhesión al sionismo con Jared Kushner, cuñado de Trump y uno de sus acompañantes en esta visita. Completaron su comitiva el especulador y banquero Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, y la titular de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, operadora inmisericorde de la política migratoria de tolerancia cero.

Resultado de imagen para papa y lopez obradorTras la reunión con la alta misión trumpista, López Obrador puso en el tablero geopolítico al papa Francisco, quien –anunció- aceptó participar (de manera virtual) en sus propuestos foros de reconciliación y pacificación, del 7 de agosto al 24 de octubre, sobre la ley amnistía y legalización de las drogas.

La finalidad de estos foros que realizará antes de asumir la presidencia, es atender en lugares neutrales y accesibles temas relativos a las víctimas de ejecuciones, desapariciones, y secuestros, consultando a líderes de comunidades, expertos y víctimas.

Hace un año, cuando era director de  la CIA, afirmó que esta agencia estaba trabajando con los gobiernos de México y Colombia para lograr el cambio de régimen en Venezuela. Y en ese momento, el canciller mexicano Luis Videgaray –a quien Washington quiere imponer como próximo secretario general de la OEA en sustitución de Luis Almagro-  no se atrevió  a desmentirlo.

Petróleo, migrantes

Hoy no aparece nada nuevo en el horizonte: a Washington le interesa, sobre todo, el petróleo mexicano , máxime cuando AMLO anunció modernizar las refinerías y construir nuevas, y trató de asegurarse que el nuevo gobierno sea complaciente como todos los de la etapa neoliberal para con las política de Washington, que actúe de custodio antiinmigrante y continúe adherido a sus aprestos intervencionistas contra Venezuela como miembro prominente del desprestigiado Grupo de Lima.

No le ha gustado –ni a Trump, ni a Tillerson ni a Pompeo- que AMLO haya anunciado impulsar la soberanía alimentaria, revocar la reforma educativa y desarrollar programas para garantizar la educación de todos los mexicanos hasta el nivel universitario, facilitando la incorporación de jóvenes, hoy mayoritariamente marginados, al trabajo y a su capacitación laboral.Resultado de imagen para refinerias pemex

Es cierto que la oligarquía mexicana no quiere a AMLO. Simula una luna de miel, pero es poco probable que dure. Guerra no descarta  que el mandatario electo consiga convivir de manera mutuamente ventajosa con un sector burgués interesado en el mercado interno, pero indica que la más grave amenaza contra un gobierno independiente y progresista en México procede de la élite del poder del vecino del norte, que se valdrá de sus socios locales para sus planes golpistas y subversivos.

Estados Unidos, luego de apropiarse de vastos territorios mexicano, tiene hoy una frontera común con México de tres mil kilómetros, y su presidente insiste en la construcción de un muro, a costo de los mexicanos, para impedir la entrada de migrantes desde Centroamérica.

Los analistas destacan que en la visita está latente eventuales amenazas pol´piticas y económicas, de no seguir el libreto de Washington. Sin duda, lo conveniente para un gobierno progresista en México es fomentar el diálogo bilateral respetuoso y en pie de igualdad, aun cuando no es probable que prospere. Pero México tiene una economía mucho más diversificada que, por ejemplo, Venezuela, y resultará bastante más difícil hacerle daño con una guerra económica, advierte Guerra.

¿Propuesta de entendimiento?

Resultado de imagen para pompeo en mexicoEl gobierno entrante no requerirá la anuencia ni la validación de actores externos para afianzarse, indeseable escenario al que se vieron expuestas las dos pasadas administraciones federales debido a las cuestionables condiciones en que se desarrollaron los comicios de 2006 y 2012, señala un editorial de La Jornada, que habla de la construcción de un trato nuevo, basado en el respeto mutuo, la colaboración en los temas de interés común, la reciprocidad y la simetría.

En este proceso no cabe la ingenuidad, pues el inquilino de la Casa Blanca ha demostrado sobradamente su falta de voluntad –o acaso de capacidad– para tratar con respeto incluso a sus aliados más importantes y poderosos, pero hay que tomar la mano tendida y construir a partir de la generosidad, sin concesiones en la irrestricta defensa de la soberanía y los intereses legítimos de la nación agregó el diario an te la visita de la misión Pompeo.

Marcelo Ebrard, futuro canciller, afirmó que enviaron al presidente Trump por conducto del secretario de Estado una propuesta de entendimiento con cuatro ejes: comercio –que incluye TLCAN (con Estados Unidos y Canadá), desarrollo, migración y seguridad, y d acotó que no abordaron temas como el tráfico de armas, la construcción del muro fronterizo ni la separación de niños migrantes de sus familias, a tratar en otra ocasión.

Uno de los principales puntos del plan de AMLO es el desarrollo de México (incluye a los países centroamericanos en un esfuerzo de conjunto para el desarrollo), con el propósito de que la migración hacia EEUU no se dé por motivos de inseguridad, pobreza ni por falta de empleo. Y en este tópico, impulsará iniciativas de gran calado en las distintas regiones del país, como la construcción del tren de la Ruta Maya y la siembra de árboles en más de un millón de hectáreas del sur del país.

De la reunión con Pompeo, participaron el empresario Alfonso Romo, próximo jefe de la Oficina de la Presidencia, y Martha Bárcena (representante mexicana ante la FAO), a quien AMLO ha propuesto para encabezar la embajada de México en Estados Unidos .

 Pompeo, un ultra islamofóbicoResultado de imagen para trump y alemania nazi

Pompeo, quien desde enero de 2017 era el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), mantuvo un delicado equilibrio en las relaciones entre los servicios de inteligencia y Trump, quien llegó a comparar la gestión de la CIA con la «Alemania nazi». «Las agencias de inteligencia nunca han debido permitir la filtración de estas noticias falsas hacia el público», tuiteó Trump en ese entonces. «¿Estamos viviendo en la Alemania Nazi?», refiriéndose  a un dossier que contenía información no verificada acerca de posibles contactos entre él y el gobierno de Rusia.

Pompeo le ha restado importancia a los hallazgos de la CIA sobre la posible interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. Pero cuando Trump afirmó que le creía al presidente de Rusia Vladimir Putin cuando éste negaba cualquier injerencia en las elecciones, Pompeo se mantuvo firme en las evaluaciones de Estados Unidos sobre las presunta intromisión de Moscú.

El ex director de la CIA también dijo que quería revisar el acuerdo sobre la energía nuclear de Irán, concluido por el ex presidente demócrata Barack Obama, mientras que Pompeo era senador y se opuso firmemente a este acuerdo.

Como legislador (fue miembro de la Comisión Especial de Inteligencia y del Comité de Energía y Comercio) fue crítico del acuerdo nuclear de la administración de Barack Obama con Irán y ha defendido programas de recolección masiva de datos personales por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y un firme defensor de que se mantenga abierto el centro de detenciones de Guantánamo, en Cuba.

Imagen relacionadaTambién defendió a la CIA después de la publicación del Informe del Comité de Inteligencia del Senado sobre la Tortura en 2014, que detalla prácticas de interrogatorio criticadas por su violación de derechos humanos. «Estos hombres y mujeres no son torturadores, son patriotas», dijo en su momento, además de defender las tácticas de la CIA como prácticas «dentro de la ley, dentro de la Constitución (…) para proteger» a su país.

Pompeo es un antiguo oficial de caballería (graduado en la academia militar West Point), empresario y congresista conservador, con estudios de derecho en Harvard,  que ya se sumergió en una de las maniobras diplomáticas más ambiciosas en décadas: lograr un acercamiento con Corea del Norte. Antes de llegar al Congreso, fundó una firma que fabrica piezas de aviación y una compañía de suministro para yacimientos petrolíferos.

En 2013 fue criticado de tener una visión «islamofóbica» por los comentarios que hizo tras las letales explosiones en el maratón de Boston ese año, y  sugirió que algunos líderes religiosos islámicos podría estar alentando los ataques extremistas. «Cuando los ataques terroristas más devastadores en EEUU en los últimos 20 años vienen en su mayoría de personas de una sola fe, y se llevan a cabo en el nombre de esa fe, una responsabilidad especial recae sobre aquellos que son los líderes de esa fe», dijo.Resultado de imagen para pompeo y maraton de boston

Pompeo también fue parte del Comité sobre Bengasi, creado en 2014 para investigar el ataque mortal de 2012 a un complejo diplomático de Estados Unidos en Libia. Los demócratas lo describieron como una cacería de brujas política contra la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y Pompeo publicó un informe después acusándola de engañar intencionalmente a los estadounidenses sobre la naturaleza del ataque.

* Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


EN PORTUGUÉS

Pompeo e o primeiro aperto dos Estados Unidos a López Obrador

Por Álvaro Verzi Rangel
A visita ao México do secretário de Estado do governo estadunidense, Mike Pompeo, teve como objetivo a tentativa de mudar a decisão do novo presidente Andrés Manuel López Obrador de impulsar uma política exterior diferente da atual e baseada na defesa do princípio da não intervenção estrangeira nos assuntos internos dos países latino-americanos – em especial no que diz respeito aos casos de Venezuela, Nicarágua e Cuba, onde a aplicação desse princípio interessa aos Estados Unidos.

O México é um país dependente, com quase um quarto de milhão de mortos e desaparecidos nos dois últimos mandatos presidenciais, mais de uma quarta parte dos seus habitantes na pobreza e 15% deles na indigência… números que mostram como será difícil para o novo governo conseguir a prometida recuperação, com uma economia tão frágil e uma sociedade tão vulnerável, ainda mais considerando a guerra comercial iniciada por Donald Trump, que certamente trará maiores e piores efeitos.

Pompeo é um ex-diretor da CIA, a maior agência estadunidense de inteligência CIA, e um dos representantes da linha mais dura do Partido Republicano, com ampla experiência em questões de inteligência, segurança nacional e estratégias militares. Desde 2011, foi membro da Câmara de Representantes pelo estado do Kansas, onde era um dos líderes da facção ultraconservadora republicana conhecida como Tea Party.

A visita, segundo o relatado pelo analista político Ángel Guerra Cabrera, deve ser tratada com o mínimo de expectativas pelos que esperavam frutos positivos para o país anfitrião: “Pompeo não traz nada favorável para as relações entre México e Estados Unidos, basta ver sua concordância com a agressiva política intervencionista do presidente Donald Trump, que o escolheu para substituir o demitido Rex Tillerson justamente por sua maior adequação ao estilo que ele pretende ver no cargo”.

Pompeo é considerado um veemente inimigo da revolução bolivariana na Venezuela, a ponto de propor a expulsão de Caracas da Organização dos Estados Americanos (OEA). É um velho amigo da contrarrevolução (anti)cubana de Miami e nutre fortes simpatias pelo sionismo, assim como Jared Kushner, cunhado de Trump e um dos seus acompanhantes nessa visita. Completaram a sua comitiva o especulador e banqueiro Steven Mnuchin, secretário do Tesouro, e a chefa da pasta de Segurança Interior, Kirstjen Nielsen, responsável pela política migratória de tolerância zero.

Há cerca de um ano, quando ainda era o diretor chefe da CIA, Pompeo afirmou que esta agência estava trabalhando com os governos do México e da Colômbia sobre propostas para uma mudança de regime na Venezuela. Naquele momento, o chanceler mexicano Luis Videgaray – que Washington pretende impor como próximo secretário-geral da OEA, no lugar do uruguaio Luis Almagro – não se atreveu a desmentir esses rumores.

Após a reunião com a alta cúpula trumpista, López Obrador colocou no tabuleiro geopolítico o Papa Francisco, que anunciou sua disposição em participar (ainda que de maneira virtual) dos foros que o presidente eleito pretende organizar para discutir os projetos sobre reconciliação e pacificação, entre 7 de agosto e 24 de outubro, e que debaterão ideias como a de uma lei de anistia e até a legalização das drogas.

Esses foros, que serão realizados em lugares neutros, abertos e acessíveis, e antes de Obrador assumir a presidência, têm a finalidade de abordar os temas relativos às vítimas de execuções, desaparições e sequestros, consultando os líderes das comunidades, especialistas e vítimas.

Petróleo e migração

Por enquanto, porém, não há nada novo no horizonte: o interesse primordial de Washington com relação ao vizinho do sul ainda é o petróleo do Golfo do México, ainda mais agora que AMLO (sigla do nome completo de Obrador, pela qual é conhecido no país) anunciou que pretende modernizar as refinarias e construir outras novas.

Outras promessas de AMLO, como a de impulsar a soberania alimentar do México, revogar a reforma educativa e desenvolver programas para garantir a educação de todos os mexicanos até o nível universitário – facilitando a incorporação dos cidadãos mais jovens, hoje majoritariamente marginalizados, ao mundo do trabalho e da capacitação – tampouco agradaram a Trump e a Pompeo.

É verdade que a oligarquia mexicana não quer o sucesso de AMLO. Simula uma lua-de-mel, mas é pouco provável que ela dure. O analista Guerra Cabrera não descarta a possibilidade de o mandatário eleito conseguir conviver de maneira mutuamente vantajosa com um setor burguês interessado no mercado interno, mas também lembra que “a mais grave ameaça contra um governo independente e progressista no México vem da elite do poder do vizinho do norte, que sempre conta com o apoio de seus sócios locais para realizar seus planos golpistas e subversivos”.

Os Estados Unidos, depois de se apropriar de vastos pedaços do território mexicano original, tem hoje uma fronteira em comum com o México de mais de três mil quilômetros, e seu presidente insiste na construção de um muro, cujo custo assegura que será pago pelos mexicanos, para impedir a entrada de migrantes da América Central.

O analista destaca que a visita de Pompeo esteve marcada por eventuais ameaças políticas e econômicas, caso a decisão mexicana seja a de não seguir o script exigido por Washington. “Sem dúvida, é conveniente para um governo progressista no México a ideia de fomentar o diálogo bilateral respeitoso e em pé de igualdade, ainda quando não é provável que prospere. Mas o México tem uma economia muito mais diversificada que, por exemplo, a da Venezuela, e será bastante mais difícil promover uma guerra econômica semelhante”, adverte Guerra Cabrera.

Proposta de entendimento?

“O governo que assumirá o México em dezembro não requer a bendição nem o respaldo de forças estrangeiras para obter legitimidade, depois de uma vitória avassaladora nas urnas. Cenário indesejável para o establishment, e que expôs os resultados daninhos das duas últimas administrações federais”, afirma um editorial do diário local La Jornada, que fala da construção de uma nova forma de governar, baseada no respeito mútuo entre governantes e governado, a colaboração nos temas de interesse comum, a reciprocidade e a simetria.

Neste processo, não se deve pecar por ingenuidade, pois o inquilino da Casa Branca já demonstrou claramente sua falta de vontade – ou talvez de capacidade – de tratar com respeito até mesmo os seus aliados mais importantes e poderosos. Ainda assim, “é importante tomar a mão estendida, visando construir, a partir da generosidade e sem concessões e de forma irrestrita, a defesa da soberania e dos interesses legítimos da nação”, escreveu o diário La Jornada, a respeito da missão de Pompeo.

Marcelo Ebrard, futuro chanceler, afirmou que o presidente Trump enviou, através do seu secretário de Estado, uma proposta de entendimento com quatro eixos: comércio (que inclui o Tratado de Livre Comércio da América do Norte, NAFTA por sua sigla em inglês, que conta também com a participação de Estados Unidos e Canadá), desenvolvimento, migração e segurança, e assegurou que não abordaram temas como o tráfico de armas, a construção do muro fronteiriço ou a separação de crianças migrantes de suas famílias, que deverão ser tratados em outra ocasião.

Um dos principais pontos do plano de AMLO é o desenvolvimento do México – e de uma forma que ajude também os países centro-americanos no esforço de conjunto para o desenvolvimento), com o propósito de que a migração aos Estados Unidos não se dê por motivos de insegurança, nem pobreza, nem falta de emprego. E, sobre este mesmo tópico, também impulsará iniciativas de grande impacto nas diferentes regiões do país, como a construção do trem da Rota Maya e a política de semear árvores nos mais de um milhão de hectares do sul do país.

Também participaram da reunião com Pompeo o empresário Alfonso Romo, próximo chefe da Secretaria da Presidência, e Martha Bárcena (representante mexicana diante da FAO, a Agência das Nações Unidas para a Agricultura e a Alimentação), a quem AMLO pretende dar o cargo de embaixadora do México nos Estados Unidos.

Pompeo, um ultra islamofóbico

Como diretor da CIA, durante todo o ano de 2017 e o começo de 2018, Pompeo manteve um delicado equilíbrio nas relações entre os serviços de inteligência e o presidente Donald Trump, que chegou a comparar a gestão da agência com a Alemanha nazi: “as agências de inteligência nunca deveriam permitir os vazamentos de notícias falsas para o público”, tuitou Trump, certa vez. “Estamos vivendo na Alemanha nazi?”, questionou em outra mensagem, em referência a um dossiê que continha informação não verificada sobre possíveis contatos entre ele e o governo da Rússia.

Pompeo não deu importância aos vazamentos da CIA sobre essa possível interferência russa nas eleições presidenciais dos Estados Unidos em 2016. Mas quando Trump afirmou que acreditava no presidente Vladimir Putin quando este negava qualquer intervenção nas eleições, Pompeo se manteve firme a favor do discurso governamental.

O ex-diretor da CIA também disse que queria revisar o acordo com o Irã sobre a energia nuclear, assinado pelo ex-presidente democrata Barack Obama, enquanto Pompeo era senador – e forte opositor da medida.

Como legislador, ele foi membro da Comissão Especial de Inteligência e do Comitê de Energia e Comércio, e a partir daí atuou como um feroz crítico do acordo nuclear de Obama com o Irã, além de defender programas de coleta massiva de dados pessoais por parte da Agência de Segurança Nacional (NSA, por sua sigla em inglês) e a manutenção do centro de detenção de Guantánamo, em Cuba.

Também defendeu a CIA depois da publicação do Informe do Comitê de Inteligência do Senado sobre a Tortura, em 2014, que detalhou práticas de interrogatório criticadas por sua violação sistemática dos direitos humanos. “Estes homens e mulheres não são torturadores, são patriotas”, disse na ocasião, além de defender as táticas da CIA como práticas “dentro da lei, dentro da Constituição (…) para proteger o país”.

Pompeo é um antigo oficial da cavalaria (graduado na academia militar West Point), empresário e congressista conservador, com estudos de direito em Harvard, e que se envolveu numa das manobras diplomáticas mais ambiciosas em décadas: alcançar uma aproximação com a Coreia do Norte. Antes de chegar ao Congresso, fundou uma firma que fabrica peças de aviação e uma companhia de fornecimento para jazidas petrolíferas.

Em 2013, foi criticado por ter uma visão islamofóbica, pelos comentários que fez após as letais explosões durante a maratona de Boston daquele ano, e sugeriu que alguns líderes religiosos islâmicos poderiam estar por trás dos ataques extremistas. “Quando os ataques terroristas mais devastadores ocorridos nos Estados Unidos nos últimos 20 anos vêm, em sua maioria, de pessoas de uma só fé, e se que sejam inspiradas em nome dessa fé, é porque alguma responsabilidade especial sobre aqueles que são os líderes dessa fé deve existir”, afirmou.

Pompeo também foi parte do Comitê sobre Bengasi, criado em 2014 para investigar o ataque mortal ocorrido em 2012, que atingiu um complexo diplomático dos Estados Unidos na Líbia. Os democratas descreveram aquela investigação como uma forma de perseguição política contra a ex-secretária de Estado Hillary Clinton, e Pompeo publicou um informe depois, acusando-a de enganar os estadunidenses, de forma intencional, a respeito da natureza do ataque.

Álvaro Verzi Ranger é sociólogo venezuelano e codiretor do Observatório de Comunicação e Democracia

 

 

 

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.