Argentina: Hoy la economía y sus problemas: ¿y después…?/ Hoje, a economia e seus problemas… e o que virá depois?

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Juan Guahán-

 El Mundial, con sus sinsabores y alegrías, no logró “tapar” la realidad, la desnudó. Allí está: profundamente dolorosa. Los problemas de la economía agobian al pueblo. La deuda y la inflación; la desocupación, la recesión y el Paro Nacional ocupan el centro del escenario y son la clave de la pregunta pendiente: ¿después que viene?

Si no fuera por la realidad las cosas andarían a las mil maravillas, el “cambio” está en marcha y al rumbo no hay porqué cambiarlo. Eso piensa el gobierno, pero la verdad está a la vista de todos y a nadie puede engañar, ni siquiera a quienes simulan no darse cuenta de lo que está pasando.

A las cuestiones puntuales que iremos desarrollando y que afectan a los sectores populares hay que agregarle otros temas, como el derrumbe en el valor de las acciones, el incremento de la tasa del “riesgo país” y los pronunciados vaivenes de un dólar que no encuentra su techo. Todo ello manifiesta la reacción negativa de los propios grupos económicos vinculados al “mercado”. Eso da cuenta de la generalizada desconfianza que, en el  pueblo y también para el mercado, producen las políticas económicas del actual gobierno argentino.

Para que nadie pueda invocar ignorancia van algunos “datitos” sobre lo que está ocurriendo en los rubros que hemos mencionado al comienzo de esta nota.

Más deuda para pagar lo que nos reclaman  como “deuda”

Los 50 mil millones de dólares contemplados en el acuerdo con el FMI no tienen por destino contribuir al despegue de la economía. Todo lo contrario ellos son el ancla que nos amarra a una deuda con la que pretenden tenernos “agarrados del cogote” por varias generaciones. Los acreedores saben que no estamos en condiciones de pagarles lo que nos reclaman, es por eso que toman la decisión de “prestarnos” plata para que les podamos pagar.

Los analistas económicos coinciden en un dato llamativo. Nuestro país debe disponer 17 mil millones de dólares para pagar los intereses del segundo semestre de este año y los del próximo. Para ese mismo período, hay que agregarle 30.800 millones destinados a cubrir el déficit primario (la diferencia entre lo que se gasta y lo que se recauda). Todo eso suma 47.800 millones de dólares. Una cantidad muy cercana a los 50 mil millones que nos prestan.

Más allá de las volteretas y explicaciones financieras que se puedan dar, allí está el destino de la mayor parte de la plata del FMI. De todas maneras, por las fechas previstas para que lleguen esos fondos, ellos no alcanzarán para cubrir las necesidades financieras del 2019. Por ello, el gobierno deberá salir a buscar nuevos recursos.

Inflación desbocada

La inflación para este año, prevista en la Ley de Presupuesto, era 15,7% anual. El Banco Central tenía una estimación propia ubicándola entre el 8 y 12%. Ahora, a mitad del año y cuando esas cifras suenan ridículas, la estiman en un 27% y muy posiblemente supere el 30%. Al mismo tiempo la suba de la canasta de alimentos, que afecta a los sectores de menores recursos, es largamente superior a las mencionadas cifras de la inflación general. Los datos de junio indican que, para ese mes, la inflación general rondaría el 3,5% y el 4% para los alimentos.

La desocupacion no cede y amenaza con crecer

Los datos para la desocupación, a fines del primer trimestre, señalan que ésta llegó al 9,2%. Lejos del 8,3% del último trimestre de 2017. Más lejano aún de las cifras estimadas para este año por diversos organismos internacionales, que las ubicaban por debajo del 8%. Como está dicho, esas cifras corresponden al fin del primer trimestre, es decir previamente a que se produjeran los últimos desbarajustes económicos y que se anunciara públicamente la profundización de los ajustes en danza, que van a afectar seriamente al empleo público, a trabajadores de la industrial y el comercio, afectados por el estancamiento económico y la reducción del consumo.

Resultado de imagen para argentina desocupacionLa recesión ya empezó un nuevo ciclo

Pareciera que el fin del mes de marzo marcó no solo el fin del verano, sino que también puso término a 13 meses consecutivos de crecimiento económico. Según los datos oficiales el mes de abril registró una caída, en el desenvolvimiento de la economía, equivalente al 0,9% respecto a igual mes del año anterior y un 2,7% menos que el precedente mes de marzo. La causa de esta situación está –entre otras razones- en la sequía, una de las más extendidas y profundas de las últimas décadas.

Obviamente que la reciente “corrida bancaria” con sus efectos con la constante devaluación del peso y las insoportables tasas de interés, que ya se sienten en el quiebre de cadenas de pago, ahondarán esa tendencia. Ante esa perspectiva, los voceros oficiales informan que el segundo y tercer trimestre serán negativos. Quedan planteadas las dudas sobre la evolución del último trimestre del año. Lo cierto es que las cifras oficiales, más optimistas, refieren un crecimiento anual menor al 1%. Todo parece indicar que el crecimiento “cero” será el número más aproximado a la realidad.

El paro nacional

La suma de problemas que afectan a los sectores populares motivó el tercer Paro Nacional, decretado por la deteriorada conducción de la CGT, al gobierno de Mauricio Macri. El apoyo de los gremios del transporte, de las tres CTA, de los sindicatos y fuerzas de izquierda, junto a la participación de los trabajadores de la economía social (CTEP), le dio al paro una contundencia que no se veía desde hace varios años. Dentro de la confusión y contradicciones reinantes, el gobierno emergió con distintas respuestas. Ratificó el rumbo económico; mantuvo su recurrente idea a un diálogo sectorial y no con la CGT como tal; al mismo tiempo abrió las puertas a la posibilidad de nuevas reuniones paritarias.

¿Y ésto cómo termina…?

En medio de una crisis que no termina de resolverse aparecen las ineludibles preguntas por el destino final de este gobierno ante lo que está pasando. Una síntesis muy clara respecto de las perspectivas contradictorias respecto del futuro la dio Rubén “El Pollo” Sobrero, dirigente ferroviario y miembro de un partido trotskista. Éste sostuvo, en el acto realizado en el Obelisco el mismo día del paro: «Vamos a seguir empujando por esa huelga de 36 horas, por un plan de lucha para que caiga el Gobierno, de esta derecha de mierda y de todos sus cómplices. Hay que echar a la mierda al gobierno de Macri”.

Eso, muy posiblemente, represente su sentimiento más íntimo y el de buena parte de los argentinos. Ante el cúmulo de críticas recibidas, horas después, dio una respuesta más ajustada a lo “políticamente correcto” y lo que plantea su Partido. Pidió disculpas y dijo: “Cometí un error al decir que ‘caiga el Gobierno’. En realidad lo que quise decir es que caiga el plan económico del Gobierno. A los que se sintieron molestos les pido disculpas por este grave error”

Da la impresión que en esas dos posiciones radica la gran duda en la que está envuelta una parte importante de la oposición política y el pensamiento de muchos compatriotas, envueltos en la contradicción entre los plazos institucionales y la gravedad de la tensión social.

El fin del Mundial para Argentina hará que, junto a los ramilletes de candidatos, acuerdos y alianzas que florecerán por doquier, también se desplieguen estas dos posiciones. A medida que se vaya acercando la fecha electoral la tendencia a resolver estas cuestiones mediante las próximas elecciones irá predominando. Aunque, claro está, el gobierno tendrá que superar los naturales y recurrentes vendavales provenientes de los angustiados reclamos que se suele producir en las últimas semanas del año.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


EN PORTUGUÉS

Hoje, a economia e seus problemas… e o que virá depois?

Por Juan Guahán

A Copa do Mundo, com seus dissabores e alegrias, não conseguiu esconder a realidade, a desnudou. Ali está: profundamente dolorosa. Os problemas da economia angustiam o povo. A dívida, a inflação, o desemprego, a recessão, a greve geral nacional, ocupam o centro do cenário e são a chave da pergunta que fica: e o que virá depois?

Se não fosse a realidade, as coisas andariam às mil maravilhas, a “mudança” está em marcha e o rumo não deve ser mudado, segundo o que pensa o próprio governo, mas a verdade está à vista de todos, e ninguém pode enganar, sequer àqueles que simulam não se dar conta do que está passando.

Às questões pontuais que vamos desenvolvendo, e que afetam os setores populares, devemos incluir outros temas, como os valores das ações despencando, a taxa do “risco país” aumentando, os vaivéns de um dólar que não fechou ao seu teto. Tudo isso manifesta a reação negativa dos próprios grupos econômicos vinculados ao “mercado”. Isso mostra a generalizada desconfiança que, no povo e também para o mercado, produzem as políticas econômicas do atual governo argentino.

Para que ninguém possa invocar ignorância, lembremos de algumas informaçõezinhas, sobre o que está ocorrendo nos aspectos mencionados já mencionados aqui.

Mais dívidas para pagar “a dívida”

Os 50 bilhões de dólares contemplados no acordo com o Fundo Monetário Internacional (FMI), pelo destino que se está programado, não terão como contribuir à decolagem da economia. Pelo contrário, são a âncora que amarra o país a uma dívida obrigará o país a viver sob exigências externas por várias gerações. Os credores sabem que o país não está em condições de pagar o que eles reclamam, e por isso tomar a decisão de “emprestar” dinheiro para que possamos pagar.

Os analistas econômicos concordam num dado chamativo. O país deve dispor de 17 bilhões de dólares para pagar os juros do segundo semestre deste ano e dos de todo o próximo. Para esse mesmo período, deve-se agregar 30,8 bilhões destinados a cobrir o déficit primário (a diferença entre o que se gasta e o que se arrecada). Tudo isso soma 47,8 bilhões de dólares. Uma quantidade muito próxima aos 50 bilhões que foram emprestados agora.

Apesar dessas reviravoltas e explicações financeiras que podem ser dadas, ali está o destino da maior parte do dinheiro do FMI. De todas as formas, pelas datas previstas para as chegadas desses fundos, não serviriam para cobrir as necessidades financeiras de 2019. Por isso, o governo deverá buscar novos recursos.

Inflação desenfreada

A inflação para este ano prevista na Lei de Orçamento, era 15,7% anual. O Banco Central tinha uma estimativa própria, entre 8 e 12%. Agora na metade do ano, com essas cifras se mostrando claramente ridículas, mudaram a projeção para um 27% e muito possivelmente superará os 30%. Ao mesmo tempo, o aumento da cesta básica de alimentos, que afeta os setores de menores recursos, é muito superior às mencionadas cifras de inflação. Os dados de junho indicam que, para este mês, a inflação geral rondaria entre 3,5% e 4% para os alimentos.

O desemprego não cai, e ameaça crescer

Os dados para o desemprego, no fim do primeiro trimestre, mostram que este chegou aos 9,2%. Longe do 8,3% do último trimestre de 2017, e mais distante ainda das cifras estimadas para este ano, por diversos motivos, pelos organismos internacionais, que as apontam por baixo de 8%. Como já foi dito, essas cifras correspondem ao fim do primeiro trimestre, ou seja, antes de acontecerem os últimos desajustes econômicos e do anúncio público do aprofundamento das políticas de austeridade, que afetarão seriamente o emprego público, os trabalhadores da indústria e do comércio, que já sofrem pela estagnação econômica e a redução do consumo.

A recessão iniciou um novo ciclo

Parece que o mês de março marcou não só o fim do verão como também encerrou um período de 13 meses consecutivos de crescimento econômico, segundo os dados oficiais do mês de abril, que registraram uma queda no desenvolvimento da economia equivalente a 0,9% com respeito ao mesmo mês no ano anterior, e 2,7% a menos que há dois anos atrás. A causa desta situação está – entre outras razões – na seca, uma das mais extensas e profundas das últimas décadas.

Obviamente, a recente “corrida bancária”, com seus efeitos e a constante desvalorização do peso, além das insuportáveis taxas de juros, que já são sentidas com as quebras das cadeias de pagamento, aprofundariam essas tendências. Diante dessa perspectiva, os porta-vozes oficiais informam que o segundo e o terceiro trimestre serão negativos. Ficam planteadas as dúvidas sobre a evolução do último trimestre do ano. A verdade é que as cifras oficiais mais otimistas falam de um crescimento anual menor que 1%. Tudo parece indicar que o crescimento “zero” será o número mais aproximado à realidade.

A greve geral

A soma dos problemas que afetam os setores populares motivou a terceira greve geral de caráter nacional, decretada pela deteriorada Confederação Geral do Trabalho (CGT) contra o governo de Mauricio Macri. O apoio dos grêmios do transporte, das três CTA´s (Central dos Trabalhadores da Argentina, que vive uma divisão em diferentes correntes), dos sindicatos e forças de esquerda, além da participação dos trabalhadores da economia social (reunidos no CTEP, a Confederação de Trabalhadores da Economia Popular), deu à paralisação uma contundência que não se via há anos. Dentro das contradições reinantes, o governo emergiu com diferentes respostas. Ratificou o rumo econômico, manteve sua insistente ideia de um diálogo setorial, e não com a CGT, e ao mesmo tempo abriu as portas à possibilidade de novas reuniões paritárias.

E como isso termina…?

Em meio a uma crise que não termina se resolve, aparecem as indiscutíveis perguntas pelo destino final deste governo, diante do que está acontecendo. Uma síntese muito clara a respeito das perspectivas contraditórias sobre o futuro foi a de Rubén Sobrero, dirigente do setor ferroviário e membro de um partido trotskista. Ele sustentou, no ato final da greve, realizado no Obelisco: “manteremos esta paralisação por 36 horas, para defender um plano de luta que vise derrubar o governo, desta direita de merda e de todos os seus cúmplices. Temos que jogar merda nesse governo do Macri”.

Essas palavras, muito possivelmente, representam seu sentimento mais íntimo e o de boa parte dos argentinos. Diante do acúmulo de críticas recebidas, horas depois, deu uma resposta mais ajustada ao “politicamente correto”: pediu desculpas e disse que cometeu um erro ao dizer que pretende derrubar o governo. “Na verdade, o que eu quis dizer é que devemos derrubar o plano econômico do governo”.

Dá a impressão que entre essas duas posições radica a grande dúvida na que está envolvida uma parte importante da oposição política e o pensamento de muitos compatriotas, perdidos na contradição entre os prazos institucionais e a gravidade da tensão social.

O fim da Copa do Mundo para a Argentina fará com que, junto aos ramalhetes de candidatos, acordos e alianças políticas que florescerão, também apareçam estas duas posições. Na medida em que comece a se aproximar o período eleitoral, a tendência a resolver estas questões através das próximas eleições irá se aproximando. Contudo, está claro que o governo terá que superar os frequentes naturais vendavais, provenientes das angustiantes reclamações que ele mesmo se acostumou a produzir nas últimas semanas.

Juan Guahán é analista político e dirigente social argentino, associado ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

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