Trump desvía la atención del virus e insiste en el “narcoterrorismo” y la injerencia militar
Mirko C. Trudeau.
Desviando la atención de su eventual fracaso en el combate al coronavirus, el presidente estadounidense Donald Trump anunció un nuevo operativo militar “antinarcóticos” en Latinoamérica y el Caribe, para luchar contra lo que afirmó es una creciente amenaza de narcotraficantes y terroristas buscando aprovecharse de la crisis provocada por la pandemia.
En momentos de crisis sanitaria, Trump trata de desviar la atención, anunciando que “Estados Unidos está lanzando operaciones antinarcóticos robustecidas en el hemisferio occidental…. No debemos permitir que los cárteles de droga exploten la pandemia para amenazar vidas estadounidenses”.
Obviamente, los países de América Latina y el Caribe no necesitan buques de guerra, acorazados, aviones fantasmas, ni misiles, y mucho menos soldados en sus países: su problema acuciante es superar la pandemia del covid-19. Pero Washington no ofrece ayuda sanitaria, ni insumos, ni médicos… sólo aprovecharse de la situación para ampliar su poderío militar.
Acompañado por su secretario de Defensa, Mike Espy; el jefe del estado mayor, general Mark Milley, y del fiscal general Bill Barr, detalló que “en cooperación con 22 países socios, el Comando Sur de EEUU incrementará su vigilancia, interrupción y confiscación de cargamentos de drogas y ofrecerá apoyo adicional para esfuerzos de erradicación…”, con el despliegue de más destructores navales, buques de combate, aviones y helicópteros que duplicarán las capacidades estadounidenses en la región.
El general Milley (des)informó que se obtuvo inteligencia según la cual los cárteles están intentando aprovecharse del estallido del coronavirus para infiltrar más drogas a este país y proclamó la “guerra contra el Covid-19, contra los terroristas y contra los cárteles de las drogas. Somos los militares de EEUU, no penetrarán nuestro país… No llegarán aquí para matar a más estadounidenses” con sus drogas.
Para calmar a sus ciudadanos, el mandatario dijo que estas tropas serán abastecidas de equipos de protección personal para cuidar su salud, algo ilusorio, ya que los médicos que enfrenta la pandemia en EEUU no ha logrado obtener en cantidades suficientes.
Esper indicó que el Pentágono y sus contrapartes en la región han iniciado operaciones antinarcóticos en el Caribe y en el Pacífico oriental, y mencionó a Venezuela en particular al hablar de las nuevas operaciones acusando al gobierno constitucional de Nicolás Maduro de depender de las ganancias del narcotráfico para mantener su poder.
Y Barr recordó que la semana pasada anunció cargos de narcoterrorismo contra Maduro (puso precio de 15 millones de dólares a su cabeza, como en el far-west) y 16 funcionarios más del gobierno de Venezuela.
Barr indicó que entre las prioridades más altas –entre las que no figura la pandemia que azota a su países y a todos sus vecinos- está “destruir a los cárteles mexicanos”, a los que acusó de ser en gran medida responsables de la mayoría de las muertes por drogas de 70 mil estadounidenses cada año. EEUU es el principal consumidor de drogas del mundo, y Colombia el principal productor de cocaína.
Trump habló de 22 países “socios” en la región (posiblemente se refería a quienes votaron por un segundo mandato de Luis Almagro en la Organización de Estados Americanos), de quienes espera que se conviertan en cómplices de alguna sangrienta intervención militar. Ninguno de ellos aún ha reaccionado a la esta decisión.
Primero etiqueta a un país o a algún mandatario que no siga sus órdenes como “narcoterrorista”, luego a ese país se le impondrá una “Orden Ejecutiva”, para, seguidamente, activar una destructiva intervención militar con una posible coalición, invasión tercerizada, mercenaria o delegada, planificada y financiada en Washington y coprotagonizada por sus países socios-cómplices en la región.
Pero pese a discursos, órdenes ejecutivas, amedrentamiento a los países de la región (y del mundo), la pandemia no se detiene, ni en América Latina y el Caribe, y menos en Estados Unidos. La jugada mediática de Trump fue hablar de la posibilidad de 200 mil muertes: si la cifra final es menor, puede vanagloriarse de haber vencido en la lucha al coronavirus.
*Economista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), Analista de temas de EEUU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)