No habrá más hiperinflación en Venezuela, asegura Maduro tras las medidas económicas/ Maduro assegura que não haverá mais hiperinflação na Venezuela»
Victoria Korn|
Tras días de nerviosismo, Venezuela volvió a la normalidad este martes en el que la mayoría de los comercios abrió y los pocos locales que permanecieron cerrados lo hicieron por la incertidumbre frente a los ajustes económicos anunciados por el presidente Nicolás Maduro o por la huelga de 24 horas –de escaso acatamiento- que convocaron partidos de oposición contra las reformas.
Los nuevos billetes del bolívar soberano comenzaron a ser expedidos por los cajeros automáticos, después de que la nueva denominación fue ajustada por la plataforma electrónica de los bancos. Los venezolanos hicieron largas filas en cajeros electrónicos que dispensaban los nuevos billetes, con un límite de 10 bolívares soberanos (0.166 dólares).
El bolívar soberano desplazó al bolívar fuerte, al cual le suprimieron cinco ceros. El Banco Central publicó una tasa equivalente a 60 bolívares soberanos por dólar, formalizando una macrodevaluación de 96%, en medio de una hiperinflación que escala a más de ciento por ciento al mes y es la primera medida del plan de ajustes de Maduro.
Las medidas incluyen aumentar a niveles internacionales el precio de la gasolina, la más barata del mundo (unos 4 centavos de dólar por litro, frente a 71 centavos en Estados Unidos y más de un dólar en varios países de la región); alzas de impuestos aprobadas por la Asamblea Nacional Constituyente (el IVA pasa de 12 a 16%), la liberación del mercado cambiario y un incremento al salario mínimo de 3.400%, que lo dejó en 1.600 bolívares soberanos (26.6 dólares).
La patronal empresaria Fedecámaras señaló que el aumento salarial pone a muchas empresas «en riesgo de quiebra», a .lo que Maduro respondió la noche del lunes que el empresariado tendrá que «verse las caras» con el gobierno en caso de incumplir el programa económico, incluido el aumento del salario mínimo.
El presidente ratificó que el gobierno cubrirá el enorme diferencial del salario por 90 días, por lo que “aquí no puede haber una espiral hiperinflacionaria. Fedecámaras se quedó turuleca, con los ojos bizcos, porque le quité la excusa para subir los precios”, agregó.
El analista mexicano Claudio Lomnitz señaló que la economía venezolana se ha ido ahogando en una marejada de ocurrencias incoherentes, de ideas mal desarrolladas y políticas peor implementadas. En el gobierno de Maduro, la economía se achicó prácticamente a la mitad (47%). Y la solución vino de la mano de una serie de medidas, que no párecieran responder a un plan o proyecto.
Le quitaron cinco ceros al llamado «bolívar fuerte», en la nueva moneda -«bolívar soberano- respaldado por una criptomoneda, llamada petro. Los grandes medios estadounidense, como el New York Times y el Wall Street Journal atacaron el paquete de medidas, Según el británico Financial Times el petro no tiene valor, y recoge algunos comentarios dignos del sentido de realismo mágico: respaldar al bolívar con el petro vale más o menos lo mismo que respaldarlo con unicornios, ya que ni el petro ni los unicornios cotizan en los mercados.
El diario colombiano El Tiempo llevó a portada la situación económica de Venezuela, para destacar la “incertidumbre” por las medidas de Maduro y señalar que esta reconversión “no genera muchas esperanzas, pues se cree que no servirá para paliar la hiperinflación y constituirá una hiperdevaluación”.
Si bien Maduro repetía que no aumentaría el precio de la gasolina; pero ahora se lleva a cabo (en parte para impedir que se sigue escabullendo por la frontera terrestre con Colombia, de 2.200 kilómetros) y, para mitigar el golpe político de un gasolinazo, anunció que en una economía parada y con una producción petrolera colpsada, aumentará el salario mínimo 3.000%.
Otros detalles de los que nunca se iban a hacer, pero que ya se hicieron: desbaratar a Citgo, la compañía refinadora de crudo venezolano asentada en Houston, y que tenía 15 mil bocas de expendios de gasolina en todo Estados Unidos. La canadiense, Crystallex, antigua dueña de una mina expropiada por el gobierno venezolano, ganó un juicio en una corte internacional que le permitió cobrarse 1,4 millones de dólares con una parte de lo que le iba quedando a Venezuela de Citgo. Antes, otra petrolera, la Conoco, había ganado un juicio parecido, y Venezuela tuvo también que pagarle dos mil millones (Citgo vale 4 mil millones).
Los resultados sociales son dramáticos, y más allá de la falta de alimentos y medicinas, millones de venezolanos han salido de su país: según la ONU desde 2014, cuando asumió Maduro, la cifra ronda los 2,3 millones, lo que da una imagen del tamaño de la crisis. Y también significa una fuga de talento que será muy difícil de resarcir.
Maduro, asesorado por “expertos” españoles, franceses, cubanos y ecuatorianos, fijó el valor del Salario Mínimo al valor de medio Petro; en un escenario en el que el valor de esta criptomoneda será fluctuante, según el valor internacional del petróleo y del valor de las divisas en el mercado libre oficial. Si ese precio de las divisas aumentara, en esa misma medida subiría de manera automática el salario mínimo, para mantener su igualdad, su anclaje con el medio Petro.
Según el economista José Gregorio Piña, esa sola circunstancia debe forzar a los actores económicos hegemónicos a inyectar divisas en ese mercado y a procurar que el precio de la divisa no solo no aumente, sino que tienda a disminuir.
Así, no sólo se rescata el valor del salario, hasta ahora preterido y en minusvalía frente al resto de los precios en la Venezuela de los últimos tres años, sino que la medida debe servir, entre otras, como elemento disuasorio frente a las manipulaciones cambiarias y la pretensión de fijar los precios de bienes y servicios con base en estas manipulaciones, que han sido toleradas y hasta auspiciadas por muchos actores económicos, que percibían ventaja en pagar en bolívares devaluados, pero vender en divisas artificialmente elevadas
Para Piña hay una concepción novedosa del salario, pero deben adaptarse también los esquemas mentales a esta concepción: se debe mantener el anclaje del Salario al valor de medio Petro. Asimismo, existirá una sola tasa de cambio de carácter legal, determinada por las subastas abiertas de divisas privadas en el mecanismo DICOM administrado por el Banco Central , la que regirá para todas las demás transacciones cambiarias y de determinación del resto de las magnitudes monetarias legítimamente asociadas con el valor de las divisas.
El salario no pasa más a estar definido en bolívares; sino en una fracción de petros (PTR), pero siempre pagadera en bolívares (VES). La enorme diferencia conceptual y práctica es que se mantendrá la relación proporcional del salario con el precio de las divisas, ahora en un mercado de libertad cambiaria. La meta oficial es que signifique el rescate del poder adquisitivo real del salario y de las pensiones, asociadas constitucionalmente al valor del Salario Mínimo.
El economista Luis Enrique Gavazut afirma que el paquete de medidas es razonable y coherente, además de integral, porque aparte de lo cambiario, monetario y financiero, abarca lo fiscal y lo impositivo, que son aspectos muy importantes, en un país donde la inflación está. determinada por la variable cambiaria, pero también, y con mucha fuerza por la variable monopolista, lo que explica las medidas impositivas, fundamentales para mantener a raya la fijación monopolista de precios.
Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica, subrayó que las medidas de Maduro no detendrán la hiperinflación, sino que la acelerarán en las próximas semanas “a niveles nunca antes alcanzados”, y Eduardo Semtei afirmó que el plan aumentará “explosivamente el déficit fiscal” y que tendrá “efectos devastadores en la estructura de costos de industrias y comercios”.
Como si el tsunami de la crisis económica y social fuera poco, un sismo de magnitud 7.3 sacudió la costa norte de Venezuela, lo que provocó alarma y desalojo de varios edificios, aunque no se reportaron víctimas.
*Periodista venezolana asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
VERSIÓN EN PORTUGUÉS
Maduro assegura que não haverá mais hiperinflação na Venezuela»
Por Victoria Korn
Após dias de nervosismo, a Venezuela voltou à normalidade nesta semana, com a maioria dos comércios voltando a abrir normalmente, e os poucos que permaneceram fechados o fizeram pela incerteza diante com respeito aos ajustes econômicos anunciados pelo presidente Nicolás Maduro e pela greve de 24 horas convocada pelos partidos de oposição contra a reforma – e que teve pouca adesão.
As novas notas de bolívar soberano começaram a ser distribuídas pelos caixas e pelos bancos, depois de a nova denominação ser ajustada pela plataforma eletrônica. Os venezuelanos fizeram longas filas nos caixas eletrônicos que dispensavam as novas notas, com um limite de 10 bolívares soberanos (0,166 dólares) por saque.
O bolívar soberano substitui o bolívar forte, cortando cinco zeros da moeda anterior. O Banco Central publicou uma taxa equivalente a 60 bolívares soberanos por dólar, formalizando uma macro desvalorização de 96%, em meio a uma hiperinflação que escala a mais de 100% ao mês, que é a primeira medida do plano de ajustes de Maduro.
As medidas incluem um aumento a níveis internacionais do preço da gasolina, a mais barata do mundo (4 centavos de dólar por litro, contra 71 centavos nos Estados Unidos e mais de um dólar em vários países da região), aumentos de impostos aprovados pela Assembleia Nacional Constituinte – o IVA, imposto sobre valor agregado, passa de 12 a 16% –, a liberação do mercado cambiário e um incremento ao salário mínimo de 3.400%, que o deixou em 1.600 bolívares soberanos (26,6 dólares).
A patronal empresarial Fedecámaras reclamou que o aumento salarial colocará muitas empresas “em risco de quebra”, o que Maduro respondeu dizendo que o empresariado terá que o governo não aceitará medidas de incumprimento do programa econômico, incluindo o aumento do salário mínimo.
O presidente ratificou que o governo cobrirá a enorme diferencial do salário por 90 dias, e que “aqui não pode haver uma espiral hiperinflacionária. A Fedecámaras ficou perdida, com os olhos vesgos, porque eu acabei com a desculpa que eles (os empresários) tinham para subir os preços”.
O analista mexicano Claudio Lomnitz comentou que a economia venezuelana está se afogando em uma maré de ocorrências incoerentes, de ideias mal desenvolvidas e políticas implementadas de forma ainda pior. No governo de Maduro, a economia se diminuiu praticamente pela metade (47%). E a solução veio com uma série de medidas, que não pareceriam responder a um plano ou projeto.
Em resumo: cortaram cinco zeros do bolívar forte e criaram uma nova moeda, o bolívar soberano, apoiada numa criptomoeda chamada petro. Os grandes meios estadunidenses, como o New York Times e o Wall Street Journal atacaram o pacote de medidas. Segundo o diário britânico Financial Times, o petro não tem valor, e provoca alguns comentários dignos do sentido de realismo mágico: respaldar o bolívar com o petro vale mais ou menos o mesmo do que baseá-lo na existência dos unicórnios, já que nem o petro nem os unicórnios cotizam nos mercados.
O diário colombiano El Tiempo publicou em sua capa uma matéria sobre a situação econômica da Venezuela, para destacar a incerteza pelas medidas de Maduro e mostrar que essa reconversão “não gera muitas esperanças, pois se acredita que não servirá para frear a hiperinflação – ou mesmo atenuar os seus efeitos – e levará uma megadesvalorização”.
Embora Maduro tenha assegurado em campanha que não aumentaria o preço da gasolina, ela agora será decretada – em parte, para impedir que ela continue sendo contrabandeada pela fronteira terrestre com a Colômbia –, com o mandatário dizendo que “isso permitirá um aumento do salário mínimo em 3000%”, em meio a uma economia parada e com uma produção petroleira colapsada.
Outras das medidas que nunca iriam ser tomadas, mas que agora viraram realidade: acabar com a Citgo, a companhia refinadora de petróleo cru venezuelano em Houston, que tinha 15 mil revendedores de gasolina em todo o território dos Estados Unidos. A canadense, Crystallex, antiga dona de uma mina expropriada pelo governo venezuelano, ganhou um juízo numa corte internacional, que permitiu a cobrança de 1,4 bilhão de dólares, com uma parte do que Venezuela arrecadava com a Citgo. Antes, outra petroleira, a Conoco, ganhou um juízo parecido, e a Venezuela também teve que pagar 2 bilhões (a Citgo vale 4 bilhões).
Os resultados sociais são dramáticos, e independem da falta de alimentos e remédios. Milhões de venezuelanos saíram do país: segundo a ONU a cifra desde 2014, quando Maduro assumiu, ronda os 2,3 milhões, o que dá uma imagem do tamanho da crise. E também significa uma fuga de talentos que será muito difícil de ressarcir.
Maduro, assessorado por “especialistas” espanhóis, franceses, cubanos e equatorianos, fixou o valor do salário mínimo no valor de meio petro, em um cenário no qual o valor dessa criptomoeda será flutuante e baseado no valor internacional do petróleo e do valor das divisas no mercado livre oficial. Se esse preço das divisas aumentar, também aumenta automaticamente o salário mínimo, para manter sua igualdade e sua ancoragem em meio petro.
Segundo o economista José Gregorio Piña, essa circunstância deve forçar os setores econômicos hegemônicos a injetar divisas nesse mercado e a tentar impedir o aumento do preço da moeda, ou até mesmo forçar sua queda.
Assim, não só se resgata o valor do salário, cujo valor está em depressão se comparado com os demais preços na Venezuela, tomando em conta os últimos três anos, como também se estabelece como elemento de dissuasão diante das manipulações cambiárias e a pretensão de fixar os preços de bens e serviços com base nessas manipulações, que foram toleradas e até patrocinadas por muitos setores econômicos, que perceberam as vantagens de se manter um bolívar desvalorizado, para poder vendê-lo em taxas paralelas artificialmente elevadas
Para Piña, há uma nova concepção do salário, mas que também deve se adaptar aos parâmetros imaginários: deve-se manter a ancoragem do salário ao valor de meio petro. Logo, existirá uma só taxa de câmbio, de carácter legal, determinada pelos leilões abertos de divisas privadas, dentro do mecanismo administrado pelo Banco Central, que valerá para todas as demais transações cambiárias e de determinação do resto das magnitudes monetárias legitimamente associadas com o valor das divisas.
Portanto, o salário não será mais definido em bolívares, e sim em uma fração de petros, embora sejam sempre pagos em bolívares. A enorme diferença conceitual e prática é que se manterá a relação proporcional do salário com o preço das divisas, agora num mercado de liberdade cambiária. A meta oficial é que isso signifique o resgate do poder aquisitivo real do salário e das pensões associadas constitucionalmente ao valor do salário mínimo.
O economista Luis Enrique Gavazut afirma que o pacote de medidas é razoável e coerente, ademais de integral, porque além dos aspectos cambiário, monetário e financeiro, abarca também o aspecto fiscal e o impositivo, que são aspectos muito importantes, num país onde a inflação está determinada pela variável cambiária, mas também – e com muita força, pela variável monopolista – o que explica as medidas impositivas, fundamentais para manter a fixação monopolista dos preços.
Alejandro Grisanti, diretor da consultoria Ecoanalítica, afirmou que as medidas de Maduro não conseguirá controlar a hiperinflação, e pelo contrário, a acelerará nas próximas semanas, “a níveis nunca antes alcançados”, e Eduardo Semtei afirmou que o plano aumentará “explosivamente o déficit fiscal”, e que terá “efeitos devastadores na estrutura de custos de indústrias e comércios”.
E se o tsunami da crise econômica e social parece pouco, um sismo real, com 7,3 graus de magnitude, sacudiu a costa norte da Venezuela, fazendo com que vários edifícios fossem desalojados. Felizmente, não há informação de vítimas fatais.
Victoria Korn é jornalista venezuelana associada ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)