Reforma Universitaria y neoliberalismo, marcos de la Conferencia Regional de Educación /Reforma Universitária e neoliberalismo marcarão a CRES 2018Superior

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Matías Caciabue|

En pocos días estaremos conmemorando el centenario de la Reforma Universitaria, un movimiento político que articuló a las juventudes políticas de la región en una “nueva hora americana”. Dicho movimiento supo golpear con fuerza al oscurantismo religioso y al positivismo mecanicista que reinaban en las Universidades de principios de siglo.

En su lucha, los jóvenes se animaron a denunciar el naufragio del ideario de la independencia americana del Siglo XIX en el mar de los intereses oligárquicos e imperialistas. Resultado de imagen para tercera cres en cordoba

El recuerdo de esta gesta no es hoy sólo una efeméride de nuestra historia. Los 100 años del surgimiento del movimiento reformista está siendo el marco de la importante Tercera Conferencia Regional de Educación Superior, CRES, del Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe, IESALC, de la Unesco, que reunirá a más de cinco mil universitarios de la región a reflexionar y debatir sobre el futuro de la educación superior en el Continente y el Mundo.

Al igual que hace 100 años atrás, nuestro tiempo vuelve a mostrarse convulsionado, y la Educación y en la Universidad no son la excepción: “Crisis Educativa” dice el pleno de rectores desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) de Argentina. “Crisis Educativa” gritan las organizaciones sindicales y estudiantiles. “Crisis Educativa” dibuja la gran prensa y las redes sociales. “Crisis Educativa” fanfarronea el presidente neoliberal y su séquito de funcionarios.

En todos lados se observa el enorme consenso sobre la “crisis”. La disputa es por imponer el rumbo que debe tomarse para alcanzar una solución a la misma.

En ese sentido, se puede afirmar que la crisis aparece como contrapartida a la consolidación de una nueva fase del capitalismo, que promueve con fuerza al menos seis “nuevos” fenómenos educativos:

  • Crecimiento exponencial de la apuesta económica corporativa a la educación: En 2013 las 500 corporaciones más poderosas del mundo invirtieron U$S 2.600 millones. El Banco angloespañol Santander –dueña del influyente portal Universia-, la tecnológica norteamericana IBM y la española Telefónicason las que más invierten, con más de 110 millones de Euros cada una. Imaginemos los niveles de penetración que eso significa en el sistema universitario de los países del tercer mundo, con presupuestos públicos siempre limitados.Resultado de imagen para educacion global
  • Fortalecimiento de Fondos Financieros de Inversión Global especializados en “servicios” educativos: Encadenados muy estrechamente a la red del capitalismo financiero transnacional. Pearson Global Incy Sylvan Learning Systems Inc  son dos de los casos más reconocidos.
  • Consolidación de una red educativa global que monopoliza el conocimiento estratégico en “nodos centrales”: La alta calificación profesional que necesita la conducción del capitalismo contemporáneo, en tanto sistema social, se encuentra centralizado en un puñado de universidades, principalmente del “Atlántico Norte”: Harvard, Columbia, Chicago, MIT y California en Estados Unidos; Cambridge, Oxford y Londres en Inglaterra.

Este circuito se complementa con otro anclado en el “Asia Pacífico”, con eje en las Universidades de la región administrativa especial de Hong Kong en China y las principales instituciones educativas de Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón.

La medición de la centralidad en la red de dichas Universidades se realiza a través de rankings globales en base a criterios tecnocráticos, donde destacan los elaborados por ARWU-Shangái, el THE World University y el QS-Top Universities.

  • Promoción de universidades de Mercado: pertenecientes a grupos de las elites económicas y políticas de cada uno de los países del tercer mundo, regidas por el lucro y auspiciantes de una dudosa calidad educativa. El modelo educativo chileno es el más atravesado por este paradigma, con Universidades vinculadas a la derecha política y a la oligarquía empresaria, de la mano de Pinochet y sus Chicago Boy´s.
  • Surgimiento de “Universidades Globales”: como la Universidad de Minerva, donde los estudiantes viajan y cursan en siete ciudades diferentes a lo largo de su cursado (San Francisco, Seúl, Hyderabad, Berlín, Londres, Taipei y Buenos Aires) con una educación tutoriada, que busca desarrollar profesionales con conocimientos disímiles y transdisciplinares (cuadros polimatas).Resultado de imagen para universidad de minerva
  • Impulso a un proceso de desescolarización y desinsitucionalización educativa: se promueve una formación académica para que los jóvenes se animen a vivir “en la incertidumbre” de un mercado de trabajo empujado a una creciente y progresiva desocupación. Se promueve la formación cuentapropista (free-lancer) dentro de empresas ampliamente publicitadas en la TV y las redes sociales (Open English, NextU, etc), y/o dentro de sus propias empresas, tal como hace Facebook para estudiar programación en su Digital House Tech Hub.

En esta nueva fase del capitalismo, el conocimiento estratégico –esos saberes con capacidad de vertebrar la acumulación de las riquezas y la dominación política-, en un doble salto, se ha corrido del grado al posgrado, y de éste al posgrado “en el exterior”. Ese es el marco que explica por qué el reflujo político popular de Argentina y de la región, está intentando dejar en la obsolescencia a las Universidades y al sistema científico-tecnológico públicos.

Estos gobiernos, articulados a los intereses de la aristocracia financiera global que ha tenido la capacidad de desdibujar las banderas de los Estado-Nación –aún de los países centrales- son deliberadamente gestores de una política de ajuste presupuestario y de rediseño institucional.

En la propuesta de estos gobiernos neoliberales –bien rotulados como “de CEO´s”- sólo algunas partes del  actual sistema de educación superior sobrevivirá. Dichas “partes”, están siendo enlazadas a las necesidades educativas-científicas del también bautizado como capitalismo “cognitivo”, como nodos “secundarios” de esa difusa -pero existente- red educativa global. Se puede leer esta dirección política en la creación en Argentina del “Consorcio UBA-UNC en la Sociedad del Conocimiento” firmado por la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Córdoba.

Resultado de imagen para educacion globalTodo lo que no sirva, no será conectado. Sobrevivirá abandonado a su suerte. En el caso argentino, una implosión estratégicamente controlada atraviesa el sistema público de educación superior, para que el achicamiento institucional no pueda articularse en el conflicto social, cada vez más grande y generalizado.

Las Universidades del conurbano bonaerense, las universidades de tamaño medio de las provincias argentinas, el grueso del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y, estimamos, parte del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agrícola) –dado que Argentina es relevante en el desarrollo agrobiotecnológico mundial-, serán protagonistas de un desguace que, aunque se nos manifieste anárquico, se encuentra fuertemente orquestado en la partitura política del proyecto estratégico en posición de gobierno en Argentina y, estimamos, en varios de los países de la región, articulados ahora en el “Grupo de Lima”, la nueva oficina de atención norteamericana a los asuntos hemisféricos.

Algunos de los principales actores del sistema universitario asiste a este proceso sin poder siquiera visualizarlo. Lo mismo le sucedió a la vetusta casta profesoral ante los avatares de un naciente movimiento estudiantil que recuperaba, en sus ideales, la ruta revolucionaria de la independencia americana.

Aunque pueda sonar contradictorio, no son épocas para plantear sólo la “defensa” del sistema público de educación superior. Son tiempos para que, desde el interior del sistema universitario, aparezca un proyecto de universidad y de ciencia que se articule a las problemáticas concretas, al conflicto social cada vez más agudo, a la producción y la aplicación del conocimiento estratégico en beneficio de nuestros Pueblos y desacoplados de las “lógicas del paper” y el mérito en la publicación en Revistas Internacionales.

Así, en el centenario de la Reforma Universitaria y rodeados por una avanzada neoliberal que no ha podido clausurar el Resultado de imagen para educacion popular“ciclo progresista” latinoamericano del siglo XXI, se nos presentan tres visiones sobre la educación y la Universidades en nuestras sociedades: la conservadora, que significa la defensa de algo que morirá bajo el peso de un mundo hiperconectado, virtualizado y automatizado; la neoliberal, que siembra la maximización de las ganancias de la plutocracia financiera a costa de una pauperizar a nuestros pueblos; y la popular ó revolucionaria, que está en manos de aquellos que no sólo defienden la Universidad y la Ciencia públicas, sino que buscan construirlas como herramientas de transformación positiva de nuestras sociedades.

La tercera CRES, a realizarse en pocos días en Córdoba, será escenario de este debate.

En este mega evento, pero tambien en cada Universidad de la región y todos los días del año, debemos discutir cuál visión de Educación Superior finalmente se construirá para nuestras sociedades. Los reformistas de 1918 supieron dar una respuesta colectiva y transformadora a la convulsionada realidad educativa y política de su época, articulando sus demandas universitarias a la lucha general de los pueblos.

En tiempos como los que vivimos, a 100 años de sus acciones, es invaluable su ejemplo.

(*) Licenciado en Ciencia Política (UNRC), estudiante de la Especialización en Pensamiento Nacional y Latinoamericano (UNLa), redactor-investigador argentino del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).

EN PORTUGUÉS

Reforma Universitária e neoliberalismo marcarão a CRES 2018

Por Matías Caciabue

Em poucos dias estaremos comemorando o centenário da Reforma Universitária, um movimento político que articulou as juventudes políticas da região numa “nova hora americana”. Esse movimento soube golpear com força o obscurantismo religioso e o positivismo mecanicista que reinavam nas universidades do começo do século.

Em sua luta, os jovens da época tiveram a coragem de denunciar o naufrágio do ideário da independência americana do Século XIX e o mar de interesses oligárquicos e imperialistas então vigentes.

A lembrança desta conquista não é só mera efeméride da nossa história. Os 100 anos do surgimento daquele movimento reformista é o ponto mais importante da 3ª Conferência Regional de Educação Superior (CRES), do Instituto de Educação Superior para a América Latina e o Caribe (IESALC), da Unesco, que reunirá mais de cinco mil universitários da região, para refletir e debater sobre o futuro da educação superior no continente e no mundo.

Assim como há 100 anos atrás, nosso tempo volta a nos mostrar em meio a uma convulsão, e a educação universitária também é afetada por ela. “Crise educativa” diz o pleno de reitores do Conselho Interuniversitário Nacional (CIN) da Argentina. “Crise educativa” gritam as organizações sindicais e estudantis. “Crise educativa” desenha a grande imprensa e as redes sociais. “Crise educativa”, ironizam o presidente neoliberal e seus papagaios de pirata.

Em todos os lugares se observa um enorme consenso sobre a “crise”. A disputa é por impor o rumo que se deve tomar para alcançar uma solução à mesma.

Nesse sentido, pode-se afirmar que a crise aparece como contrapartida à consolidação de uma nova fase do capitalismo, que promove, com muita força, ao menos seis “novos” fenômenos educativos:

Crescimento exponencial da aposta econômica corporativa na educação: em 2013, as 500 corporações mais poderosas do mundo investiram 2,6 bilhões de dólares nesse mercado. O banco anglo-espanhol Santander (dono do influente portal Universia), a empresa tecnológica norte-americana IBM e a espanhola Telefónica são as que mais investem, com mais de 100 milhões de cada uma. Imaginemos os níveis de penetração que isso significa no sistema universitário dos países do terceiro mundo, que têm orçamentos públicos sempre limitados.

Fortalecimento de fundos financeiros de investimento global, especializados em “serviços” educativos, que são ligados diretamente à rede do capitalismo financeiro transnacional: Pearson Global e Sylvan Learning Systems são dois dos casos mais conhecidos.

Consolidação de uma rede educativa global que monopoliza o conhecimento estratégico nas “conexões centrais”: a alta qualificação profissional necessária para a condução do capitalismo contemporâneo, enquanto sistema social, se encontra centralizado em um punhado de universidades, principalmente do “Atlântico Norte”: Harvard, Columbia, Chicago, MIT e Califórnia, nos Estados Unidos; Cambridge, Oxford e Londres na Inglaterra.

Este circuito se complementa com outro ponto referencial, na região da Ásia-Pacífico, com um eixo nas universidades da região administrativa especial de Hong Kong na China, e as principais instituições educativas de Cingapura, Malásia, Coreia do Sul e Japão.

A medição da centralidade na rede de tais universidades se realiza através de rankings globais, com base em critérios tecnocráticos, onde se destacam as listas elaboradas pela ARWU-Shangai, o World University Rankings e o QS-Top Universities.

Promoção de universidades de mercado: pertencentes a grupos das elites econômicas e políticas de cada um dos países do terceiro mundo, regidas pelo lucro e promotoras de uma duvidosa qualidade educativa. O modelo educativo chileno é o mais atravessado por esse paradigma, com universidades vinculadas à direita política e à oligarquia empresarial, num sistema implementado pelo ditador Augusto Pinochet (1973-1990) e desenhado por seus Chicago Boys.

O surgimento de “universidades globais”, como a Universidade de Minerva, onde os estudantes viajam por sete cidades diferentes ao largo do seu curso (San Francisco, Seul, Hyderabad, Berlim, Londres, Taipei e Buenos Aires) com uma educação tutoreada, que busca desenvolver profissionais com conhecimentos dissimilares e transdisciplinares.

Impulso a um processo de desescolarização e desinsitucionalização educativa: promove-se uma formação acadêmica voltada a acostumar os jovens a conviver com as incertezas de um mercado de trabalho que gera uma progressiva desocupação. Também se estimula a formação para o emprego por conta própria (free lancer), mesmo que trabalhando para empresas amplamente publicitadas na televisão e nas redes sociais (como os casos de Open English, NextU, etc), e/ou dentro de suas próprias empresas, como faz o Facebook para estudar a programação em sua Digital House Tech Hub.

Nesta nova fase do capitalismo, o conhecimento estratégico – esses saberes com capacidade de vertebrar a acumulação das riquezas e a dominação política – dá um salto duplo, da graduação à pós-graduação, e logo dessa à pós-graduação no exterior. Isso é o que explica porque o refluxo político popular na Argentina e em toda a região está tentando deixar na obsolescência as universidades e os sistemas científico-tecnológicos públicos.

Estes governos, articulados aos interesses da aristocracia financeira global, que vem apagando do mapa as bandeiras dos Estados-nação (mesmo dos países centrais) são deliberadamente gestores de uma política de ajuste orçamentário e de redesenho institucional.

Na proposta destes governos neoliberais só algumas partes do atual sistema de educação superior sobreviverão. Essas tais “partes” estão sendo enlaçadas às necessidades educativas-científicas do que foi batizado como capitalismo “cognitivo”, como conexões “secundários” dessa difusa (porém existente) rede educativa global. Pode-se ler essa direção política na criação, na Argentina, do “Consórcio UBA-UNC, na Sociedade do Conhecimento” assinado pela Universidade de Buenos Aires e a Universidade Nacional de Córdoba.

Tudo o que não sirva não será conectado. Sobreviverá abandonado à sua própria sorte. No caso argentino, uma implosão estrategicamente controlada atravessa o sistema público de educação superior, para que o enxugamento institucional não permita uma articulação e um posterior conflito social cada vez maior e generalizado.

As universidades da Grande Buenos Aires, as universidades de tamanho médio das províncias argentinas, a maior parte das instituições ligadas ao Conselho Nacional de Investigações Científicas e Técnicas (CONICET), do Instituto Nacional de Tecnologia Industrial (INTI), da Comissão Nacional de Energia Atômica (CNEA) e provavelmente parte do Instituto Nacional de Tecnologia Agrícola (INTA) – já que a Argentina é relevante no desenvolvimento agrobiotecnológico mundial – serão protagonistas de uma demolição que, embora se manifeste anárquica, se encontra fortemente orquestrada na desarticulação política do projeto estratégico do governo da Argentina e, estimamos, de vários dos países da região, articulados agora no “Grupo de Lima”, o novo escritório que atende aos interesses norte-americanos no continente.

Alguns dos principais envolvidos no sistema universitário assiste a este processo sem poder sequer visualizá-lo. O mesmo acontece com a velha casta professoral, diante dos avatares de um nascente movimento estudantil que recuperava, em seus ideais, o caminho revolucionário das independências americanas.

Embora possa soar contraditório, não são épocas para plantear somente a “defesa” do sistema público de educação superior. São tempos para que, desde o interior do sistema universitário, apareça um projeto de universidade e de ciência que se articule às problemáticas concretas, ao conflito social cada vez mais agudo, à produção e à aplicação do conhecimento estratégico em benefício dos nossos povos, e desligados das “lógicas do paper” e do mérito.

Assim, no centenário da Reforma Universitária, e rodeados por uma avançada neoliberal que não tem sido capaz de desmontar todo o “ciclo progressista” latino-americano da primeira década do Século XXI, nos vemos diante de três visões sobre a educação e a universidade em nossas sociedades: a conservadora, que significa a defesa de algo que não resistirá ao peso de um mundo hiperconectado, virtualizado e automatizado; a neoliberal, que semeia a maximização dos lucros da plutocracia financeira a partir da pauperização dos nossos povos; e a popular ou revolucionária, que está nas mãos daqueles que não só defendem a universidade  a ciência públicas, como também buscam construí-las como ferramentas de transformação positiva de nossas sociedades.

A terceira CRES, que se realizará em Córdoba dentro de poucos dias, servirá como cenário deste debate. Será um megaevento, mas também, em cada universidade da região, e todos os dias do ano, devemos discutir qual visão de educação superior finalmente se construirá para nossas sociedades. Os reformistas de 1918 souberam dar uma resposta coletiva e transformadora à convulsionada realidade educativa e política da sua época, articulando suas demandas universitárias à luta geral dos povos.

Em tempos como os que vivemos, a 100 anos de suas ações, seu exemplo tem um valor incalculável.

Matías Caciabue é licenciado em Ciência Política (UNRC), estudante de Especialização em Pensamento Nacional e Latino-Americano (UNLA) e redator-investigador argentino do Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)
www.estrategia.la

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