Fuerte repudio a Peter Lamelas: Legisladores pidieron rechazar su designación
Rubén Amendáriz
La designación del cubanoestadounidense Peter Lamelas como embajador de Estados Unidos en Argentina, propuesta por la administración de Donald Trump, desató una ola de repudios en el Congreso: tanto diputados y como legisladoes opositores lo acusaron de intromisión, colonialismo y de pretender influir en la justicia y la política interna. Unos reclamaron que se le niegue el plácet y otros pidieron declararlo “persona no grata”.
Las críticas se multiplicaron luego de que el diplomático afirmara que buscará «vigilar» a las provincias por sus acuerdos con China, «apoyar» a Javier Milei en su gobierno, y que Cristina Kirchner “reciba la justicia que bien merece”. los rechazos se extendieron desde el peronismo a otras bancadas opositoras, como la Unión Cívica Radical, la izquierda y fuerzas provinciales. Desde el oficialismo, en cambio, no hubo ninguna expresión pública en «defensa de la soberanía» o en repudio a las declaraciones.
El gobierno de la República Popular China apuntó contra el representante estadounidense en Argentina: “Contradice los valores democráticos de los que aquel país suele hacer alarde”, señaló. “Esta grosera, inadmisible y nada inocente injerencia del designado representante de los Estados Unidos en los asuntos del país es una marca más del grado de sumisión del Gobierno de Javier Milei a los intereses de demandas foráneas”, afirmaron los senadores, quienes advirtieron además que Lamelas “pretende una injerencia directa en los asuntos judiciales nacionales” y “demuestra un grosero desconocimiento de nuestro sistema constitucional”.

Eduardo Valdés, exembajador ante la Santa Sede y presidente de la Comisión del Mercosur. En una entrevista radial afirmó: “Este señor cree que es el virrey de los viejos imperios. No sabe que acá hubo un 25 de Mayo de 1810 y un 9 de Julio de 1816”. También recordó que en 2019, cuando el Departamento de Estado de EE.UU. prohibió el ingreso de Cristina y sus hijos, “ese mismo día la Cámara de Casación Penal rechazó el recurso de apelación de la expresidenta en la causa Vialidad”.
“¿Quién le dio autoridad para recorrer el país diciendo qué acuerdos podemos firmar y cuáles no? ¿Qué pretende recuperar, el litio, el agua, Vaca Muerta, las tierras de la Patagonia?”, cuestionó el diputado. Y anticipó que llevará el tema al Congreso como parte de una amenaza a la soberanía regional: “Esto excede lo bilateral. Hay un intento claro de condicionar la autonomía de los países del sur”.
La senadora la senadora Juliana Di Tullio, escribió en su cuenta oficial de X: “¿Vendría a ser el representante DE otro país en el nuestro o el próximo interventor EN nuestro país? (…) No acepte injerencias por parte de ningún país. Argentina es la patria de todos, defiéndala”, le pidió a Milei. Su par Eduaro «Wado» de Pedro fue más directo: “Más grave aún es que respalda la proscripción de Cristina (Kirchner) como parte del plan para garantizar que Milei siga en el poder. Una mano lava la otra: Milei cuida los negocios de Trump y Trump cuida su continuidad”.
La diputada Cecilia Moreau señaló que “Parece que los jefes de Milei le mandaron un supervisor. Intervenir en la política interna de las provincias, perseguir a dirigentes opositores, y cercenar cualquier alternativa que consideren de izquierda. Esto es gravísimo. Grabénselo: la Patria no se vende». El diputado izquierdista Christian Castillo también lo repudió: “La soberbia imperialista e injerencista de Lamelas es inadmisible. Son declaraciones propias de un virrey. Hay que repudiarlo enérgicamente”.
En su presentación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, Lamelas afirmó que su papel será “apoyar al gobierno de Milei en todos sus esfuerzos por llegar al fondo del atentado a la Asociación Mujtual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, y asegurarnos de que la expresidenta Cristina Kirchner reciba la justicia que bien merece”. También remarcó que piensa recorrer las provincias para “vigilar” sus acuerdos comerciales, en particular con China, y afirmó que estos podrían “prestarse a la corrupción por parte de los chinos”.
No es cierto que el presidente libertario argentino Javier Milei profundice su alineamiento con los Estados Unidos, sino que las declaraciones el nombrado embajador-virrey Peter Lamelas como próximo embajador en Argentina, dejaron en claro que no se trata solo de alineamiento sino de dependencia. Y lo peor que ha argentinos ansiosos por sentirse en el primer mundo, aujnque se estén muriendo de hambre.
El informe del candidato a embajador Peter Lamelas mostró lo que es la política de Donald Trump para América Latina demostró que la injerencia es abierta y sin recato, pero las declaraciones del embajador propuesto constituyeron el criterio dominante en las relaciones que los sucesivos gobiernos de Estados Unidos intenaron establecer con América Latina.

Y como si ésto fuera poco, Milei recibirá el lunes a la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU. Kristi Noem, la experta en cazar migrantes paa analkizar la posibiloidad de criminalizar y expulsar a inmigrantes ilegales y legales.
Mientras el plano doméstico, el congreso de libertarios de la Derecha Fest, exaltados en el salón de Pajas Blancas del hotel Quórum en Córdoba, no fue más que el neoliberalismo llevado a su máxima expresión, en concordancia con el llamado «círculo rojo» del poder real. Las expresiones de Lamelas en el Senado de su país confluyen en una misma idea del sistema mundo: los libertarios agachados ante el virrey, que ni siquiera llegó aún al Buenos Aires
Sucedió en varias oportunidades con Juan Domingo Perón proscripto y más recientemente con Evo Morales, Rafael Correa y Lula da Silva, que se mostraron como proscripciones todas ellas promovidas ilegalmente mediante lawfare y con una clara injerencia estadounidense, que tras las declaraciones del embajador Peter Lamelas, quedaron muy evidentes y permite ya imaginar para los que necesitaban más pruebas, desde dónde partió la orden de proscribir y apresar a Cristina Kirchner.
Se trata de una injerencia directa de Estados Unidos para arrebatar la posibilidad de que un sector (amplio) de la ciudadanía vote a la principal opositora. A partir de este reconocimiento explícito de intervención en los asuntos internos del país en general y su sistema de preferencias electorales en particular, las elecciones que se sucedan en el país pierden toda representatividad y legitimidad democrática, a menos que se asuma la condición de colonia estadounidense
La ultraderecha gobernante considera al embajador Lamelas un enviado de Donald Trump y entonces acepta su planteo de vasallaje consentido como parte de su “política exterior”, pero tampoco los dichos de Lamelas fueron repudiables para muchos sectores que se dicen “opositores”, incluido el peronismo “anti-K”, conservador, nostálico del gobierno de Carlos Menem , que aún no se integró orgánicamente a La Libertad Avanza de Milei, que no manifestó repudio alguno ni a la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner y mucho menos aún a la injerencia estadounidense a en el sistema político y electoral.
La lógica imperial de Estados Unidos y “su” globalización, asimila las críticas y las neutraliza vaciándolas de cualquier contenido, con prácticas que reflejan las capacidades de un sistema, el soft power , preparado para la reabsorción, cooptación y neutralización de las fuerzas hostiles. Un sofisticado aparato ideológico lo vuelve impermeable y hace posible la adhesión de las mayorías a su propio martirio.
Su mayor éxito, fracaso del último gobierno peronista encabezado por un olvidable Alberto Fernández, es propiciar un escenario de individualismo depresivo asociado con un fatalismo anclado en los sentimientos de incertidumbre respecto al futuro, generando niveles de ansiedad y de violencia intrafamiliar y social que impiden la percepción de cualquier ser colectivo que esperance un futuro mejor, añade Bruschtein.
En este estanque de desilusión y desesperanza pesca la ultraderecha, al ver la pérdida de conciencia de lo que fuimos alguna vez y la imposibilidad de una salida colectiva, inhibida en un ámbito laboral y político frágil, donde los derechos ciudadanos pueden ser flexibilizados o desaparecidos, y donde cualquier señal de protesta o utopía de cambio será condenada.
Son señales que propician la ansiedad, la insatisfacción, el estrés y la frustración, y aunque parezcan problemas individuales, en realidad se padecen colectivamente en el resultado de sus comportamientos sociales y sobre todo electorales. En este presente aparece la llegada del cubano-estadounidense Peter Lamelas, quien a diferencia de embajadores anteriores que operaban con más discreción, no solo pretende humillar a los argentinos, sino que se vea cómo lo hace.
Al igual que su jefe, el secretario de Estado Marco Rubio, Lamelas, representa el sector más recalcitrante del partido Republicano. Los cubanos de Miami, que tienen una fuerte preponderancia política y económica en el Estado de Florida, son poco queridos por las otras comunidades latinas. Rubio fue varios años senador por ese estado. Entre los financistas de sus campañas figura Paul Singer, dueño del fondo buitre Elliot, que litigaba contra Argentina por la deuda externa, y que en 2012 trató de bloquear fondos del Banco Mundial destinados al país.

Página12 señala que esos antecedentes aclaran los dichos de Lamelas sobre Cristina Kirchner y el Poder Judicial argentino, al que se refirió como si tuviera control sobre funcionarios judiciales. Conseguir la condena sin pruebas de una expresidenta, como expresó en sus declaraciones, es una demostración de fuerza y una amenaza disciplinadora para cualquiera que se atreva a confrontar con los intereses norteamericanos, añade.
El expresidente peruano Pedro Castillo está preso, igual que Cristina Kirchner y como lo estuvo Lula Da Silva. El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, está exiliado, prófugo por una causa inventada y el expresidente boliviano Evo Morales tiene varias causas judiciales abiertas. A la persecución judicial por causas políticas se le dice lawfare por el idioma del país que la impulsó en reemplazo de los viejos golpes militares.
*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)