Putin y Xi en el Día de la Victoria, y el rescate de la verdad histórica

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Maxime Doucrot

 

Rusia conmemoró ayer el 80 aniversario del Día de la Victoria, en recuerdo de la rendición incondicional de la Alemania nazi ante el Ejército Rojo, acontecimiento que puso fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa. El evento, quizá el más importante en el calendario cívico ruso, sirvió a Moscú para demostrar el fracaso del aislamiento que intentó imponerle Occidente a raíz de la invasión a Ucrania.

Con el tradicional desfile militar en la Plaza Roja, Rusia conmemoró este viernes el 80 aniversario del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria, como denominan los rusos a la Segunda Guerra Mundial, con presencia en la tribuna de invitados especiales de 27 jefes de Estado que aceptaron acompañar en esta celebración al titular del Kremlin, Vladimir Putin. De la Unión Europea asistieron sólo el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, y el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic: ambos tuvieron que elegir una ruta más larga y rodear los países del Báltico que cerraron su espacio aéreo para sus aviones.

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Fue una ocasión propicia para desmontar la mitología occidental en torno a la caída del nazismo como una gesta estadounidense, que ocho décadas de tergiversación hollywoodense han elevado a la categoría de máximo punto de inflexión en la contienda,  con ingleses, canadienses, australianos, franceses y otros como acompañantes, Lo cierto es que que la Wehrmacht ya no era sino un pálido reflejo de su anterior poderío cuando se produjo el desembarco aliado en Normandía del 6 de junio de 1944,

Como herederos de los vencedores, celebramos esta fiesta del 9 de mayo como propia, como la más importante para el país, para todo el pueblo, para cada familia y para cada uno de nosotros, afirmó Putin. Rusia recuerda,  las Arranca en Moscú el desfile por el 80º aniversario de la Victorialecciones de la Segunda Guerra Mundial y nunca aceptará que se tergiversen los hechos, se intente justificar a verdugos o se calumnie a los verdaderos vencedores (…) Rusia fue y será una barrera infranqueable para el nazismo, la rusofobia y el antisemitismo y luchará contra las atrocidades que cometen los seguidores de estas ideas agresivas y destructivas.

En esta ocasión hubo contingentes de 12 países: Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, por parte de las repúblicas del espacio postsoviético, y, por el lado de Estados llamados amigos por la televisión pública rusa, China, Egipto, Myanmar, Mongolia y Vietnam.  El desfile en Moscú no hizo gala de armamento, sino que se centró en la marcha de cerca de 10 mil soldados de 13 naciones. Desde 2014 no participan los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia ni Polonia.

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El legendario tanque T-34 que arrasó Berlín en 1945, en calles de Moscú

Hace tan sólo 15 años, al conmemorarse el 65 aniversario del Día de la Victoria, desfilaron por la Plaza Roja militares de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Polonia. No han vuelto contingentes de países aliados desde la anexión de Crimea en 2014. Se exhibió una parte del armamento del Kremlin, precedido de un capítulo histórico encabezado por el legendario tanque T-34 que llegó hasta Berlín en 1945. En cuanto a las armas modernas, salvo los misiles balísticos intercontinentales Yars, todas empleadas en la operación militar especial en Ucrania.

Un poco de historia

Cuando finalmente EEUU decidió arriesgar las vidas de sus hombres, las tropas de Adolfo Hitler estaban conformadas, en gran parte, por niños y ancianos, pues su ejército original se había extinto en el frente oriental. En la mayor carnicería perpetrada por los seres humanos contra sus semejantes, fallecieron más de 32 millones de soviéticos entre nueve millones 360 mil militares y más de 23 millones de civiles; la inmensa mayoría, bajo el Plan Hambre de Hitler, que buscaba la desaparición de los pueblos eslavos para repoblar sus  territorios con la raza aria.

La conmemoración contó con la presencia de 27 jefes de Estado que acompañaron a Vladimir Putin, entre ellos, Xi Jinping, de China; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil. Esta vez el desfile en Moscú no hizo gala de armamento, sino que se centró en la marcha de cerca de 10 mil soldados del ejército y de la armada rusos, junto con contingentes de 13 países. Desde 2014 no participan los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia ni Polonia.
Putin, Xi y líderes mundiales amigos celebran el Día de la Victoria de Rusia en un desfile militar de Moscú | CNN
La historia «oficial» occidental  también oculta que  las segundas mayores víctimas de la guerra fueron los chinos abatidos por el indescriptiblemente cruel fascismo japonés: 14 millones de civiles y 2 millones 600 mil militares chinos murieron en el campo de batalla, en campos de exterminio o en los laboratorios donde los más eminentes científicos nipones usaban seres humanos como ratones.
La realidad es que el Ejército Rojo fusiló a los antijudíos, y la mitología occidental los disfrazó de luchadores por la libertad contra la tiranía comunista. En la posguerra, Estados Unidos implementó un cordón sanitario para erradicar el comunismo de Europa occidental, pero como los grupos partisanos que resistieron al nazismo eran rojos y los liberales se acomodaron al fascismo o se exiliaron, las flamantes democracias las encabezaron personajes que escondieron a toda prisa sus insignias nazis o que, en el mejor de los casos, vieron los acontecimientos desde la seguridad de Londres o Washington, recuerda la prensa.
Tres millones de soldados nazis invadieron la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. Eran 80 por ciento del ejército alemán y, entre muertos, heridos y capturados, muy pocos completaron el camino de regreso. El Reino Unido perdió 60 mil civiles; Francia, 98 mil; Estados Unidos, menos de seis mil.
En casi cuatro años, la Unión Soviética no sólo combatió contra los nazis, sino contra sus entusiastas colaboradores polacos, ucranianos, húngaros, rumanos, búlgaros y de otras naciones europeas que facilitaron las acciones del ejército alemán y se fueron sumando a él conforme los germanos caían en batalla. El arrebato colaboracionista fue tal que en Polonia los pro nazis siguieron asesinando judíos después del final de la guerra.

¿Neofascismo?

No puede sorprender hoy  que los herederos de esa Europa cómplice de los nazis  hayan elegido el 9 de mayo para redoblar su embestida antirrusa con la creación de un tribunal especial para juzgar a Moscú y el anuncio de un nuevo despojo de los activos rusos en el exterior, todo ello en nombre de una legalidad internacional y de unos derechos humanos que tienen a los líderes occidentales sin el menor cuidado cuando Israel proclama sin tapujos su intención de exterminar al pueblo palestino.

En Moscú, la presencia de Xi al lado de Putin es una reivindicación histórica de dos naciones que lo sacrificaron todo  contra el nazismo y el fascismo. y junto a ellos 27 jefes de Estado que los  acompañaron. entre ellos Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Nicolás Maduro, de Venezuela, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil.

Con la demostración, el presidente Vladimir Putin pudo presumir la cada vez mayor cercanía con su homólogo chino  Xi Jinping, con quien ratificó que las relaciones entre Rusia y China se encuentran en el mejor momento de su historia.

*Analista  francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)