Ecuador: Tras el fraude electoral, la campaña de terror y la militarización

37

Eloy Osvaldo Proaño

Cuando el pasado domingo el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador dio el resultado “dibujado” de las elecciones presidenciales nadie daba crédito a los números, ni el candidato-presidente Daniel Noboa  ni la opositora Luisa González, del partido de la Revolución Ciudadana, en su peor cálculo.

A una semana de los comicios, la imposición del resultado parece marcar asimismo el desgarramiento de la principal fuerza política, en medio de un redoble de persecuciones políticas, con la difusión de una lista de más de cien personas críticas al gobierno con alertas migratorias, la multiplicación de amenazas contra periodistas y exfuncionarios del gobierno de Rafael Correa.

durante la campaña en Ecuador |  El organismo dijo que un mal uso de recursos públicos pudo favorecer a Noboa  | Página|12
Hasta la OEA denunció «condiciones de inequidad». Noboa no se inmutó

A ello se suma la denuncia por parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) de una nueva ofensiva contra su conducción, tras anunciar que se opondrá al intento de Noboa de cambiar la Constitución de la República. El Gobierno por su parte apela a viejas tácticas y se presenta como víctima y denuncia que unos sicarios fueron trasladados desde México para atentar contra Noboa. Quizá sea su justificación para la contratación de los mercenarios de Blackwater.

Asimismo, han aparecido expresiones fascistas del comportamiento de Noboa, como la lista centenaria a quienes habrá que hostigar, como lo que ya se ha palpado al entrar o salir del país. Algunos analistas alertan de que esta violencia desvela este ensayo de lo que podría ser la búsqueda del exterminio del movimiento de la Revolución Ciudadana: al adversario no se lo enfrenta con ideas, con debates, se busca acabarlo, aniquilarlo,  criminalizándolo.

Las encuestas públicas y los tracking internos no previeron una distancia tan amplia, de casi 1.3 millones de votos a favor del presidente-candidato. Por eso la reacción de Luisa González fue automática y radical: denunció el fraude ante los militantes reunidos en la fría noche quiteña impactada por la dimensión de la derrota.

Esta vez, sin Luis Almagro en la secretaría general, el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el cual el organismo señaló que “se registraron inconvenientes porque la tinta utilizada para marcar las papeletas se transfirió entre las opciones políticas al doblarlas, debido a la simetría del diseño. Esta situación generó confusión en la interpretación del voto”.

Laboratorios Tecnológicos de Levante
Laboratorios de fruade

Desde hace años, el laboratorio del fraude montado en Ecuador se fue perfeccionando, y todo hace entender que en este 2025 ha encontrado una fórmula que, incluso por los cálculos de cantidad, levantan sospechas del mega fraude, partiendo de la imposibilidad estadística del resultado, algo que la candidata progresista Luisa González supo explicar la noche del miércoles, pero sin presentar pruebas fácticas del fraude.

El libreto estaba escrito, en español e inglés y así el rechazo opositor no detuvo los reconocimientos internacionales de la victoria de Noboa, que fueron desde Estados Unidos a Paraguay, pasando los progresistas Brasil, Honduras y Chile.

Pero otros gobiernos más dignos pusieron en tela de juicio ese triunfo y se negaron a darle el respaldo al presidente reelecto, como el del presidente colombianoGustavo Petro y la amndataria mexicana Claudia Sheinbaum, quien incluso anunció que no reanudaría las relaciones con Ecuador y habló de un triunfo “muy dudoso”.

Paralelamente y ante el hecho consumado se sucedieron, también distanciamientos internos de alcaldes y prefectos Jorge Taddei B. on X: "Pa que vean cómo es la derecha: cuando la elección  en Venezuela, su guerra mediatica llevó a que hasta gente bien intencionada  reclamara qué había pasado; ahoraen la coalición progresistas Revolución Ciudadana, que culminó con la decisión de una asambleísta electa a dejar la bancada y darle mayoría e la ultraderecha.

La única certeza es que el 25 de mayo debe re-asumir Daniel Noboa. En el imaginario colectivo queda la impresión de que la Revolución Ciudadana perdió nuevamente en las urnas y que será necesario un fuerte debate dentro del progresismo ecuatoriano

Pero al fraude electoral se debe añadir el fraude mediático, en el cual nuevamente la uktraderecha ecuatoriana buscó apoyos externos, entre ellos el anuncio de la contratación -en la recta final de la campaña- del mercenario estadounidense Erick Prince, de la conocida Blackwater, quien tuvo expresiones muy miserables sobre la política interna ecuatoriana, lo que le valió un buen contrato para él y sus asesinos.

Para consumar el fraude era imprescindible contar con el descarado comportamiento del Consejo Nacional Electoral, que se abstuvo de llamar la atención el presidente-candidato que violó la constitución y la ley.

Noboa nunca pidió licencia como la ley ecuatoriana exige para poder hacer campaña, lo que supuso uso y abuso de fondos públicos como regalar bonos, por 500 dólares en promedio, a la gente afectada por las fuertes lluvias; o por el derrame de más de 25.000 barriles de crudo en la provincia de Esmeraldas, de las más pobres de Ecuador, y desde donde se exporta la mayor cantidad del petróleo ecuatoriano.

A ello hay que suma el invento, en pleno proceso electoral, de regalar bonos a jóvenes para que emprendan en negocios. Un libertario, que no cree en el Estado, uso cerca de 500 millones de dólares del erario del Estado en actos de populismo electoral.Ecuador: Noboa vuelve a decretar el estado de excepción tras ser revocados  dos anteriores

Dos días antes de la cita con las urnas decretó, otra vez, estado de excepción menoscabando una serie de derechos ciudadanos: inviolabilidad del domicilio, libre reunión. Los militares ocuparon los recintos electorales amenazando a la gente y, como es fácil suponer, a los simpatizantes de la candidata de Revolución Ciudadana preferentemente.

También prohibió, sin ley alguna que lo respalde, el uso de teléfonos celulares. Fieles al relato de vincular siempre al progresismo con el crimen organizado, acusaron que desde el correísmo se ha venido amenazando de muerte, en connivencia con las banda criminales, a los electores que no voten por los candidatos que les señalen.

La realidad era todo lo contrario: ciertos empresarios han pedido a su empleados, obreros, servidores, mostrar la foto que inequívocamente demuestre que siguieron la orden del voto. Son los empresarios aliados al gobierno los tramposos, los que desprecian la democracia, los que la menoscaban con sus miedos, sus intereses, sus burlas, a las ya raquíticas libertades.

*Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)