El movimiento ambientalista y una necesaria transformación estructural del modelo de producción
Agustina Medina
La agenda ambiental está hace tiempo cada vez más presente en medios de comunicación, redes sociales, e incluso en la agenda de los gobiernos del mundo, ya que todos los días en diferentes partes del globo se alcanzan nuevos récords de temperatura, ocurren fenómenos naturales sin precedentes y asistimos al derretimiento de glaciares a una velocidad nunca antes vista. Esto tiene un gran impacto en ecosistemas y sociedades, siendo aún mayor en poblaciones socioeconómicamente vulnerables.
Esta crisis socioambiental que vivimos y que atraviesa cada aspecto de nuestras vidas, desde una escala sistémica hasta la cotidianeidad misma, es consecuencia de un sistema de producción basado en el extractivismo. En este sentido, nos planteamos pensarla como consecuencia sistémica y punto de partida para abarcar el análisis y aportar a pensar posibles salidas a la problemática.
De acuerdo a Gimenez y Caciabue (1), por un lado, es cada vez más evidente la obsolescencia de los modelos de producción y consumo, como es el caso de la energía fósil, donde incluso se está considerando la aplicación de un impuesto al carbono por uso de este tipo de combustibles. Una crisis que trae aparejado el aumento de precios de la energía, la expansión de procesos inflacionarios, y el desabastecimiento de alimentos y productos.
Las consecuencias de esta crisis y del desarrollo de este sistema capitalista extractivista, que explota los recursos naturales sin contemplar su impacto socioambiental, están a la vista. En el segundo informe del grupo del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC, se expone evidencia científica sobre la responsabilidad de la acción humana en el aumento de la temperatura mundial a una tasa inaudita en los últimos 2000 años (2).
También se explica el impacto del cambio climático en los ecosistemas, la biodiversidad, y los seres humanos y sus sociedades. Además, el informe plantea la interdependencia entre clima, biodiversidad, ecosistemas y sociedades humanas.
Esto, para todas las sociedades y ecosistemas en su conjunto, representa riesgos y la necesidad de implementar planes de adaptación y mitigación al cambio climático.
También se presentan los impactos globales y regionales que produjo el cambio climático en ecosistemas y sociedades. Vemos que en la actualidad ya se han alterado ecosistemas terrestres, oceánicos y de agua dulce en todas las escalas.
Como se muestra, el cambio climático también ha tenido efectos adversos en las sociedades humanas, al afectar la salud y bienestar disminuyendo la seguridad del agua y alimentos, así como en la infraestructura de las ciudades.
También se presentan evaluaciones de riesgos sectoriales, junto a ejemplos de riesgos regionales clave en diferentes proyecciones de aumento de la temperatura respecto del periodo preindustrial (1850-1900).
Debemos destacar también, que de acuerdo al informe, entre 3.3 y 3.6 billones de personas viven en contextos que son altamente vulnerables al cambio climático, así como ecosistemas en los que viven otras especies, y la vulnerabilidad de ambos es interdependiente, por los que todos estarán expuestos a riesgos climáticos con los patrones de desarrollo actuales insostenibles.
Nuestras sociedades se desarrollan en un contexto de gran presión sobre los ecosistemas biológicos, en el que transcurre un proceso de transición de fase sistémica basada en la digitalización de la vida/economía, y es evidente que las consecuencias de este proceso de concentración económica afectan de manera significativa y particularmente a las clases subalternas, cada vez más enajenadas, más separadas de su producción, señalan Giménez y Caciabue..
Con el desarrollo alcanzado a nivel científico y tecnológico la humanidad podría vivir en la prosperidad. Las personas podrían gozar del “buen vivir”, en condiciones ambientales, sanitarias, educativas, sociales y laborales dignas, tejiendo redes territoriales, respetando la naturaleza y a los otros, consolidando otra forma de diseñar la sociedad humana, añaden.
En un mundo que atraviesa una transformación estructural, entendemos que no es escindible la problemática social de la ambiental. Desde el campo del pueblo debemos encontrar salidas en la que las clases populares no paguemos el costo de la presión que este sistema y su modo de producción extractivista ejercen sobre los recursos naturales.
Pero entonces, ante una urgente transformación estructural del modelo de producción ¿Qué podemos hacer desde el ambientalismo popular?
Como siempre, no hay salida individual, la respuesta es desde la organización colectiva, la cual debe caminar hacia la construcción de un ambientalismo popular el cual tenga contenido las nuevas formas de organización y construcción de poder popular. Así este movimiento podrá lograr avanzar cada vez más con una agenda de reclamos que van desde la #LeyDeHumedalesYa, hasta la necesidad de un plan de transición energética justo que sea inclusivo.
Para que dichos reclamos se transformen en nuevas victorias y conquistas, el ambientalismo popular deberá accionar desde lo global a lo local y viceversa, y encontrar en el territorio virtual otro espacio en/de disputa
De esta manera impulsamos consignas, construiremos poder y el sentido común, para imponer nuestra agenda, la cual debe surgir desde las bases y de la organización popular, contraponiendose a la agenda del ambientalismo liberal e individual del “capitalismo verde”.
Reflexionado desde nuestro lugar en esta problemática y coyuntura, debemos proponer una salida colectiva a esta crisis y en conjunto con otros movimientos sociales populares construir una realidad mejor para las grandes mayorías.
Notas
1.- https://estrategia.la/2021/12/31/la-consolidacion-de-una-nueva-fase-del-capitalismo/
Pospandemia y nueva fase del capitalismo – Por Matías Caciabue y Paula Giménez
2.- IPCC, 2021: Summary for Policymakers. In: Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Masson-Delmotte, V., P. Zhai, A. Pirani, S. L. Connors, C. Péan, S. Berger, N. Caud, Y. Chen, L. Goldfarb, M. I. Gomis, M. Huang, K. Leitzell, E. Lonnoy, J.B.R. Matthews, T. K. Maycock, T. Waterfield, O. Yelekçi, R. Yu and B. Zhou (eds.)]. Cambridge University Press. In Press.
IPCC, 2022: Summary for Policymakers (SPM) Working Group II Report and is approved by the IPCC
* Licenciada en Biología Molecular, doctoranda en Fisiología en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Investigadora del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología (OECyT), asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
Los comentarios están cerrados.