La trama golpista contra Petro, similar a la de otros mandatarios progresistas

La reciente trama golpista contra el presidente colombiano, Gustavo Petro, no ha sido la única acción de esa naturaleza en América Latina, donde a través de distintos mecanismos aparentemente institucionales varios exmandatarios progresistas han afrontado procesos judiciales o derrocamientos.

Fue el mismo presidente quien en una interacción en su cuenta de la red X desveló los hilos de la trama en su contra, orquestada por su excanciller Álvaro Leyva, con el fin de alcanzar el apoyo de Estados Unidos para sacarlo de su cargo de elección popular. La primera aclaración del presidente fue que «No es el plan de un loco, Leyva no está loco». señaló que las motivaciones del político conservador de larga trayectoria habrían sido el «odio y soberbia».

La publicación de los audios de Leyva ha dado sustento a las denuncias que Petro ha hecho desde el inicio de su mandato respecto a que en su contra se estaba orquestando un “golpe blando”; es decir, que intentaban sacarlo del poder mediante vías institucionales. Una estrategia que, ha señalado, no es exclusiva de Colombia, sino que se cierne sobre todos los presidentes de izquierda en América Latina.

Leyva, quien fuera suspendido de su cargo de ministro de Relaciones Exteriores por el Consejo de Estado, publicó últimamente una serie de cartas donde acusaba a Petro de consumir drogas, de haber traicionado el proyecto del Pacto Histórico, de tratar con desdén a jefes de Estado, entre otras. Para ,lograr su propósito, Leyva solicitó a varios parlamentarios estadounidenses, entre ellos el republicano de origen cubano Mario Díaz Balart, que la planteara el tema al Secretario Estado Marco Rubio.

“Lo peligroso no fue el secretario de estado de EEUU: Marco Rubio, que no estuvo metido realmente”, dice. Sostiene que el mayor riesgo de la estrategia de Leyva fue “que conectó dos grupos armados; el Clan del Golfo y el Ejército de Liberación Nacional (ELN.) El último ya no creía mucho en Leyva, porque lo veían usando la paz para sacar ganancias económicas; el que sí copió fue el Clan, envió el tema a sus jefes: la Junta del Narcotráfico”, señaló el mandatario.

Petro se ha referido en varias ocasiones sobre esa «junta», la que ha descrito como una asociación internacional de mafias latinoamericanas, albanesas, e italianas, entre otras, que desde Dubái,  maneja buena parte del comercio de la cocaína latinoamericana que llega a Europa. Señaló a este grupo de haber intentado acabar con su vida, de estar detrás de la ola de violencia en Medellín y de ser los posibles responsables del atentado contra Miguel Uribe. Sin embargo, la Fiscalía colombiana aún no ha encontrado evidencia de la existencia del entramado criminal.

Sostiene que el excanciller no actúo solo y esgrime como pruebas que «todas las cartas de Leyva, injuriando al presidente, fueron replicadas por la prensa como si se trataran de joyas literarias», por lo que deja en claro la complicidad de los medios hegemónicos, opositores a su gestión, con su eventual salida del Gobierno. Para el presidente, “hay muchas coincidencias como para pensar que es un lunático hablando solo”.

Los difusión de ,los audios de Leyva parece haber creado una fractura entre el presidente y su vicepresidenta, Francia Márquez. Petro le pidió al escucharlos que declarase ante la justicia cuál era su papel, ya que Leyva dio a entender a sus interlocutores en los audios y a los asesores republicanos con los que se reunió que Márquez estaba lista para suceder a un Petro que en cuestión de horas ya estaría malogrado. Márquez se desmarcado xde cualquier complot y, pidió a la fiscal general de la Nación que le tomase declaración.

«En el mes que pasó, sucedió un despliegue mediático hacia el proceso que inició un duquista extraño [Wilson Ruiz Orejuela] en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, sobre mi supuesta drogadicción, sin presentar más pruebas que las cartas de Leyva, tan publicitadas»,  señaló Petro, quien criticó. que la prensa que lo adversa «no publica o encubre la gravedad del hecho develado».

El mandatario cuestiona el lenguaje periodístico usado por los medios locales que hablaron de que el excanciller «gestionaba su salida», en vez de alertar de que estaba en marcha un golpe contra el primer mandatario. Recordó, asimismo,  que en algunos medios relacionaron su viaje a Manta (Ecuador) con una supuesta reunión con José Adolfo Macías,  líder de una organización criminal ecuatoriana.

En este entramado en su contra, Petro incluye las cartas publicadas por Leyva en sus redes, el atentado contra el precandidato derechista Miguel Uribe Turbay «para echarle la culpa al presidente, que es de izquierdas, olvidando que ningún presidente de izquierdas ha ordenado matar a alguien en América Latina».

«Qué coincidencia que la mayoría de los dirigentes de la derecha, después del atentado al senador Miguel Uribe (…) hayan repetido una y otra vez, que el culpable del atentado era yo», expresó Petro. Además, incluye en los intentos de desestabilización las acciones del Consejo de Estado en contra de los funcionarios pertenecientes al gobernante Pacto Histórico,  sacados de sus cargos y el proceso investigativo que inició el Consejo Nacional Electoral (CNE) en su contra por supuestamente haber incumplido con los topes de campaña establecidos, lo que no pudo demostrarse.

«Querían abrir el golpe parlamentario, no solo por el camino inconstitucional y anticonvencional, haciendo investigar al presidente por una simple instancia administrativa y no judicial», añadió. Al golpe de Estado lo derrotó la movilización general del pueblo colombiano. El golpe de Estado parlamentario, se le evapora a Leyva y su propia incapacidad, porque se denunció él mismo, con su propia voz, por su propia torpeza, porque el odio y la codicia, siempre enceguecen y siempre van contra la vida», advirtió.

Los procesos contra progresistas

Petro señala que las «coincidencias» entre los procesos judiciales que se le han abierto a líderes latinoamericanos de izquierda y progresistas no son más que intentos para derrocarlos a través de las instituciones internas o foráneas. «Todos víctimas de golpes de Estado parlamentarios, todos presidentes de izquierda. Todos incómodos para los poderes económicos de las tres Américas. ‘No dejan hacer negocios’, dicen; ‘Hablan mucho de trabajadores y de pobres, de justicia social’; ‘Son populistas’; ‘Solo merecen la cárcel o morir'», expresó.

Recuerda, asimismo, conocidos casos de lawafre o persecución judicial en contra de expresidentes de la región. y habla de la inédita categoría jurídica del ‘»influjo psíquico», que la Fiscalía ecuatoriana usó para señalar que el exmandatario Rafael Correa podría haber inducido delitos sin que hubiera pruebas directas.  También se refirió al expresidente peruano Pedro Castillo, hoy preso por los cargos de «sedición contra sí mismo», además de «abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública».

Petro manifestó que en el caso judicial contra el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva hubo un «peculado sin apartamento«, con referencia a la pena de casi nueve años que se le impuso por supuesto lavado de dinero y corrupción pasiva en el caso de un departamento triplex, en el marco de la  operación’Lava Jato’.

Sobre Cristina Fernández de Kircher asevera, con sarcasmo, que el exmandataria argentina había cometido un «autoatentado» y que por eso está bajo la figura de arresto domicilario, por supuesta corrupción. «Pero qué coincidencia que han querido apresar a Evo [Morales], Lula, Correa, Cristina, Castillo, Petro, hasta a [Nicolás] Maduro le pusieron precio a su cabeza, un juez extranjero», dijo el jefe de Estado colombiano.

*Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)