La crisis de la UE, el unilateralismo de Trump y ¿un nuevo orden mundial?

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Isabella Arria y Aram Aharonian

La Unión Europea se enfrenta a una grave crisis estratégica ante el inesperado  giro en la política exterior del gobierno de Estados Unidos, que ha pasado de ser un socio fiable a actuar con prepotencia y hostilidad frente a sus aliados y socios del viejo continente. Si no quiere ver cómo Donald Trump pone fecha de caducidad al  periodo de paz y prosperidad  más largo de su historia, Europa debiera despertar.

Para los preocupados analistas europeos, este es el momento de que Europa actúe para defender sus valores ante la ofensiva geopolítica y económica lanzada por el gobierno de Donald Trump, en un mundo donde parece primar la fuerza bruta, el   poder militar y la coerción económica.¿Qué sabemos de las intenciones de Trump para poner fin a la guerra en Ucrania?

Parece llegado el momento de actuar porque la conversación telefónica mantenida    por Trump y el presidente ruso Vladimir Putin no puede ser caracterizada como  una intermediación pacificadora, como intentan imponer en el imaginario  colectivo los medios estadounidenses, sino un diálogo entre la victoriosa Rusia y  el derrotado EEUU,  que brindó por tres décadas todo su apoyo político, financiero y militar a Ucrania, cuando la OTAN decidió desplazarse hacia la frontera rusa.

Trump negoció con Putin la paz en Ucrania a espaldas del gobierno de Kiev y de  las autoridades europeas de Bruselas, lo que fue interpretado como un desprecio a ambos, sino que marca la ofensiva para imponer un nuevo orden mundial   impulsado de forma agresiva por Estados Unidos.

Negociaciones en Riad: Moscú acepta la adhesión de Ucrania a la UE, pero no a la OTAN
Negociaciones en Riad: Moscú acepta la adhesión de Ucrania a la UE, pero no a la OTAN

Después de que Rusia y Estados Unidos se reunieran este martes en Arabia Saudita, sin la presencia de Ucrania ni los europeos, anunciaron que los equipos para negociar el fin de la guerra en Ucrania las encabezarán los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y de Rusia, Serguei Lavrov.

En el borrador de la propuesta a Ucrania, difundido por medios como The  Telegraph, Trump ofrece a Kiev una paz cara, frágil, que consolide la dependencia     del país:un ofrecimiento basado en la extrema debilidad del gobierno de Voldomir Zelenski y de Ucrania en general. Ofrece es humillación, expolio y dominación.

La propuesta expone cuatro premisas: que EEUU ha provisto de “significativo apoyo financiero y material a Ucrania” desde 2022 en el marco de la guerra; que “desea invertir junto a Ucrania en una segura y libre Ucrania”; que ambos países desean “una paz duradera” y “una asociación duradera entre ambos pueblos y gobiernos” y que esperan que “las partes hostiles del conflicto no se beneficien de la reconstrucción de Ucrania”.

El elemento central del borrador es el Fondo de Inversión para la Reconstrucción, que que incluye recursos minerales, recursos gasísticos y petrolíferos, puertos y otras infraestructuras. Estados Unidos reconoce el valor estratégico de Ucrania en clave energética y de recursos minerales, en el contexto de una aceleración de la disputa  contra China en el campo tecnológico y en el marco de un esfuerzo por reforzar su posición como proveedor de energía.

Lavrov (izq.) y Rubio (dcha.) en Riad.

“El Fondo  tendrá el derecho exclusivo para establecer el método, criterios de selección, términos y condiciones que deberá utilizar el gobierno de Ucrania para otorgar y documentar licencias futuras para extraer o monetizar de otro modo los recursos naturales de Ucrania sujetos a este Acuerdo”. Es decir, que Kiev estará sujeto a los mandatos de Washington a la hora de concretar licencias sobre sus recursos energéticos y minerales.

El acuerdo que  ofrecido Estados Unidos a Ucrania, de duración indefinida, obliga a Ucrania a renunciar “a la inmunidad soberana con respecto a su responsabilidad” y “a la inmunidad respecto del embargo y ejecución contra activos según sea necesario para satisfacer cualquier reclamo que el gobierno de Estados Unidos (o cualquier delegado del gobierno de los Estados Unidos) pueda tener contra el gobierno de Ucrania”.

La propuesta estadounidense establece que el gobierno de Ucrania recibirá el 50%  de los ingresos resultantes de licencias que se hayan emitido para los recursos ucranianos, pero existirá un gravamen sobre dichos ingresos que favorecerá a  EEUU, que se reserva el derecho de tanteo para la compra de minerales exportables”. Para cada compra de recursos minerales ucranianos, Washington se reserva el   derecho de “igualar” la oferta de terceros actores y adjudicarse para sí el acuerdo.

Ya se vio el auge del gas licuado estadounidense en Europa tras el boicot contra el  gas ruso. Los declamados ideales democráticos sirven de tapadera para  justificar los negocios.

Rusia y Ucrania: qué son los acuerdos de Minsk que Putin rompió al reconocer la independencia de Donetsk y Luhansk - BBC News MundoLos Acuerdos de Minsk (de 2014 y 2015), el primer intento de pacificar Ucrania, que cumplieron diez años este febrero, fueron definidos por la excanciller alemana   Ángela Merkel como un intento de “ganar tiempo” para que Kiev se fortaleciera militarmente. Se firmaron después de que las brigadas motorizadas rusas infligieran grandes bajas a los ucranianos en la Batalla de Debáltsevo, donde miles de soldados murieron, resultaron heridos o fueron hechos prisioneros

El documento, fruto de unas negociaciones que logró frenar las acciones militares a gran escala hasta 2022, sólo aplazó sine die la solución del conflicto. En las negociaciones en la capital bielorrusa participaron los presidentes rusoVladímir    Putin, y ucraniano, Petró Poroshenko, y los líderes de Alemania, Angela Merkel, y Francia, Francoise Hollande.

Hoy, el triunfo de la Federación Rusa frente a 32 países de la OTAN liderados por     Estados Unidos supone un cambio de época. Occidente deberá asumir la derrota y adaptarse a la emergencia de los BRICS, negociar con el Sur Global y aceptar el poderío económico del sudeste asiático.

El unilateralismo de Trump ha hecho añicos en tres semanas el consenso posterior a la Segunda Guerra Mundial. A la espera de su plan para Ucrania, la nueva era apunta de     forma devastadora en Medio Oriente.  Lejos de contribuir a una paz justa y duradera, su plan de limpieza étnica en Gaza debilita un precario alto al fuego, agravando el drama de los palestinos  y perpetúa la inestabilidad en una región arrasada por décadas de conflicto.

Frente a esta realidad, la UE no puede seguir siendo y apareciendo como una espectadora. No se esfuerza siquiera por hacer valer su poder regulatorio frente al trumpismo tecnológico de las grandes plataformas, desarrollar su autonomía en   materia de defensa y ostentar una política exterior común, algo que hizo en  Ucrania pero no en Gaza.

* Aharonian es periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). Arria, periodista chilena residenciada en Europa, esanalista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)