Israel, el genocidio, Irán, Nostradamus y la guerra atómica
Isabella Arria
En medio de las crecientes tensiones en Medio Oriente y tras el ataque con drones de Irán a Israel, hay quienes relacionan el escenario actual con las visiones proféticas del boticario francés Nostradamus, supuesto adivino, y temen que ese sábado 13 haya marcado el inicio de un Tecera (y final) Guerra Mundial.
El ataque contra Israel utilizando drones, misiles y cohetes fue un acto que alarmó a la comunidad internacional, pero sobre todo desvió el foco de atención de los millones de desesperados, acosados por el hambre, las enfermedades y las bombas que caen todos los días sobre sus hogares y refugios improvisados en Gaza.
Las fuerzas armadas israelíes afirmaron que, con ayuda de EEUU, interceptaron más de 200 de los drones iraníes y aseguraron que el ataque sólo causó daños menores en una base militar del país, y una víctima: una niña que, al parecer, resultó herida por la metralla disparada para derribar un dron. Pero lo que se oculta es que la verdadera escalada no fue la respuesta de Irán, sino el bombardeo israelí contra una sede diplomática protegida por la soberanía siria y por la Convención de Viena.
El millón y medio de gazatíes desarraigados por la invasión militar genocida israelí claman que no se les relegue al olvido conforme el foco mediático se mueve hacia las tensiones entre Tel Aviv y Teherán.
La prensa hegemónica oculta la realidad y realza lo que es beneficioso para sus planes bélicos. Estos crímenes de guerra han merecido menos atención que la respuesta de Irán a la matanza perpetrada por Israel en su sede diplomática en Damasco. El ataque de un Estado contra instalaciones militares de otro, por injustificable que sea, no puede compararse con el asesinato en masa de civiles inermes.
Los medios quieren imponer, asimismo, la falsa dicotomía entre respaldar a Israel o a Irán: una burda maniobra propagandística para desviar la mirada del genocidio que las fuerzas armadas israelíes perpetran en Gaza. Lo urgente es desactivar el riesgo de una guerra abierta entre la república islámica y la potencia nuclear respaldada por Occidente, y frenar la limpieza étnica más atroz del siglo XXI.
Israel tiene un largo historial de bombardeos de instalaciones iraníes y asesinatos de civiles y militares persas tanto dentro del territorio de Irán como en otros países, principalmente Siria y Líbano. Desde hace más de una década y de manera rutinaria, Israel lanza misiles contra todo tipo de objetivos sirios con el pretexto de que están vinculados con Irán, violación a la legalidad internacional que no merece ningún comentario por parte de quienes hoy condenan a Irán.
Cabe recordar, también, que Israel ha actuado en complicidad con Washington para sabotear el programa nuclear civil iraní, con acciones de terrorismo cibernético que han generado pérdidas de miles de millones de dólares, retrasado por años la adopción de la energía atómica por Teherán e impedido el desarrollo de su red eléctrica. Eso también es guerra.
Tanto los gobernantes como los grandes medios de comunicación de EEUU y Europa resaltaron los tópicos de un Israel bajo fuego, víctima del odio y el belicismo de la república islámica.
Mientras los medios se vuelcan a la especulación acerca de los alcances que cobrará la disputa entre la República Islámica de Irán e Israel, los israelíes continúa masacrando a los palestinos y no dejan de aparecer evidencias irrefutables de que la operación militar lanzada por Tel Aviv hace más de seis meses tiene poco o nada qué ver con la defensa de las vidas israelíes.
Queda claro el plan de exterminio consistente en aniquilar al mayor número posible de palestinos y obligar al resto a huir a fin de completar la ocupación colonial iniciada hace más de 70 años. “Ahora vayan y hiéranlos y destruyan absolutamente todo lo que tengan y no los perdonen, sino mátenlos, tanto a hombres como a mujeres, infantes y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y burros”, fue el pasaje bíblico citado por el presidente Benjamín Netanyahu para arengar a sus tropas para el genocidio.
Especulan con una guerra atómica
Muchos especulan con una posible guerra atómica y np es para menos, porque en realidad la paz mundial está suspendida de las digitaciones de Estados Unidos, con libretos de ucranianos y genocidas isaraelíes.
Los goberantes de Ucrania e Israel señalan que se Washington no entrega más armas para masacrar a los rusos y a los palestinos, la guerra atómica entra en la agenda de Estados Unidos y sus laderos de la Organización del Tratado del Antántico Norte (OTAN).
Para un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia, las muertes relacionadas con la hambruna podrían llegar a 5.000 millones de personas más.
La cadena estadounidense CNN reveló que a finales de 2022, Estados Unidos comenzó a «prepararse rigurosamente» para un potencial ataque con armas nucleares de Rusia en Ucrania, en lo que habría sido el primer ataque nuclear en guerra desde que Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki casi ochenta años antes. Hasta ahora, solamente Estados Unidos ha lanzado bombas atómicas.
“La humanidad no puede sobrevivir a una secuela de Oppenheimer”, advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterresm que volvió a alertar sobre el riesgo de una “guerra nuclear” utilizando como referencia la película que “dio vida a la cruda realidad del apocalipsis nuclear”.
“Oppenheimer”, la película dirigida por Christopher Nolan, ganadora de siete premios Oscar, abrió los ojos a millones de personas sobre “la dura realidad del apocalipsis nuclear”, señaló el secretario general, quien destacó aque “todas estas voces, todas estas advertencias, todos estos supervivientes imploran al mundo que se aleje del precipicio hacia el que se precipita”.
Antonio Guterres expresó su preocupación por una nueva carrera armamentística. “Los países están invirtiendo considerables recursos en nuevas tecnologías nucleares mortíferas y extienden la amenaza a nuevas zonas”, lamentó.
En octubre de 2022, el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, hizo una serie de llamadas telefónicas a funcionarios de defensa de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Turquía, diciéndoles que el Kremlin estaba «preocupado por posibles provocaciones por parte de Ucrania que implicaran el uso de una bomba sucia». Como era de esperar, EEUU y otros funcionarios occidentales rechazaron las advertencias rusas.
La prensa estadounidense señala que Washington intentó conseguir la ayuda de países que no eran aliados, en particular China e India, para disuadir a Rusia de semejante ataque. ¿Otro fake news?
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
[…] Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE), 16 de abril de […]