La desinformación abre un nuevo frente en el conflicto palestino-israelí

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Aram Aharonian |

La publicación de fake news y teorías de la conspiración favorece tanto la viralización de las noticias como las reacciones emotivas y viscerales de un porcentaje notable de  usuarios. Y no se queda solo en las redes sociales, sino que llega a los medios de comunicación tradicionales e inclusive a los parlamentos. No hay nada inocente: detrás de cada mentira: hay una sucursal de la usina de terrorismo mediático.

Hoy, en plena época de los fakes (mentiras), big data, de televisores como pantalla enorme para recibir contenidos manejados por las megaempresas de acuerdo al perfil que cada uno va autodiseñando en las redes sociales, manipulaciones, imposición de imaginarios, habría que eliminar la palabra verdad de nuestros diccionarios.Israel-Palestine war: These posts are fake or misleading | Middle East Eye

Aunque lo parezca, la respuesta del gobierno de Israel no es espontánea sino que busca multiplicar el daño recibido en parte por venganza, pero sobre todo para continuar su estrategia de colonización de Palestina, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea, en la que Gaza molesta y mucho. Han recurrido

a las redes sociales para entablar una guerra de información, con numerosas publicaciones y afirmaciones que en realidad son engañosas.

La ocupación israelí y colonización continuada desde 1947 hasta hoy consiste en encerrar literalmente a la población palestina de Cisjordania y Gaza, con la construcción de muros que rodean ambos territorios de tal forma que sus habitantes deben pasar controles militares no solo para abandonar los territorios palestinos, sino para moverse a una ciudad vecina o incluso en ocasiones dentro de su propia ciudad. Pero poco dicen la prensa occidental de todo eso.

Gobernaba en Israel una coalición de derecha y la ultraderecha, y sus decisiones venían provocando una creciente crisis política. Pretendió avanzar sobre el sistema judicial pero universidades, sindicatos y ejército se opusieron. Las protestas se venían multiplicando. Las tensiones internas aumentaban y los consensos se diluían. Ese descontento interno contribuyó a la pérdida de eficacia en los sistemas de control e inteligencia interna e internacional. Todos descansaban en la fortaleza de la tecnología.CNN desenmascara desinformación sobre la guerra de Israel y Hamas

Los numerosos puestos de control del ejército israelí son el engranaje de una maquinaria de humillación, represión y castigo que ha conformado un sistema de apartheid en todos los territorios ocupados de Palestina, por militares y también colonos armados,que  patrullan las ciudades palestinas, amenazan, amedrentan, atemorizan, disparan y asesinan a la población palestina, dentro de su estrategia de hambre infinito de venganza y de sometimiento, pero los medios no lo recogen.

Tras el ataque de Hamás y la respuesta del primer minsitro ultraderechista israelí Benjamín Netanyahu declarando el «Estado de Guerra», la red social X se ha convertido en la peor herramienta para informarse y la peor herramienta para comprender lo sucedido.

El escritor español Guillermo Zapata (X y desinformación: la fábrica de mierda digital, en Público.es) señala que se suceden problemas de moderación, de desinformación y de difusión de propaganda,  por desinterés o  por la dificultad de hacerlo en entornos digitales muy abiertos, pero hoy esos mismos problemas se multiplicaron exponencialmente y están articulados bajo un modelo económico y cultural que se piensa a sí mismo como modelo de éxito.

El asunto es tan grave que el Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios, el francés Thierry Breton, reclamó a Elon Musk que cumpla sus obligaciones controlando la difusión de odio y mentiras desde X. Ha cambiado la forma en la que se jerarquiza la información, privatizándola. Para los usuarios de pago de X no existe filtro de incorporación más que el dinero, tienen prioridad en la difusión de los mensajes y en la aparición en los comentarios.

No es sólo que eso haya introducido un sesgo ideológico en los mensajes (estudios hablan de la multiplicación del discurso de odio en la red) es que en dicho modelo existe la posibilidad de monetizar el contenido por impactos. Es decir, la herramienta incentiva que hagas contenidos que reciba mucha atención. No importa demasiado si la atención es buena o mala, si tienen veracidad o son campañas tendenciosas.

El reino de las fakes

Se conocen como fake news, noticia falsa, noticia falseada, infundio, al tipo de bulo que consiste en un contenido seudoperiodístico cuyo objetivo es desinformar a un público en específico. Se diseña y emite con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político.

La posverdad, las fake news, buscan llenar una determinada información de emociones, con el fin de provocar una respuesta en el receptor del mensaje, generalmente el clic en la noticia sugerida o la viralización de la misma, lo que deviene en un clima de polarización, falta de empatía con quien no piensa igual, generando un contexto antidemocrático latente, eliminando el fomento del espíritu crítico y la capacidad de análisis.

La posverdad es un fenómeno radicalmente nuevo respecto a las mentiras clásicas, donde la verdad alternativa se presenta como la crítica (en nombre de la libertad) hacia algún tipo de autoridad dotada de un valor verificador . El mundo ha verificado hechos innegables como la capacidad de penetración de las redes sociales, inmensamente superior a la de los medios de comunicación tradicionales.Guerra de Israel y Hamás en Gaza: bulos y desinformación

También Internet y su evolución hacia la web 2.0 han permitido superar la comunicación unidireccional de los medios tradicionales –prensa gráfica, radio y televisión– y llegar a una interacción con el público, facilitando su eventual participación. Del concepto de “audiencia” pasamos al de “usuario”, que no es pasivo sino que puede crear, editar y compartir contenido generado por él.

La extrema derecha 2.0 ha sabido leer mejor que las demás los cambios de la sociedad, aprovecharse de las debilidades y las grietas de las democracias liberales y entender las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Y de ahí su interés y sus esfuerzos para generar y difundir noticias falsas.

Actores públicos y privados afines a los dos bandos utilizan internet como plataforma para difundir mensajes de propaganda y bulos. La Unión Europea exige a las redes sociales X, Facebook y TikTok que actúen contra estos contenidos

Uno de los que tropezó (¿adrede?) fue el presidente estadounidense Joe Biden. “Nunca pensé que vería, y lo he confirmado, fotografías de terroristas decapitando a niños”, manifestó durante una reunión en Washington con líderes de la comunidad judía. Y sus palabras corrieron como la pólvora, un día después de que una reportera del canal israelí i24 lanzara la fake de la decapitación de 40 menores de edad por milicianos palestinos de Hamás.

Qué sabemos sobre la afirmación que señala que 40 bebés fueron decapitados por Hamas en Israel - ChequeadoEl bulo sobre la supuesta decapitación de bebés por parte de Hamás ha tenido amplia difusión en los principales canales de noticias, un hecho que también fue mencionado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu,antes que Biden.Al ser interrogada, la Casa Blanca rectificó la afirmación presidencial, aunque señaló que no “han podido confirmar” estos informes.

La inteligencia israelí y los medios hegemónicos occidentales han recurrido a las redes sociales para entablar una guerra de información, con publicaciones y afirmaciones engañosas y falsas..

Un video difundido por redes sociales afirma mostrar un ataque israelí contra Gaza. Tras una búsqueda inversa de imágenes, se descubrió que el vídeo fue filmado en Argelia poco después de que el club de fútbol Belouizdad se clasificara campeón: no se trata de explosiones, sino de fuegos atificiales, no son palestinos sino argelinos.

Otro vídeo afirma mostrar un tiroteo entre fuerzas israelíes y combatientes de Hamás. Al hacer una búsqueda inversa de imágenes, se demostró que el video fue filmado en 2017 en el estado mexicano de Tamaulipas.

Manipuladores y manipulados

El Instituto Interamericano de Derechos Humanos señala que la manipulación es un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. Se presenta en cualquier relación social o campo de la actividad humana, donde la parte dominante se impone a otras en virtud de que éstas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la situación en que se encuentran.

Se entiende el ejercicio del poder sobre el cual se dirige la manipulación, su objetivo principal es imponer ideas establecidas con el fin de que se transformen en conceptos o dogmas sobre los cuales se rijan los individuos. Siglos antes de la era de internet, en  “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo esto se explica de una forma clara al mostrar el poder clerical como una forma más de manipulación política con conceptos metafísicos de poder.

Las cadenas de televisión estadounidenses han enviado corresponsales a Israel para cubrir los episodios de violencia, pero rara vez entrevistan a palestinos, a activistas israelíes pacifistas o a periodistas que se oponen a la ocupación. A medida que Israel intensifica su brutal respuesta al brutal ataque que la organización Hamás llevó a cabo el 7 de octubre, los medios de comunicación de EEUU ofrecen constantemente las voces -sólo- de los israelíes que han sufrido los actos de violencia de Hamás.

Ojalá los medios cubrieran también de esa forma el dolor que padece la población civil de Palestina, ya que rara vez escuchamos su voz, señala Amy Goodman de Democracy Now!. Escuchar el relato de las víctimas en su propia voz es el primer paso para derribar barreras y cultivar una comprensión que pueda allanar el camino hacia una paz justa.

Poco después del ataque de Hamás, Israel inició un nuevo e intenso bombardeo contra la Franja de Gaza. Quienes están soportando todo el peso de esa represalia son los 2,4 millones de palestinos que Israel tiene atrapados en Gaza, casi la mitad de los cuales son niños y niñas. La Franja de Gaza —un enclave de entre 6 y 12 kilómetros de ancho y 40 de largo— es uno de los lugares más densamente poblados del planeta y ha sido descrita como la prisión al aire libre más grande del mundo.

Israel maltrata a niños palestinosEn las condiciones llamadas «normales», los gazatíes viven bajo una severa ocupación militar. Nadie entra ni sale sin el permiso de Israel, que controla el suministro de agua, alimentos y combustible de Gaza. Ahora, tras el ataque de Hamás, el bloqueo y los bombardeos israelíes en/sobre Gaza han adquirido un carácter catastrófico.

Rashid Khalidi, reconocido académico palestino-estadounidense, profesor de la cátedra Edward Said de la Universidad de Columbia, señaló que “la idea de que puedes encerrar a cinco millones de personas, ponerlas entre muros, endurecer el asedio sobre ellas, permitir solo la entrada a cuentagotas de algo de comida, algo de agua y un poco de electricidad, esa idea ha explotado como resultado de los terribles acontecimientos [recientemente acaecidos]. Esto no puede continuar así”.

Khalidi agregó que “Estados Unidos debería tratar de apaciguar la situación. […] Financiamos esta ocupación. Financiamos esta violencia. Hay armas estadounidenses utilizándose hoy, ahora mismo, en Gaza, para matar a civiles inocentes, en violación de la ley estadounidense”.

Que nadie ofrezca otra versión

La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, que viene sincerando  el interés de su país por los recursos naturales de América Latina, atacó las cadenas RT en Español y Telesur, que según ella «no practican periodismo». Es un forma extraña de entender la libertad de prensa y de expresión.

Remarcó los intereses geopolíticos de Washington en la región, que ella aún cree que es el patio trasero de EEUU: el triángulo del litio; la concentración de “las reservas de petróleo más grandes”; “los recursos de Venezuela, con petróleo, cobre, oro”; los bosques de la Amazonia, “los pulmones del mundo”; y, finalmente “el 31 por ciento del agua dulce del mundo”.

La advertencia de la generala quedaba clara: Washington no permite que se repitan ni difundan lo que las usinas de la internacional del terror mediático quieren imponer  como verdad absoluta. Y a la vez, Richardson reconoce que la información no controlada hace daño a EEUU y su belicismo, discute el concepto aribitario de democracia que quieren imponer por la fuerza.

«En América Latina tenemos más de 31 millones de seguidores con Sputnik Mundo, RT (Rusia Today) en Español y Telesur. Medios que no practican el periodismo de justificación o de verificación. Difunden desinformación. Socavan las democracias en todo el hemisferio, y tenemos que hacer algo mejor que eso. Debemos hacer algo en la región que sea muy específico, que promulgue las democracias y cómo las democracias benefician a la gente», dijo.

En un acto de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD) dijo que «En América Latina tenemos más de 31 millones de seguidores con Sputnik Mundo, RT en Español y Telesur. No practican el periodismo de justificación o de verificación. Difunden desinformación», afirmó Richardson. «Socavan las democracias en todo el hemisferio, y tenemos que hacer algo mejor que eso. Debemos hacer algo en la región que sea muy específico, que promulgue las democracias y cómo las democracias benefician a la gente», agregó.

En marzo pasado, Richardson había pedido fondos al Congreso para contrarrestar una supuesta «amplia campaña de desinformación» rusa en América Latina, sobre todo después de la invasión de Ucrania.

La guerra en Medio Oriente reedita en las izquierdas euroccidentales una vieja división: el fantasma del colonialismo y la complicidad con él y los límites de la violencia como respuesta a la opresión, vuelven a estar sobre la mesa. Sin dudas, dejó una grieta en la izquierda en Occidente, donde hubo reacciones dispares y hasta contradictorias

A Francia Insumisa (LFI) le está pasando en Francia lo que a los partidarios del laborista Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, a la izquierda antibelicista en proceso de reorganización en Italia, a una parte sustancial de Die Linke (La Izquierda) en Alemania o al propio Podemos y otros sectores a la izquierda del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en España.

El solo hecho de intentar poner en contexto los ataques de Hamás en Israel, de decir, algo así como «miremos no solo la fotografía de lo sucedido, sino la filmación de todas estas décadas de opresión de los palestinos de parte de un Estado ocupante y opresor», les valió ser tratados de filoterroristas, filofundamentalistas y otras linduras.

Detrás del horror de los crímenes de guerra cometidos esta semana se encuentra el horror cotidiano de un régimen de desposesión que quienes manejan la comunidad internacional desde sus escritorios o sus usinas de terrorismo mediático, creyeron poder ignorar.

En Estados Unidos, la Universidad Harvard (en Cambridge) fue el epicentro de una polémica que rápidamente se nacionalizó: luego la ofensiva de Hamas, 34 organizaciones estudiantiles suscribieron un comunicado del Comité de Solidaridad Palestina de Harvard y responsabilizaron “enteramente” a Israel por la violencia. “El régimen apartheid es el único culpable”, señalaron los estudiantes.Ocupación israelí ha negado derecho al desarrollo a Palestina, según UNCTAD | Diario Digital Nuestro País

Mientras, la BBC británica destacó el legado de trauma y división que dejaron Reino Unido y Francia en Medio Oriente. Los británicos atacaban pueblos enteros si sus tropas recibían ataques de rebeldes armados que operaban en las colinas, señala una nueva serie de radio de la BBC que examina cómo el control británico y francés de Medio Oriente hace un siglo dio forma a la región de maneras que aún resuenan hoy.

El largo conflicto entre Israel y Palestina, que ocupó gran arte de la atención mundial durante el siglo XX y que amenaza en constituirse en una de las claves de la presenta centuria, incentivado por la peligrosa alianza entre la derecha y la ultraderecha israelí, tendrá múltiples y aún impensadas derivaciones. Es imposible saber hasta dónde puede llegar la amplificación de este conflicto.

 

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

 

En portugués

A desinformação abre uma nova frente no conflito palestino-israelense

 

A publicação de fake news e teorias da conspiração favorece tanto a viralização das notícias quanto as reações emocionais e viscerais de uma porcentagem notável de usuários. E isso não fica só nas redes sociais, chega também aos meios de comunicação tradicionais e até aos parlamentos. Não há nada inocente: por trás de cada mentira, há uma filial da central de terrorismo midiático.

Hoje, em plena época de fakes (mentiras), de big data, de televisores com tela enorme que recebem conteúdos manejados pelas megaempresas conforme o perfil que cada um vai se autoelaborando nas redes sociais, de manipulações, de imposição de imaginários, seria preciso eliminar a palavra verdade dos nossos dicionários.

Embora pareça, a resposta do governo de Israel não é espontânea, mas busca multiplicar o dano recebido, em parte por vingança, mas principalmente para continuar sua estratégia de colonização da Palestina, que conta com o apoio dos Estados Unidos e da União Europeia, e na qual Gaza incomoda, e muito. Eles se voltaram para as redes sociais para travar uma guerra de informação com inúmeras postagens e afirmações que são realmente enganosas.

A ocupação israelense e a colonização continuada desde 1947 até hoje consistem em encerrar literalmente a população palestina da Cisjordânia e de Gaza, o que foi possível com a construção de muros que cercam ambos os territórios de tal forma que seus habitantes devem passar controles militares não só para deixar os territórios palestinos, mas para ir a uma cidade vizinha ou, até mesmo, às vezes, dentro de sua própria cidade. Mas a imprensa ocidental fala pouco de tudo isso.

Uma coalizão de direita e ultradireita governava em Israel, e suas decisões vinham provocando uma crescente crise política. Esse governo pretendeu avançar sobre o sistema judicial, mas universidades, sindicatos e o exército se opuseram, ao mesmo tempo em que os protestos se multiplicaram. As tensões internas aumentavam e os consensos se diluíam. Esse descontentamento interno contribuiu para a perda de eficácia nos sistemas de controle e na inteligência interna e internacional. Todos descansavam na fortaleza da tecnologia.

Os numerosos postos de controle do exército israelense são a engrenagem de um maquinário de humilhação, repressão e castigo que moldaram um sistema de apartheid em todos os territórios ocupados da Palestina, assegurado por militares e colonos armados que patrulham as cidades palestinas, ameaçam, amedrontam, atemorizam, disparam e assassinam a população palestina, dentro de sua estratégia de fome infinita de vingança e de submissão — mas a mídia não os registra.

Após o ataque do Hamas e a resposta do primeiro-ministro de extrema-direita israelense Benjamin Netanyahu declarando o “Estado de Guerra”, a rede social X se tornou a pior ferramenta onde buscar informação para entender o que aconteceu.

O escritor espanhol Guillermo Zapata (no artigo “X e desinformação: a fábrica de merda digital”, no site Público.es) observa que há uma sucessão de problemas de moderação, desinformação e difusão de propaganda, por desinteresse ou pela dificuldade de fazê-lo em ambientes digitais muito abertos. Mas hoje esses mesmos problemas se multiplicaram exponencialmente e estão articulados sob um modelo econômico e cultural que se considera como modelo de êxito.

O assunto é tão grave que o comissário europeu para o Mercado Interno e Serviços, o francês Thierry Breton, pediu a Elon Musk que cumpra suas obrigações, controlando a difusão de ódio e mentiras do X. Musk mudou como a informação é hierarquizada, privatizando-a. Para os usuários pagos do X, não existe outro filtro de incorporação além do dinheiro, eles têm prioridade na difusão das mensagens e na aparição nos comentários.

O problema não é somente que essa medida tenha introduzido um viés ideológico nas mensagens (estudos falam da multiplicação do discurso de ódio na rede): nesse modelo, existe a possibilidade de rentabilizar o conteúdo conforme o impacto, ou seja, a ferramenta incentiva que você gere conteúdo que receba muita atenção. Não importa muito se atrai atenção boa ou ruim, se há veracidade ou se são campanhas tendenciosas.

O reino das fakes

São conhecidas como fake news, notícia falsa, informação mentirosa, mentira, todo tipo de desinformação que consiste em um conteúdo pseudo-jornalístico cujo objetivo é desinformar um público específico. É um material projetado e emitido com a intenção deliberada de enganar, induzir ao erro, manipular decisões pessoais, desprestigiar ou enaltecer uma instituição, entidade ou pessoa, ou ainda obter ganhos econômicos ou lucro político.

A pós-verdade, ou fake news, busca encher uma determinada informação de emoções, com o fim de provocar uma resposta no receptor da mensagem (geralmente um clique na notícia sugerida ou a viralização do conteúdo), o que gera um clima de polarização, de falta de empatia com quem não pensa igual e cria um contexto antidemocrático latente, eliminando o fomento do espírito crítico e a capacidade de análise.

A pós-verdade é um fenômeno radicalmente novo em relação às mentiras clássicas, em que a verdade alternativa se apresenta como a crítica (em nome da liberdade) a algum tipo de autoridade dotada de um valor verificador. Temos testemunhado fatos inegáveis como a capacidade de penetração das redes sociais, imensamente superior à dos meios de comunicação tradicionais.

A internet e sua evolução para a web 2.0 também permitiram superar a comunicação unidirecional da mídia tradicional – imprensa gráfica, rádio e televisão – e chegar a uma interação com o público, ao facilitar sua eventual participação. Do conceito de “audiência” passamos ao de “usuário”, que não é passivo, e permite criar, editar e compartilhar conteúdo gerado por ele.

A extrema-direita 2.0 vem mostrando que sabe ler melhor que as demais as mudanças da sociedade, aproveitar-se das debilidades e brechas das democracias liberais e entender as possibilidades oferecidas pelas novas tecnologias. E daí surge seu interesse e seus esforços para gerar e espalhar notícias falsas.

Atores públicos e privados utilizam a internet como plataforma para difundir mensagens de propaganda e boatos. A União Europeia exige que as redes sociais X, Facebook e TikTok tomem medidas contra esse conteúdo.

Um dos que tropeçou (de propósito?) foi o presidente estadunidense Joe Biden. “Nunca pensei que chegaria a ver fotografias de terroristas decapitando crianças, e já confirmei”, comentou durante uma reunião em Washington com líderes da comunidade judaica. Suas palavras se espalharam como fogo um dia depois que uma repórter do canal israelense i24 lançasse a notícia falsa da decapitação de 40 menores de idade por milicianos palestinos do Hamas.

O boato sobre a suposta decapitação de bebês por parte do Hamas teve ampla difusão nos principais canais de notícias, um fato que também foi mencionado pelo primeiro-ministro israelense, Benjamin Netanyahu, antes de Biden. Ao ser questionada, a Casa Branca retificou a afirmação presidencial, embora tenha indicado que não “puderam confirmar” estes relatórios.

A inteligência israelense e a mídia hegemônica ocidental recorreram às redes sociais para travar uma guerra de informações, com publicações e afirmações enganosas e falsas.

Um vídeo compartilhado pelas redes sociais descreve um ataque israelense contra Gaza. Após uma pesquisa reversa de imagens, descobriu-se que o vídeo foi filmado na Argélia pouco depois que o clube de futebol Belouizdad se tornara campeão: não se trata de explosões, mas de fogos de artifício; e não são palestinos, mas argelinos.

Em outro vídeo, supostamente há um tiroteio entre forças israelenses e combatentes do Hamas. Mas, uma pesquisa reversa de imagens demonstrou que o vídeo foi filmado em 2017 no estado mexicano de Tamaulipas.

Manipuladores e manipulados

O Instituto Interamericano de Direitos Humanos indica que a manipulação é um exercício velado, sinuoso e abusivo do poder. Apresenta-se em qualquer relação social ou campo da atividade humana em que a parte dominante se impõe a outras em virtude de que estas carecem de controle, consciência e conhecimento sobre as situações em que se encontram.

Entende-se que, no exercício do poder sobre o qual se dirige a manipulação, seu objetivo principal é impor ideias estabelecidas com o fim de que se transformem em conceitos ou dogmas sobre os quais se regem os indivíduos. Séculos antes da era da internet, em “O Príncipe”, de Nicolau Maquiavel, isso é explicado de forma clara ao mostrar o poder clerical como mais uma forma de manipulação política com conceitos metafísicos de poder.

Os canais de televisão estadunidenses enviaram correspondentes a Israel para cobrir os episódios de violência, mas raramente entrevistam palestinos, ativistas israelenses pacifistas ou jornalistas que se opõem à ocupação. À medida que Israel intensifica brutalmente sua resposta ao violento ataque que a organização Hamas realizou em 7 de outubro, os meios de comunicação dos EUA oferecem constantemente as vozes — somente — dos israelenses que sofreram os atos de violência do Hamas.

Quem dera que os meios de comunicação cobrissem também dessa mesma forma a dor que padece a população civil da Palestina, pois raramente ouvimos sua voz, observa Amy Goodman, de Democracy Now!. Ouvir o relato das vítimas em sua própria voz é o primeiro passo para derrubar barreiras e cultivar uma compreensão que possa abrir caminho para uma paz justa.

Pouco depois do ataque do Hamas, Israel iniciou um novo e intenso bombardeio contra a Faixa de Gaza. Quem está suportando todo o peso dessa represália são os 2,4 milhões de palestinos que Israel tem presos em Gaza, quase a metade dos quais são meninos e meninas. A Faixa de Gaza — um território de 6 a 12 quilômetros de largura e 40 quilômetros de comprimento — é um dos lugares mais densamente povoados do planeta e tem sido descrita como a maior prisão ao ar livre do mundo.

Nas chamadas condições “normais”, os habitantes de Gaza vivem sob severa ocupação militar. Ninguém entra ou sai sem a permissão de Israel, que controla o abastecimento de água, alimentos e combustível de Gaza. Agora, após o ataque do Hamas, o bloqueio e os bombardeios israelenses em/sobre Gaza adquiriram um caráter catastrófico.

Rashid Khalidi, reconhecido acadêmico palestino-estadunidense, professor da disciplina Edward Said, da Universidade de Columbia, destacou que “a ideia de que você pode trancar cinco milhões de pessoas, colocá-las entre muros, endurecer o cerco sobre elas, permitir apenas a entrada a conta-gotas de algo de comida, um pouco de água e alguma eletricidade, essa ideia explodiu como resultado dos terríveis acontecimentos [recentemente ocorridos]. Isso não pode continuar assim”.

Khalidi acrescentou que “os Estados Unidos devem tentar apaziguar a situação. […] Financiamos essa ocupação. Financiamos essa violência. Há armas estadunidenses sendo usadas hoje, agora mesmo, em Gaza, para matar civis inocentes, em violação da lei estadunidense”.

Que ninguém ofereça outra versão

A comandante do Comando Sul dos Estados Unidos, Laura Richardson, que vem falando do interesse de seu país pelos recursos naturais da América Latina, atacou os canais RT em espanhol e Telesur, que, segundo ela, “não praticam jornalismo”. Essa é uma forma estranha de interpretar a liberdade de imprensa e de expressão.

Ela destacou os interesses geopolíticos de Washington na região, que ela ainda acredita ser o quintal dos EUA: o triângulo do lítio; a concentração das “maiores reservas de petróleo”; “os recursos da Venezuela, com petróleo, cobre, ouro”; a floresta amazônica, “os pulmões do mundo” e “31% da água doce do mundo”.

A advertência da general ficou clara: Washington não permite a repetição ou difusão do que as centrais da internacional de terror midiático querem impor como verdade absoluta. Ao mesmo tempo, Richardson reconhece que a informação não controlada faz mal aos EUA e a seu belicismo, ela discute o conceito arbitrário de democracia que querem impor pela força.

Em um ato da Fundação para a Defesa das Democracias (FDD), disse que “na América Latina, há mais de 31 milhões de seguidores dos meios Sputnik Mundo, RT em espanhol e Telesur. Essas mídias não praticam o jornalismo de justificação ou de verificação. Elas espalham desinformação”, afirmou Richardson. “Minam as democracias em todo o hemisfério e temos que fazer algo melhor do que isso. Devemos fazer algo na região que seja muito específico, que promulgue as democracias e propague como as democracias beneficiam as pessoas”, acrescentou.

Em março passado, Richardson pediu financiamento ao Congresso para combater uma suposta “ampla campanha de desinformação” russa na América Latina, sobretudo depois da invasão da Ucrânia.

A guerra no Oriente Médio reedita nas esquerdas euro-ocidentais uma velha divisão em que voltam a estar sobre a mesa tanto o fantasma do colonialismo e a cumplicidade com ele como os limites da violência como resposta à opressão. Sem dúvida, a guerra deixa uma fissura na esquerda do Ocidente, em que reações desiguais e até contraditórias são constatadas.

Está ocorrendo com o partido França Insubmissa (LFI) na França a mesma coisa que houve com os partidários do trabalhista Jeremy Corbyn na Grã-Bretanha, a esquerda antibélica em processo de reorganização na Itália, uma parte substancial de Die Linke (A Esquerda) na Alemanha ou o próprio partido Podemos e outros setores à esquerda do PSOE (Partido Socialista Operário Espanhol) na Espanha.

O simples fato de tentar contextualizar os ataques do Hamas em Israel, de dizer algo assim como “devemos olhar não só a fotografia do que ocorreu, mas a filmagem de todas estas décadas de opressão dos palestinos por parte de um Estado ocupante e opressor” lhes rendeu ser tratados de filoterroristas, filofundamentalistas e outras descrições.

Por detrás do horror dos crimes de guerra cometidos esta semana, encontra-se o horror cotidiano de um regime de desapropriação que aqueles que manejam a comunidade internacional do conforto dos seus escritórios ou das suas centrais de terrorismo midiático acreditaram poder ignorar.

Nos Estados Unidos, a Universidade de Harvard (em Cambridge) foi o epicentro de uma polêmica que rapidamente ganhou destaque: após a ofensiva do Hamas, 34 organizações estudantis assinaram um comunicado do Comitê de Solidariedade Palestina de Harvard e responsabilizaram “inteiramente” Israel pela violência. “O regime de apartheid é o único culpado”, afirmaram os estudantes.

Enquanto isso, a rede BBC destacou o legado de trauma e divisão que o Reino Unido e a França deixaram no Oriente Médio. Os britânicos atacavam cidades inteiras caso suas tropas fossem alvo de rebeldes armados que operavam das colinas, observa uma nova série de rádio da BBC que examina como o controle britânico e francês do Oriente Médio há um século moldou a região de maneiras que ainda ecoam hoje.

O longo conflito entre Israel e Palestina, que recebeu grande atenção mundial durante o século XX e que ameaça se constituir em uma das chaves da presente centúria, incentivado pela perigosa aliança entre a direita e a ultradireita israelense, terá múltiplos e ainda impensados desdobramentos. É impossível saber até onde a amplificação desse conflito pode ir.

Traduzido do espanhol por Graça Pinheiro para Pressenza

 

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