Histórica huelga de actores y guionistas en Hollywood

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 Diego Lorca*

 

El sindicato de actores y el sindicato de guionistas de los Estados Unidos llevan adelante una huelga histórica en reclamo de aumento salarial, mejoras en la compensación de derechos de imágenes en plataformas de streaming y solicitud de cláusulas en los contratos que ofrezcan protección ante el uso de Inteligencia Artificial (IA) en la industria del Cine y la Televisión, poniendo en debate las exorbitantes ganancias de las empresas productoras, en detrimento de quienes crean su valor: las y los trabajadores de la industria cultural.

El Sindicato de Actores de Cine – Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA), presidido por la reconocida actriz de “The Nanny” Fran Drescher, aprobó el pasado 13 de julio la realización de una huelga por tiempo indeterminado, y se suma de esta forma al paro iniciado el 2 de mayo por el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), que ya lleva dos meses y medio sin interrupciones.

Esta medida es considerada histórica ya que la última vez que ambos sindicatos participaron de una huelga en simultáneo fue en 1960, en donde producto de esa lucha se logró que las empresas productoras realicen un pago proporcional a dichos trabajadores por derechos de retransmisión una vez que las películas eran estrenadas, y que se conoce actualmente como “pago residual”, que siguen percibiendo las y los trabajadores de tal industria cuando sus films son retransmitidos en televisión, pero no de la misma manera cuando el contenido es reproducido en plataformas de streaming, reclamo que es retomado en esta nueva jornada de huelgas.

Writers Guild of America (WGA), sindicato que nuclea a más de 11.500 guionistas estadounidenses inició las negociaciones en marzo de este año con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa más de 350 empresas de producción de cine y televisión, y engloba a los más poderosos del rubro, entre ellos Netflix, Disney, Apple, Amazon, Paramount, NBC, Warner Bros, Discovery+ y Sony. Todos los pedidos fueron rechazados por la AMPTP, lo que derivó en paro por tiempo indeterminado.

Ante estos hechos las productoras evaluaron la posibilidad de agilizar nuevos contratos y producciones con empresas extranjeras y derivar trabajo al exterior, ante lo cual los sindicatos que nuclean al personal de TV y Cine de Australia y Canadá emitieron un comunicado acatando la medida de sus colegas estadounidenses y llamaron a sus socios a declinar trabajos por encargo de los estudios y plataformas de ese país.

Los pedidos por parte del WGA incluyeron la garantía de al menos varios meses de trabajo, la contratación de mayor personal en las salas de guionistas, mejoras en los servicios de pensión y el fondo de salud, la regulación del uso de IA para la creación de guiones, y remuneraciones acordes a la popularidad de las producciones, junto con el aumento del sueldo del sector, que denuncian que cayó un 23% en los últimos diez años y que el 50% de las y los guionistas cobra por debajo del salario mínimo de los estudios.

Según dio a conocer el sindicato dichas propuestas tendrían un costo de 429 millones de dólares por año, muy por debajo de los 86 millones anuales que ofreció la entidad que nuclea a la industria. Algunas de las consignas utilizadas fueron #WGAStrong #WGAStrike, “HBO Max pays HBO Minimum”, visibilizando que la empresa ofrece un “máximo” para el entretenimiento pero un “mínimo” para el pago a los trabajadores. La medida comenzada por el WGA en mayo contó con el 98% de apoyo por parte de sus afiliados y le dio fuerzas a Ellen Stutzman, David A. Goodman y Chris Keyser, encargados de la negociación.

Cabe recordar que el sindicato de guionistas es uno de los más fuertes y activos de la industria audiovisual y ha protagonizado seis huelgas masivas desde su creación, donde se destacan la primera en 1960; la más larga en 1988 que duró cinco meses; y la de las jornadas del 2007/2008 en donde bajo las consignas “Lápices abajo” y “Ni siquiera tecleen el documento” le costó a la industria unos 2.000 millones de dólares.

Por su parte el Sindicato de Actores de Cine (SAG-AFTRA) representa a más de 160.000 actrices y actores, locutores, periodistas de radiodifusión, bailarines, DJs, presentadores de programas de TV, titiriteros, artistas de doblaje, cantantes, dobles de riesgo, locutores y otros profesionales de los medios, siendo el más grande sindicato del entretenimiento de los Estados Unidos. La huelga se desencadenó cuando los productores prolongaron por dos semanas las negociaciones e hicieron caso omiso a las solicitudes del sindicato por mejoras salariales, mejoras en la compensación de derechos de imágenes en plataformas de streaming y las cláusulas en los contratos que ofrezcan protección ante el uso de IA.

La alianza de productores se justificó en un comunicado aduciendo: “estamos profundamente decepcionados de que SAG-AFTRA haya decidido alejarse de las negociaciones. Esta es la elección del sindicato, no la nuestra. En lugar de continuar negociando, nos han puesto en un camino que profundizará las dificultades financieras de miles de personas que dependen de la industria para su sustento”.

El sindicato de guionistas calcula que la huelga cuesta a la industria unos 30 millones de dólares cada día, y se suma al hecho de que varias plataformas están llevando adelante recortes de personal como el caso de The Walt Disney Co. Que pretende eliminar 7.000 puestos de trabajo; Warner Bros. Discovery reducirá costos para disminuir su deuda; y Netflix ha comenzado a destinar menos fondos para crecimiento y creación de fuentes de trabajo.

Por su parte las y los trabajadores se encuentran en permanente alerta y movilización, Fran Drescher dijo al momento de anunciar la medida de fuerza: “hemos venido juntos, con fuerza, con solidaridad y unidad, es la mayor unanimidad de la historia de nuestro sindicato para ir a la huelga”.

“¡Ustedes compartan la riqueza porque no pueden existir sin nosotros!”

En las demandas sindicales y las declaraciones vertidas por los actores involucrados puede verse reflejado el debate por la distribución de las ganancias entre las y los trabajadores de la industria y las empresas productoras. Siendo el aumento en la concentración de la riqueza un problema que afecta a los trabajadores en general.

Sean Gunn, actor de “Guardianes de la Galaxia”, apuntó contra el Director ejecutivo de The Walt Disney Company, Bob Igler, y planteó la abismal diferencia de ganancias entre un trabajador de la industria y el director ejecutivo: “en 1980 los directores ejecutivos ganaban 30 veces más de lo que ganaba el trabajador más bajo. Ahora Bob Igler gana 400 veces lo que gana su trabajador más bajo. Es una maldita vergüenza, debería preguntarse si está bien, si está moral y éticamente bien”.

Antagónicamente Bob Igler, uno de los principales voceros de la AMPTP, plantea que las demandas de intérpretes y guionistas son “no realistas”: “Tienen un nivel de expectativa que simplemente no es realista y están sumándose a un conjunto de desafíos que este negocio ya enfrenta”.

Chris Keyser, el negociador de WGA señaló que para las y los escritores, la profesión se ha convertido en un trabajo de plataforma y completamente precarizado. El 25% de los trabajadores de programas en horario estelar gana menos que lo que figura en el contrato, y lo mismo para con el 50% del total de los trabajadores afiliados al sindicato. Por otra parte, el pago por cada reproducción o repetición es ínfimo. El sindicato de guionistas informó que el salario medio del gremio de guionistas no cambió desde 2018. Considerando la inflación, perdieron 14% en los últimos 5 años y 23% en la última década.

Otro de los puntos en discusión son los llamados “derechos o pagos residuales”, salario que reciben guionistas y/o actores y actrices por las veces que se realice la transmisión de la producción. Sin embargo, las transmisiones de la producción en plataformas no está monetizado de la misma manera, negando las plataformas a presentar estadísticas sobre sus reproducciones. En estos casos el pago fijo no varía si se trata de un éxito como Stranger Things o una serie que solo tuvo una temporada, por lo que el sindicato de guionistas exige el 2% de las ganancias.

La contracara de los reclamos por aumento salariales son las exorbitantes ganancias de los gigantes de la industria con asiento en Hollywood. Si bien dentro de la industria del cine y la televisión existe la competencia entre capitales que luchan por la concentración y centralización del mercado, que puede verse reflejado en las grandes fusiones entre empresas como la anunciada por Warner Bros, en donde se fusionaron HBO Max y Discovey+ en una misma plataforma llamada Max, y que según el director general y presidente de Warner Bros, Jean-Briac Perrette, para 2025, Warner Bros. Discovery espera tener 130 millones de suscriptores globales de streaming y que sus negocios directos al consumidor generen U$S 1.000 millones de dólares en ganancias.

Mientras que para citar otro caso testigo del rubro encontramos a The Walt Disney Company, que sólo en el primer semestre de su ejercicio fiscal de 2023, obtuvo ganancias por US$2,550 millones, un 62% más interanual.

Ante esta realidad, las voces de actores y actrices se ven reflejada en la Presidenta del sindicato: “nosotros somos el trabajo y nos mantenemos firmes y exigimos respeto y ser honrados por nuestra contribución. ¡Ustedes compartan la riqueza porque no pueden existir sin nosotros!”.

 

* Director del Observatorio Internacional del Trabajo del Futuro. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico.

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