Países de Asia, África, América Latina y Oceanía quieren sumarse al BRICS
Isabella Arria
Un total de 13 países mostraron interés en formar parte del grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), una asociación económico-comercial intergubernamental informal de cinco países en rápido desarrollo, donde se plantea el objetivo de desarrollar el diálogo y la cooperación multilateral.
«Ahora hay unas 13 solicitantes formales. Hay países que han presentado oficialmente solicitudes, seis de ellos, pero hay Estados que [solo] expresaron interés [en unirse al BRICS]», comunicó el el embajador sudafricano en Moscú, Mzuvukile Jeff Maqetuka.
El presidente surafricano Cyril Ramaphosa confirmó que la cumbre de los BRICS del 22 al 24 de agosto se realizará presencialmente en Johannesburgo. Es la primera vez en tres años que esta reunión congregará físicamente a los jefes de Estado y de gobierno de los cinco miembros (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), así como a decenas de mandatarios africanos y de otras regiones que también han sido invitados.
El encuentro en la capital de Suráfrica es la 15ª cumbre del grupo y la que tendrá mayor envergadura, porque a la misma se ha invitado a los jefes de Estado de toda África. La agenda de la reunión incluye la transformación ecológica de las economías de los países emergentes para hacer frente al cambio climático con criterios humanos y sociales.
Asimismo, impulsar la educación y el desarrollo de competencias para salir de la pobreza, desarrollar la Zona de Libre Comercio Continental Africana, reforzar la recuperación socioeconómica pospandémica y la continuidad de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible y, finalmente, fortalecer el multilateralismo mediante “una reforma real de las instituciones de gobernanza mundial”.
Durante la reunión los miembros evaluarán la gestión del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su nombre en inglés), presidido desde marzo pasado por la expresidanta brasileña Dilma Rousseff. También deben definir los criterios para la incorporación de nuevos miembros. Veintiséis países de Asia, África, América Latina y Oceanía han solicitado recientemente sumarse al grupo, incluida Argentina.
En el seno de los BRICS trabaja un grupo cuya tarea es desarrollar su propia moneda de reserva. El proyecto se denomina R5 por la coincidencia de que todas las monedas de los países miembros empiezan con R: yuan (renminbi), rublo, real, rupia y rand. Esto permitiría a estos países aumentar gradualmente su creciente comercio mutuo sin recurrir al dólar, así como reducir la proporción de sus reservas internacionales en la divisa estadounidense, el dólar.
Aunque una unidad de cuenta no puede considerarse una moneda real, los BRICS quieren vincular esta unidad de cuenta al valor del oro, convirtiéndola de facto en una “moneda-mercancía”. Rusia, gran exportador de materias primas, especialmente petróleo, que cotiza exclusivamente en dólares estadounidenses, lo que permite a esa moneda dominar los mercados monetarios incluso después de haberse desvinculado del oro en 1971.
China es la fábrica del mundo, el semimonopolista de los metales raros necesarios para producir los microchips y, además, el gran acreedor del mundo (junto con Alemania y Japón). Si China se desvincula del dólar (de forma gradual) y empieza a utilizar en serio la divisa del BRICS respaldada en el oro, ocasionaría a los países occidentales un daño de proporciones incalculables.
Pero en Occidente no son todos iguales: EEUU tiene la fuerza militar, diplomática, económica y tecnológica para salir adelante aun en esa coyuntura, pero sus socios europeos carecen de energía, se han desindustrializado, están tecnológicamente atrasados y son políticamente débiles. La opción por el oro los destrozaría.
Para frenar al BRICS, la diplomacia norteamericana está presionando masivamente a funcionarios económicos y financieros de Brasil, Sudáfrica e India, en general formados en dogmas neoliberales, muy permeables al discurso globalizante de Washington.
Es el gobierno indio de Narendra Modi quien más amenaza con meter la cuña occidental: hace poco canceló una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghai que debía realizarse en Nueva Delhi y viajó a Washington donde fue recibido por el presidente y el Congreso. Demócratas y republicanos lo festejaron como jefe de gobierno de “la mayor democracia del mundo”. Su gobierno, nacionalista, antiislámico y antichino, lleva adelante una política exterior ambivalente.
Nuevos miembros
La idea de incorporar nuevos miembros a los BRICS la planteó China en mayo pasado. Después de eso, varios países, entre ellos Argentina, Argelia e Irán, han mostrado su disposición a sumarse a la asociación. Si logra superar las maniobras divisionistas de Estados Unidos e incorpora nuevos miembros, el bloque de los países emergentes se convertirá en un serio bloque dispuesto a gobernar el mundo.
Los países africanos, que aspiran a adherirse al BRICS son Argelia, Egipto, Túnez, Etiopía, Nigeria, Sudán y Zimbabue, que perciben al grupo como una organización que puede desafiar las estructuras de la gobernanza mundial dominadas por Occidente. También mostraron interés Bahréin, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Durante la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial que tuvo lugar a finales de junio, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por la necesidad de desdolarizar la economía mundial. «Hay gente que se asusta cuando digo que se deben crear nuevas monedas para comerciar», subrayó Lula, defendiendo que un mayor número de países africanos deberían participar en estas discusiones.
Al percibir al BRICS como una estructura del mundo multipolar, los países africanos ven una oportunidad de poner en la agenda los problemas que les afectan, como el cambio climático o la financiación del desarrollo. Existe una frustración creciente con la hegemonía occidental en el sistema financiero internacional, mientras que BRICS representa más del 40 % de la población global y alrededor del 25 % del PIB mundial.
Mzuvukile Jeff Maqetuka enfatizó en que todos los países del BRICS dan la bienvenida a la expansión pero todavía faltan por determinar los criterios para aceptar nuevos miembros. El diplomático recordó que Sudáfrica se unió a la organización en 2010 y desde entonces el grupo no se ha expandido. La idea de incorporar nuevos miembros a los BRICS la planteó China en mayo pasado y después de eso, varios países, entre ellos Argentina, han mostrado su disposición a sumarse a la asociación.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, apoyó a su homólogo brasileño en los planes de creación de una moneda común del BRICS y en la necesidad de reformar instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. El presidente keniano, William Ruto, también instó a los países africanos a rechazar el dólar y crear una divisa común para agilizar sus transacciones comerciales.
XN Iraki, profesor de economía en la Universidad de Nairobi, dijo que para muchos países, el BRICS representa una oportunidad de escapar política y económicamente del hegemonismo occidental y destacó que China y la India, al haber sido países emergentes, perciben a África como un lugar de competencia.
Por su parte, Cameron Hudson, experto del programa para África en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, aseveró que el BRICS ofrece a los Estados del continente un posible camino para reforzar su influencia internacional mediante la unión con otros países del Sur Global que comparten sus mismas perspectivas y desafíos.
Por su parte, Paul Nantulya, investigador asociado en la Universidad de Defensa Nacional en Washington, destacó que el bloque propone alternativas concretas, en particular, la financiación para el desarrollo a través del Nuevo Banco del Desarrollo (NBD).
Mientras tanto, Joe Sullivan, exfuncionario de la Casa Blanca y experto en seguridad, dijo que muchos países, especialmente africanos, anhelaban una organización multilateral que represente los intereses del Sur Global. «En el BRICS, ven la posibilidad que este sueño se haga realidad. El poder del BRICS radica en su potencial de servir como un G7 o G20 para el Sur Global», resumió Sullivan.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.