Alerta mundial ante el incremento del precio de los alimentos
Isabella Arria
La inflación de los alimentos a nivel global entró en un espiral ascendente que no parece frenar. Con la guerra desatada en Ucrania a fines de febrero, el impacto se sintió muy fuerte en los precios de las materias primas agrícolas, al punto que en los alimentos que los utilizan como insumos muestran valores que no se veían desde hace 32 años.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó que la guerra en Ucrania afecta seriamente al comercio de cereales y aceites vegetales. El precio de los cereales aumentó el mes pasado en un 17,1% con respecto a febrero.
Los precios de las materias primas agrícolas, como el trigo, el girasol o el maíz, siguen disparándose a medida que se intensifica el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, los principales exportadores mundiales de estos productos. El aumento también incluye a las carnes y los productos lácteos, estos últimos de manera “notable”. El mes de marzo de 2022 arrojó un alza de 12,6% frente a febrero, un salto que lo hizo alcanzar los 159,3 puntos, un pico máximo desde la creación de la entidad en 1990.
Incluso se debió aminorar la proyección de la producción mundial de trigo para este año, que estaba en 790 millones el mes pasado, a 784 millones, ante la posibilidad de que el 20% del área de cultivo invernal ucraniano no sea cosechado. La FAO señaló que la baja de las exportaciones provenientes del Mar Negro profundizó la “escasa disponibilidad de trigo”, potenciada por una situación “preocupante” de los cultivos de Estados Unidos.
Los precios de los alimentos también subieron debido a los aceites vegetales, que aumentaron en un 23,2% en un mes, impulsados sobre todo por el aceite de girasol, cuyo primer exportador mundial es Ucrania. También aumentaron los precios de los aceites de palma, soja y colza, debido a la ausencia del aceite de girasol de los supermercados.
El bloqueo de los puertos ucranianos explica este máximo histórico. Ucrania es el quinto exportador mundial de trigo. Desde el inicio del conflicto el 24 de febrero, el mar de Azov ha estado cerrado a la navegación y se bloquearon las exportaciones desde los puertos de Berdiansk y Mariúpol.
Mantener el comercio mundial de alimentos y fertilizantes abierto, mejorar la información que tienen los actores del sistema agroalimentarios, y evitar medidas unilaterales que tengan impactos negativos, son tres aspectos destacados por la FAO para enfrentar el aumento de los precios de los alimentos y los fertilizantes producto de la guerra en Ucrania.
Una mayor diversificación de la producción y de las exportaciones mundiales también serán necesarias: “Las cadenas de suministro deberían seguir en movimiento, lo que significa proteger los cultivos en pie, el ganado, la infraestructura de elaboración de alimentos y todos los sistemas logísticos”, manifestó Máximo Torero, economista jefe de la FAO.
El índice de la FAO, que se basa en la variación mensual en el mundo de los precios de una cesta de productos básicos, registró un aumento del 12,6% en marzo, con respecto a febrero, cuando ya había batido un récord desde la creación de estas estadísticas en 1990, indicó la organización en un comunicado.
Los precios del maíz también “registraron una subida mensual del 19,1%, alcanzando un nivel récord, al igual que los de la cebada y el sorgo”, señaló la FAO en su informe de marzo.
No todos los aumentos globales estuvieron atados al conflicto bélico. Hubo otros productos inherentes al conflicto que también subieron peldaños récord, notificó la FAO. La carne de cerdo tuvo el aumento mensual más marcado desde 1995 por la poca oferta de cerdos de matanza en Europa Occidental, mientras que el arroz apenas cambió en marzo, estando hasta un 10% más barato que el año pasado. En tanto el azúcar entró en la exigua categoría de “precios de buen comportamiento”.
Ucrania pidió a la Unión Europea una ayuda urgente para los agricultores. La Comisión europea coordinará los envíos, incluidos “el combustible, las semillas, los fertilizantes” o la maquinaria agrícola, según el Comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski.
El presidente ruso, Vladimir Putin, propuso “vigilar” las entregas alimentarias a los países “hostiles” al Kremlin, en plena escalada de sanciones por las operaciones militares rusas en Ucrania. La FAO indica además que, como consecuencia del conflicto, podría empeorarse la hambruna en el Sahel y en África Occidental, una región muy dependiente de las importaciones de cereales rusos y ucranianos, afectando a 38,3 millones de personas en junio.
Ante un pedido del presidente de Níger, Mohamed Bazum, varios países, entre ellos Estados Unidos y Francia, se comprometieron a aumentar su ayuda a las poblaciones de esta zona por un monto de 1.790 millones de euros (1.950 millones de dólares).
Muchos países en desarrollo dependen del suministro de cereales y de fertilizantes por parte de Rusia y Ucrania. Ante esto, la FAO considera que hay que buscar “nuevos y más diversos proveedores”, así como aprovechar las actuales reservas de alimentos y diversificar la producción interna, con lo cual también se garantizaría el acceso a dietas saludables.
Garantizar la seguridad alimentaria latinoamerica
Mientras, el Director General de la FAO, QU Dongyu , señaló que América Latina y el Caribe deben “asegurar y garantizar la seguridad alimentaria para la región y el mundo, y para hacerlo necesitamos transformar nuestros sistemas agroalimentarios”.
Durante las sesiones a nivel ministerial los 33 países de la región buscaron acordar estrategias que permitan enfrentar el complejo escenario actual, derivado del impacto de la pandemia del covid-19, de los efectos del cambio climático en la agricultura y del alza de los precios de alimentos y fertilizantes a causa del conflicto en Ucrania.
“Empoderemos a nuestra gente, empoderemos la tecnología, facilitando las políticas y la financiación responsable”, enfatizó el máximo representante de la FAO al exhortar a trabajar por la transformación agroalimentaria, incluyendo “la innovación, la articulación y la inclusión para enfrentar estos desafíos
La agricultura de América Latina y el Caribe desempeña un papel fundamental en la economía regional y en el suministro mundial de alimentos. La FAO sostiene que, actualmente, la región produce alimentos suficientes para satisfacer las necesidades calóricas de mil trescientos millones de personas; debido al crecimiento de la población mundial, si la región quiere mantener su contribución, debe ser capaz de producir alimentos para trescientos millones de personas más al año 2050.
Durante la Conferencia Regional, los países establecieron tres prioridades para los próximos dos años: sistemas agroalimentarios sostenibles que garanticen dietas saludables, sociedades rurales prósperas e inclusivas, y una agricultura resiliente y adaptada al cambio climático. Parte de la agenda estratégica de la FAO en la región es impulsar aplicación de innovaciones tecnológicas y lograr la digitalización en áreas rurales y urbanas.
* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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