Centroderecha mejor parada en las elecciones chilenas de gobernadores

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Cecilia Vergara Mattei|

La centroderecha se convirtió en la vencedora de las elecciones regionales que se celebraron en segunda vuelta este domingo y donde la participación ciudadana no alcanzó el 20 por ciento de los habilitados para votar, en las que obtuvo la mayor parte de las gobernaciones.

Fue una confrontación entre la centroderecha que protagonizó la transición a la democracia y una nueva izquierda surgida la última década, caracterizada por la juventud y un fuerte cuestionamiento a la primera y, obviamente a la derecha y ultraderecha, arrinconada ahora tras el presidente Sebastián Piñera.

La Unidad Constituyente, formada por los partidos de centro y centroderecha que históricamente se reunieron en la Concertación, fue la gran ganadora. Además de Santiago, se quedó con otras nueve gobernaciones, el Frente Amplio-Partido Comunista con dos, los independientes también con dos y los ecologistas con una. Chile Vamos, respaldada por el presidente Sebastián Piñera, solo obtuvo una gobernación, Araucanía, donde es fuerte la presencia mapuche.

La derecha gobernante fue la gran perdedora: su apuesta para Santiago quedó descartada por mucho en primera vuelta y solo logró en balotaje imponerse en la región de La Araucanía, en el centro del país, conocida por ser una zona de conflicto entre el poder central, aliado de los grandes empresarios, y los pueblos indígenas.

Se trata de la primera vez en la historia que Chile elige a sus autoridades intermedias, antes eran nombradas a dedo por el Gobierno, por lo que se consideran unas elecciones cruciales hacia la descentralización del país.

El pacto de Unidad Constituyente logró el poder sobre la capital, en la que el candidato Claudio Orrego, de la Democracia Cristiana, se impuso en un ajustadísimo final a la frenteamplista Karina Oliva, y el grupo se quedó con 10 de las 16 regiones del país, ocho de ellas obtenidas en balotaje y dos en primera vuelta.

“Asumimos este triunfo con mucha humildad y con un tremendo sentido de responsabilidad. Levantar a la región Metropolitana después de la pandemia va a ser una tarea muy difícil”, afirmó Orrego, que gobernará para más de un tercio de la población del país y que batió en la capital a Karina Oliva (Comunes), partido del Frente Amplio, quien se impuso en las comunas más populares como Maipú o La Pintana. Orrego ganó en los sectores más acomodados como Las Condes y La Reina.

Orrego representa a la elite de la Concertación y fue ministro de Vivienda y Bienes Nacionales durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000) e intendente de Santiago durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), con un perfil paradojalmente represivo ante protestas estudiantiles.

Politóloga y feminista,Karina Oliva (36), cuyos abuelos vivían en el sector de Bajos de Mena, una de las poblaciones más pobres del país y es hija de taxista y profesora. Pertenece al partido Comunes, parte del Frente Amplio, coalición nacida tras las grandes protestas estudiantiles de 2011 y cuyo precandidato presidencial Gabriel Boric disputará las primarias de izquierda con el comunista Daniel Jadue el 18 de Julio. De hecho, fue a votar acompañada de ambos marcando una fuerte señal de unidad.

Su campaña apostó por la calma y el equilibrio político versus la irreverencia de Oliva. “Hubo mucha descalificación, se decían cosas de uno que no eran ciertas”, se defendía en una entrevista para el diario La Tercera.

Tres de las 16 regiones del país no celebraron segunda vuelta, pues los ganadores fueron elegidos en mayo con más del 40% de los votos: el independiente por lista del FA Rodrigo Mundaca, en Valparaíso; la socialista Andrea Macías Palma, en Aysén y el izquierdista independiente por el bloque de Unidad Constituyente Jorge Flies, en Magallanes.

Los elegidos, que tomarán posesión el 14 de julio para un periodo de cuatro años, podrán convertirse en autoridades con alta visibilidad y, en muchos casos, en contrapoderes territoriales al centralizado Santiago, aunque sus atribuciones están muy acotadas a ámbitos como el ordenamiento territorial o el impulso al desarrollo social, siempre en función del presupuesto nacional manejado por el gobierno de Piñera, lo que les deja poco margen de acción.Cero optimismo en Chile Vamos para las elecciones de gobernadores: “Va a  ser otra derrota más” - El Mostrador

Fueron solo 2,5 de los 13 millones de personas convocadas las que acudieron a las urnas para elegir a los gobernadores de 13 de las 16 regiones del país y los resultados se leyeron con el ojo en las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre.

Apenas dos de cada diez ciudadanos habilitados votaron este domingo, para una participación de apenas el 19,61% .Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, ninguna elección ha superado el 50% de participación, a excepción del plebiscito del pasado octubre, cuando sufragó el 50,9%.

El cargo de gobernador, inédito en la historia del país y que reemplaza por la vía democrática al histórico cargo de Intendente —elegido por el presidente— formó parte de las megalecciones del 15 y 16 de mayo pasado junto a alcaldes, concejales y los encargados de redactar la nueva Constitución que reemplazará la de 1980 impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet.

* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

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