Argentina: La puja política por la pandemia, la realidad, el hambre y los salarios
Juan Guahán|
Que la situación viene complicada no quedan dudas. Le economía es un agujero negro, al que la evolución de este coronavirus lo hace insondable. El gobierno nacional y la oposición que dirige la Capital Federal estuvieron, durante algunas semanas, “jugando” a mojarse la oreja, pero la realidad resultó ser más fuerte que sus rencores. Ahora, aunque se miren de reojo y algunos sigan ladrando, otros han decidido dialogar y buscar algunas respuestas comunes. Algo es algo…
Alberto Fernández también se calzó el traje de Presidente de un país federal e intentó comprometer a los gobernadores en las próximas medidas. Éstos, con más cintura que el Jefe de Estado, no lo contradijeron pero se fueron refugiando en los resquicios que les permitan tomar sus propias decisiones. Se avecinan las elecciones internas y las de medio término.
La crisis sanitaria
Todos saben que estos próximos días vienen feos y nadie quiere ser el único responsable de sucesos que están conmoviendo a la sociedad. Por eso procuran repartir responsabilidades. En ese camino saben que no tienen mucho por ganar, pero tampoco quieren quedar atados de pies y manos a lo que resuelva el poder central.
En la disputa dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), las definiciones pendientes seguirán judicializadas, en manos de la Suprema Corte de Justicia. A lo que resuelva se le deberá agregar el anuncio del Presidente en el sentido que enviará un Proyecto de Ley otorgándole mayores poderes para fijar nuevas restricciones en función del Covid, algunos temen que también algunas postergaciones electorales entren en ese juego.
El contenido y destino de ese proyecto está originado en el riesgo, para el gobierno, que el DNU dictado hace unos días sea tachado de inconstitucional por la Corte. Por eso quiere garantizar de otro modo un poder decisorio que se imponga a las distintas jurisdicciones: Provincias y Capital Federal.
Habrá que ver como es la negociación con los gobernadores, dado que no son pocos los legisladores que tienen fuertes vínculos con sus respectivos gobiernos.
Hay otros dos datos de la alocución presidencial que son destacables. Una es la clasificación de la evolución de la pandemia distinguiendo cuatro zonas de riesgos: bajo, medio, grande y alarma epidemiológica. La otra novedad es que estas medidas restrictivas se mantienen por tres semanas, una de las razones que ahora sean 3 y no 2 como solía hacerlo, es que en estos días el Presidente tiene planificado un viaje a Europa. De este modo recién a su regreso se podrían modificar los criterios ahora expuestos.
Respecto a los gobernadores, éstos tratan de preservar sus autonomías. Están apretados entre las pinzas de un mal que crece, empujando decisiones oficiales que demandan cada día más restricciones, y la necesidad de afectar lo menos posible la libertad de sus gobernados y mantener sus economías en funcionamiento.
La otra pandemia: hambre y salarios
Enero y febrero, tal como ocurre habitualmente, fueron meses de tranquilidad en el sector financiero oficial. Con marzo se reinició el funcionamiento de la “maquinita”, por cifras bastante importantes. El endeudamiento estatal se está haciendo a una tasa anual del 44%. Esta necesidad de recursos está fundada en tres razones complementarias: la pandemia, el año electoral y el hambre de muchos argentinos.
Son particularmente graves los padecimientos de gran parte de la población. Ese es el dato que vincula la inviabilidad del actual modelo, la imposibilidad de seguir manteniéndolo, pagando la deuda y sin dar cuenta que todo ello agrava la situación colectiva.
La última semana hubo una evidencia de todo esto cuando empresarios y sindicatos acordaron el salario mínimo (29.160 pesos, unos 300 dólares al cambio oficial) para los próximos meses, arrancando del mínimo actual de 21.600. El aumento es del 35%, pero con ajustes en siete tramos: abril (9%), mayo (4%), junio (4%), julio (3%) y 5% de aumento en agosto y noviembre, otro 5% de incremento se prevé para febrero del 2022.
Hay un “compromiso” (de palabra) de revisarlo en setiembre si la inflación se escapa de la pauta oficial (29%). La centrales sindicales CGT y la CTA (de los Trabajadores, oficialista), lo avalaron; la CTA Autónoma se abstuvo.
Como punto de referencia de lo que significan estos valores recordemos que -según cálculos oficiales- la canasta básica demanda 61 mil pesos (más del equivalente a 600 dólares al cambio oficial). Nadie puede hacerse el distraído cuando el nivel de pobreza trepa al 42% y el de los niños se eleva al 57%.
Este abismo que separa lo necesario para una subsistencia digna y la realidad está ocupada por este modelo que tiene en el pago de la deuda y un modelo social insostenible sus causales.
Algunos cambios en la población afectada por el Covid
Llegada de nuevas cepas; mayor circulación en determinados lugares geográficos, sectores etarios o sociales; el avance del otoño u otras razones. Pero lo cierto es que los efectos de este coronavirus permiten observar una serie de variaciones.
Hay varios cambios y entre ellos cabe destacar que bastante más de la mitad de la población internada en el sector de terapias intensivas es menor de 60 años, habiendo crecido enormemente entre quienes tienen entre 40 y 60 años. Entre los fallecidos siguen siendo los mayores de 60 años el principal sector afectado. Pero la cifra promedio de edad de los internados indica que el promedio de edad de los mismos, se ha reducido a 53 años, 10 años menos que tiempo atrás. Junto a la reducción en la edad de los internados ha crecido el promedio de tiempo de internación de cada afectado. Estos datos complican aún más la debilitada infraestructura sanitaria.
Acompañando a estas tendencias significativas hay otras de menor peso numérico pero que también implican cambios respecto a lo conocido en la primera ola. La mayor cantidad de niños y jóvenes afectados por este mal es otro de los datos de estas últimas semanas.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)