¿Elecciones en octubre en Argentina?: Covid, inflación y reforma constitucional
Juan Guahán|
Faltan 259 días de las próximas elecciones legislativas nacionales de medio término, salvo que avancen los planes oficiales para postergarlas. Ese hecho es el momento esencial de esta democracia chueca donde el pueblo vota bastante, pero decide poco. Para la actual dirigencia del oficialismo y la oposición, ese hecho constituye –más allá de lo que digan- un momento clave. Es por eso que la mayor parte de las decisiones actuales de unos y otros tienen en vista ese objetivo, sus fechas y características, olvidando -muchas veces- las dramáticas circunstancias que atraviesan millones de personas.
El pueblo no ha encontrado –todavía- una forma adecuada para que su participación no esté limitada al hecho de introducir, cada dos años, una papeleta en la urna. La otra experiencia, terriblemente nefasta, han sido los golpes de Estado que no solo quitaron ese derecho, sino también avasallaron vida y libertad de compatriotas. Bregar por mecanismos más participativos es una deuda que tienen nuestros pueblos consigo mismos.
Yendo al tema de las próximas elecciones hay varias reflexiones para hacer, sin dejar de mencionar que todavía está en duda si se realizarán o no las previas PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), hasta ahora, previstas por Ley. Entre los temas que no se podrán obviar está la decisión de algunos gobernadores de cuidar sus votos, distanciando las elecciones locales de las nacionales.
Nadie puede ignorar la decisiva influencia que tendrán la evolución de las vacunaciones y la Covid en el futuro electoral; tampoco escapa al sentido común que economía e inflación son otro termómetro para medir la fiebre electoral. Por último los resultados electorales pueden abrir la perspectiva de una futura Reforma Constitucional.
Los gobernadores cuidan su poder y sus votos
Una de las pocas manifestaciones que restan del proclamado sistema federal es el poder de los gobernadores en cada uno de sus respectivos distritos. Los gobernadores conocen que “Dios atiende en Buenos Aires” y que eso va redundando en contra de los intereses provinciales. También saben que la continuidad de este modelo económico e institucional limita su participación en la mayor parte de las decisiones nacionales.
De allí que preserven su poder sobre dos temas: la mayor autonomía en el manejo de las cuestiones provinciales y cierto margen de negociación con el poder nacional, a través del voto de sus legisladores nacionales. En ese marco se está repitiendo el mecanismo por el cual algunos gobernadores tratan de fortalecer ese poder y autonomía distanciando las elecciones locales de las nacionales.
En el caso concreto de las próximas elecciones, las provincias de Salta y Misiones ya han anunciado una fecha diferente para sus elecciones locales. Otras provincias están negociando con el poder central para definir si convocarán ambas elecciones (nacionales y provinciales) de un modo simultáneo.
La evolución de la epidemiay la vacunación
¿Qué dudas caben que este tema constituye un núcleo central para las perspectivas electorales? El cansancio de la mayor parte del pueblo, respecto de las medidas restrictivas y la continuidad de la pandemia, no admiten discusión. Es sabido que el gobierno hizo una fuerte apuesta a que las vacunas le ganen a la llegada del invierno.
La situación económica, los problemas geopolíticos y las limitaciones en la producción de vacunas, traen como efecto que la vacunación esté marchando más lentamente que lo anunciado. Es probable que recién para el segundo trimestre la situación de entregas y vacunación se comiencen a normalizar. Recién en ese momento el gobierno podrá mejorar su imagen y perspectivas en este tema.
La creciente desigualdad mundial en las posibilidades de vacunación corren el riesgo de trasladarse a nuestro país por el camino de avivadas, amiguismos y otras formas oscuras.
La inflación como problema central de la economía
El gobierno tiene puesta su mirada en dos temas: economía y covid. Sabe que la pandemia va a continuar, con el actual y alto amesetamiento. También comprende que si tiene que volver al auxilio económico (Ingreso Familiar de Emergencia y Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), que por ahora desecha, depende de los acuerdos con el FMI.
Por eso sonó a música celestial el planteo del mismo en el sentido que los gobiernos deberán prestar atención económica (en el caso argentino emitir) ante la continuidad o agravamiento de este coronavirus. Con ese tema más o menos encaminado, al gobierno se le presenta el otro gran problema económico: la inflación.
Los funcionarios entienden que ese es el termómetro más cruel sobre la realidad económica. Perciben que no es fácil ganar elecciones con una inflación cercana al 50%, cifra estimada por varios especialistas y avalada por los datos de enero, muy por encima del 29% oficialmente previsto.
Elecciones y reforma constitucional
En el entorno de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner crece la convicción que es imposible avanzar en sus políticas con escasos recursos y con este sistema legal e institucional. Mientras busca -en acuerdo con el FMI- una dificultosa solución al tema de muchas deudas y escasos recursos, calladamente están trabajando en la posibilidad de una reforma constitucional, si los resultados electorales lo permiten.
La perspectiva electoral, a pesar de todos los tropiezos, favorece al peronismo y dentro del mismo al cristinismo. En diputados las 127 bancas en disputa (60 renueva la oposición y 50 el oficialismo), tienen el antecedente de una pésima elección del peronismo dividido en el 2017. Esperan incrementar su cosecha de diputados en alrededor de 10 legisladores alcanzando la cifra necesaria para el quórum propio.
En el Senado se renuevan los senadores electos en el 2015 y el peronismo espera –por lo menos- renovar los actuales senadores que le dan mayoría propia en esa Cámara. Aunque lo estiman difícil, esperan llegar cerca de los 2/3 necesarios para avanzar en la reforma constitucional. Si no reúnen esa cifra evalúan otras dos posibilidades: una “entusiasmar” a algunos aliados para llegar a esa cifra. La otra volver a la experiencia de las reformas de 1860, 1866 y 1949 aprobándola con los 2/3 de los “legisladores presentes”.
Ese es un debate que aún no ha empezado, pero el jurista del cristinismo, Eduardo Salvador Barcesat, ya está borroneando los textos de las reformas a producir.
Las enseñanzas de YPF
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) -en la que el Estado tiene el 51% de sus acciones-, que fuera y puede ser la nave insignia de la presencia del Estado en la economía, muestra una realidad que da para ríos de tinta. Pero es posible pensar que algunos datos, pequeñas perlitas, nos den una idea de lo que esta realidad encierra.
Según verificables e interesadas informaciones periodísticas recogidas en los grandes medios, el valor actual de YPF no llegaría a los dos mil millones de dólares. YPF perfora anualmente 800 pozos nuevos; cuenta con tres refinerías propias; oleoductos y gasoductos por todo el país; plantas petroquímicas en La Plata y Bahía Blanca; estaciones de servicio desperdigadas por todo el territorio.
En 60 años hizo construir 70 barcos de transporte; produce el 46% de la totalidad del petróleo argentino y el 31% del gas. Mientras, Mercado Libre, la empresa de servicios más importante del país, vale –para Wall Street- 80 mil millones de dólares, 40 veces el valor de YPF.
Falta algo más, YPF está al borde de la quiebra. Acreedores le reclaman el pago de 6.600 millones de dólares. Uno de éstos es Black Rock, también accionista de YPF y conocida cabeza de los “fondos buitre” que siguen acosando al país.Burford, otro “fondo buitre”, le agrega 1.600 millones que le deberían los Esquenazi, cuando Néstor Kirchner influyó para que éstos pudieran comprar hasta el 25% de YPF sin poner plata. En fin… cosas del poder financiero
Frente a esos ridículos valores, algunos círculos del gobierno plantearon la lógica: Por “chauchas y palitos” nos quedamos con el 49% que falta y la empresa, totalmente argentina, vuelve a ser emblema de nuestra política energética. Saltaron chispas, el FMI planteó su desaprobación, las cosas quedaron como estaban.
Este “revoleo” de números es posible que le diga poco y nada a muchos argentinos que hoy no tienen para acercar un plato de comida a la mesa de su familia. Pero es importante señalarlos porque por estos agujeros hechos de negocios sucios, junto a errores, horrores políticos y variados tipos de cipayismos se escapan no solo la riqueza, sino también el trabajo y el sacrificio del pueblo.
Frente a estos hechos, no se deben pagar esos reclamos sin investigar la legitimidad de las deudas odiosas de YPF. ¡Ese es el camino para recuperar la soberanía!
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)