FMI avisa para 2023: crecimiento 0,2% e inflación 88% en Argentina

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Juan Guahán

Sí, el Fondo Monetario Internacional, tutor de la economía y la política argentina, anunció que para este año el crecimiento será 0,2% y la inflación de 88%, pero no incluyó los datos oficiales sobre la inflación para el pasado mes de marzo, que alcanzó al promedio mensual del 7,7%.

Con esa cifra la suba de precios interanual es del 104,3% y el acumulado del primer trimestre es de 21,7%. Los alimentos, en particular, subieron aún más: un 9,3%.

El diario Tiempo Argentino, usualmente vocero del oficialismo, hace unos días, sacudió el panorama con un par de datos y observaciones que dejan una duda. Esas apreciaciones provienen de un laboratorio opositor o la realidad es tan poderosa que se vuelve inocultable.

El origen de la información es el propio FMI que oficia de “tutor” de una dirigencia con capacidades disminuidas. Con ese organismo tenemos que acordar las políticas económicas a seguir y luego nos controlan para asegurarse que no saldremos del guion elaborado para ejecutarlas

Las conclusiones finales son que –este año- habrá estancamiento económico (crecimiento 0,2%) y mayor inflación (88%) que lo originariamente previsto.

Estas informaciones han sido puestas sobre la mesa por el Informe del FMI en las actividades conjuntas de ese organismo y el Banco Mundial, en una de sus reuniones anuales de este 2023. Allí también tuvieron su Encuentro los Ministros de Finanzas y los Presidentes de los Bancos Centrales de los países del G20.

Estas estimaciones datos corrigen a los proporcionados al comienzo del año. Allí se estimaba un crecimiento no menor al 2% y la inflación esperada, que el gobierno escribió en el Presupuesto, fue del 60%. La reciente información del INDEC da por tierra con la inflación estimada por el gobierno y también con la “buena voluntad” de los números del FMI.

Sobre la base del mismo Informe del FMI, Gita Gopinath, la número 2 del FMI y Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de Investigaciones del FMI, hicieron saber que estos números son peores que los que trasmitieron los auditores, cuando visitaron la Argentina. Agregan que esa diferencia puede estar motivada en la prolongada sequía que afectó a nuestro país.

Esos números están en línea con lo que ocurre con la economía global, donde se esperaba un crecimiento del 3,4% y ahora se ha evaluado que el mismo oscilaría entre el 2,5 y 2,8%. Esta caída estaría influenciada, además de la señalada sequía, por la crisis bancaria, entre otros, del Silicon Valley Bank y del Credit Suisse y las suba en las tasas de interés que retrasarán las inversiones.

Este último aspecto, que los propios funcionarios del FMI reconocen tienen que ver con dos cuestiones: El rol del sistema bancario internacional y los efectos de la crisis bancaria del 2008. En estos sentidos es claro que esta crisis del sistema bancario es hija de la producida hace 15 años atrás y que en cada situación de tensión los gobiernos primero atienden a la salvación de los bancos, quedando poco y nada de atención para sus clientes afectados y el interés de la sociedad en su conjunto.

En un reciente trabajo, Yanis Varoufakis el ex Ministro del fracasado gobierno progresista de Grecia que renunció cuando vio el retroceso de esa fuerza política, advierte sobre el rol y funcionamiento de los bancos. Entidades que se están quedando con los sabrosos intereses de las “creativas” maniobras financieras con “papeles” del Estado, que benefician a bancos y funcionarios estatales. Todo ello en desmedro del crédito a las actividades productivas.

El negocio bancario aparece como la más elevada síntesis del robo que alimentan las políticas del sistema imperante, las ganancias van a sus arcas y las crisis son socializadas para que las paguemos todos. Así de sencillo, falaz e hipócrita es el sistema financiero, que conoce al dedillo las trampas y fraudes que practica, pero no solo calla, sino que los sostiene y alimenta, junto a sus socios del sistema político que administran al Estado.

Por ello una revisión profunda del sistema bancario, junto a una ruptura con el FMI, que ponga fin este tipo de entidades destinadas a favorecer a sus socios, es imprescindible en todo Programa que los sectores populares levanten.

*Analista político y dirigente social argentino, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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