FAO: Es un reto incierto la producción de alimentos suficientes a nivel global en 2023

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Dora Villanueva y CLAE

No hay garantías de que este año se logre cumplir con la producción de alimentos necesaria a nivel global y, al igual que en 2022, se extiende un panorama con preguntas y pocas respuestas por la complejidad de factores que se van empalmando, explica Mario Lubetkin, subdirector general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La seguridad en este tema no se limita al plato de comida, escala a la dimensión de estabilidad socioeconómica, alerta el funcionario

“El año pasado sabíamos que no había problemas en la producción alimentaria de ningún tipo; pero nuestros técnicos no saben para este 2023 si vamos a lograr o no mantener los niveles de producción alimentaria necesarios. No está dicho que no lo logremos, simplemente son preguntas que nacen y que no tienen respuesta”, dice el también representante regional de la agencia para América Latina y el Caribe.

En una conversación con Dora Villanueva del diario mexicano La Jornada, Lubetkin refiere que luego del último año en que la incertidumbre sobre el costo de los alimentos –y el riesgo de desabasto por la invasión a Ucrania– llevó a los países a ensayar diversas medidas para lograr el acceso a ellos, entender la seguridad o inseguridad alimentaria no se limita al plato de comida, escala a la dimensión de la estabilidad socioeconómica en un país.

De continuar la guerra en Ucrania y otros conflictos en diferentes partes del mundo, el desafío es garantizar un mayor acceso a los alimentos actualmente existentes. Los datos siguen mostrando una tendencia al incremento de precios de los alimentos, particularmente en los países más carenciados, mientras crece la preocupación por los posibles efectos de estos aumentos.

La potencial escasez de algunos productos, pueden generar inestabilidad interna en numerosos países, aumentando a su vez los flujos migratorios internos y externos. Rusia y Ucrania, en conjunto, representan el 30 por ciento de la exportación mundial de trigo y maíz, y el 63 por ciento de semillas de girasol. Según expertos, ya escasean 3 millones de toneladas de esos granos este año, no obstante el aumento de la exportación de otros países como India.

Asimismo, la subida de los precios de los productos energéticos y de los fertilizantes provoca el aumento del hambre en varias decenas de millones de personas, incrementando severamente la cifra de 811 millones que pasaban hambre en 2020, y que siguió aumentando por los efectos del Covid-19, en más de 100 millones en el 2021. En 2030, habrá 670 millones de personas con hambre, resaltó el sundirector de la FAO

Sin integración, seguirá el hambre

“Si bien las crisis de los últimos años han llevado a que los países ensayen diversas acciones para atender las emergencias, se ha carecido de una coordinación regional. Vamos a limitarnos a América Latina y el Caribe. Vivimos todavía, vamos a llamarlo así, el efecto covid, en el cual todos estamos hacia adentro y todos estamos tratando de resolver internamente el problema, pero está claro que falta un fluido diálogo horizontal”, señaló Lubetkin, quien afirmó que sin integración, no habrá seguridad alimentaria en AL

Con miras a presentar el Plan de Seguridad Alimentaria –una propuesta de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y que la FAO trabaja con otras organizaciones para finales de año–, Lubetkin refiere que cuando se hablaba de la integración de América Latina y el Caribe, era limitada al aspecto comercial, incluso fronterizo. Lo que nosotros decimos que es fundamental y si no hay integración, no habrá seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe.

Detalla que en el marco de la Celac, los ministros de Agricultura pidieron readecuar un acuerdo de 2015, el SAN-CELAC. Sin embargo, entre 2015 y 2023 han pasado demasiadas cosas, porque se han profundizado los desequilibrios sociales, porque se ha agravado la situación económica, porque los efectos del covid han sido y siguen siendo terribles y porque estalló una guerra.

¿Habría un peor escenario?, por no poner el cambio climático, que está afectando a los productores. Es una combinación tremenda que nunca antes había pasado. Por ello se propuso a los gobiernos repensar el Plan de Seguridad Alimentaria que ya había sido aprobado por consenso.Lubetkin afirmó que “todo lo que nos pidan los gobiernos y que los gobiernos entiendan que nosotros tenemos la capacidad técnica de poder llevar adelante, sin duda apoyaremos y lo haremos”.

Respecto al encarecimiento de los alimentos, sobre todo desde que estalló la guerra en Ucrania y lo resintieron en primer frente los mercados de granos y fertilizantes, el directivo en la FAO refiere que la tendencia global se ha mantenido en vaivenes, pero no al alza, luego de la primera escalada de 13 por ciento que se registró en marzo de 2022, al inicio del conflicto. No obstante, aún hay repuntes en ciertas economías locales.

En cuanto al papel del sistema financiero en la inflación de alimentos, indicó que hoy la especulación en los mercados no cambia la esencia del tema fundamental, que es garantizar producción alimentaria en los países y que la cadena no se interrumpa, (como pasó) parcialmente con el covid; después hay otros factores, sin duda el especulativo, que es difícil todavía demostrar en su resultado.

Lubetkin reporta que en América Latina y el Caribe, el costo de los alimentos tiene un peso de 11 por ciento sobre la inflación general, por encima de la media mundial. Las paradojas que vive una región con capacidad de producir alimentos para alimentar al doble de su población, parte de factores estructurales, un escenario socioeconómico con las complejidades, con franjas de empobrecimiento muy importantes, que fueron agravadas con la pandemia de coronavirus.

Sobre esas brechas, pensar la inseguridad alimentaria se desdobla hacia otros campos, como la salud y las finanzas públicas, explica el directivo. Antes se hablaba sólo de hambre, a nivel global 828 millones de personas la padecen y 56 millones en América Latina. Pero nosotros estamos hablando de nutrición también, porque hemos llegado a la conclusión que no solamente es darle de comer a la gente. Si no come bien, el tema vuelve para atrás, lo que te pone en un escenario mucho más complicado.

La FAO calcula que en América Latina hay 131 millones de personas que no se alimentan correctamente,prácticamente una de cada cinco habitantes en la región. A nivel global son 3 mil millones de personas con carencias en la nutrición, sobre un total de 8 mil millones. Junto a eso tenemos que conectar el tema de la obesidad, porque la obesidad tiene escenarios de muerte como los tienen los niveles de hambre. Son categorías que antes no estaban planteadas de esta manera, refiere.

La reducción de la producción puede determinar una inmediata caída de la calidad de la alimentación, causando de consecuencia un aumento de la crítica situación de la obesidad que ya supera los 600 millones de personas, mientras más de dos mil millones sufren de sobrepeso, lo que puede también aumentar los riesgos de salud, desde aspectos cardiológicos a la diabetes, añaden expertos nutrionistas

En 2030, habrá 670 millones de personas con hambre

A pregunta de si aún cree que puedan cumplirse las ocho metas de Hambre Cero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible –encabezadas por la erradicación del hambre para 2030– Lubetkin recupera del más reciente informe: El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo que, si se va en una tendencia de mejora, en 2030 cerca de 670 millones de personas seguirán padeciendo hambre, es decir, 8 por ciento de la población mundial, igual que en 2015, cuando se puso en marcha la Agenda 2030.

Eso significa que en el recorrido de 15 años, lo que la comunidad internacional, no un país de izquierda o de derecha, lo que la comunidad internacional se fijó como plataforma va a ser un gigantesco fracaso… una situación que partió y terminó de la misma forma. No está dicho que termine siendo así. Hay, sin duda, un estado de conciencia mayor en un cuadro peor, reconoce el directivo de la FAO.

*Villanueva es periodista de La Jornada de México. La nota fue ampliada con más declaraciones de Lubetkin por la redacción del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

 

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