Pelosi visita Taiwán con tambores de guerra y tensa las relaciones con China

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Isabella Arria

En lo que China calificó de deplorable traición, que será respondida con ataques selectivos, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán, en la primera visita de una alta funcionaria en 25 años , provocación que lleva a su punto más tenso las relaciones entre Washington y Pekín.

Pelosi, de 82 años y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca después de Kamala Harris, llegó a Taiwán en un avión de la fuerza aérea de su país. La cancillería rusa consideró el acto una provocación y señaló que China tiene derecho a tomar medidas para defender su soberanía

Mientras, el gobierno de China aseveró que EEUU constantemente distorsiona, oscurece y vacía de contenido el principio de una sola China, y advirtió que estas acciones son como jugar con fuego, en extremo peligrosas. Y quienes juegan con fuego, morirán quemados.

En medio de la tensión generada por la llegada de Nancy Pelosi a Taiwan, el Senado de los Estados Unidos debatirá en las próximas horas un borrador legislativo que pretende modificar la posición mantenida por Washington sobre la isla en los últimos 40 años. Si la propuesta saliera adelante, Taiwan se convertiría de facto en el cuarto país receptor de ayuda militar norteamericana, tras Israel, Ucrania y Egipto.

El texto también incluye una previsión de sanciones que se activarían en el caso de que Pekín adoptara medidas agresivas hacia la isla. Según el análisis del Quincy Institute for Responsible Statecraft, estas disposiciones suponen una profunda enmienda de la doctrina conocida como One China Policy -el reconocimiento expreso de Pekín como único gobierno legítimo de China- que guiara las relaciones políticas y militares entre los dos países desde 1979.

Con Biden en la Casa Blanca, una escalada permanente de tensiones y conflictos se ha adueñado de la política internacional en los últimos meses y ahora acelera la dinámica de confrontación directa con Pekín, a la que Estados Unidos quiere sumar a sus aliados a toda costa. La competición hegemónica con China es el eje indisimulado de la política exterior de Biden.

En la cumbre de la OTAN en Madrid se formalizó la consideración de los «desafíos sistémicos» que presenta China como una prioridad absoluta para la alianza. Con la guerra de Ucrania y el reforzamiento del eje atlántico, ha crecido también la agresividad de esas posiciones, y han ganado fuerza quienes ven en la creciente inestabilidad del mundo una oportunidad de resolver la crisis de legitimidad política de EEUU y restaurar su posición como líder geopolítico indiscutido.

La realidad, como la desnuda la guerra de Ucrania, es que esa posición puede ser muy contraproducente para Washington, ya que está construyendo una coalición de sus adversarios, empujándoles, incluso por encima de sus importantes diferencias, a concluir acuerdos estratégicos y posiciones comunes.

La reciente visita de Biden a Arabia Saudí, que tenía entre sus propósitos consolidar las nuevas alianzas entre Israel y los estados del Golfo, formando un poderoso frente anti-iraní, mientras las negociaciones del acuerdo nuclear se dejan de lado por una falta expresa de voluntad política. Ello empuja a Irán a una alianza con China, como prueba su entrada reciente en la Organización de Cooperación de Shanghai.

Turquía que venía de duros enfrentamientos con Rusia en la guerra de Siria vio la oportunidad de compensar por la vía geopolítica las convulsiones económicas y políticas que sufre el país,.Erdogan aprovecha una gran oportunidad económica, convirtiéndose en puente y socio comercial de Rusia para sortear las sanciones europeas, y se hace mediador entre las partes del conflicto, como en el reciente acuerdo para desbloquear la exportación de grano desde los puertos de Ucrania.

En pleno conflicto ucraniano se dio el acercamiento ruso-chino, cuando todavía se especulaba con la posibilidad de que Pekín se convirtiera en un mediador para desbloquear el conflicto entre Rusia y Occidente. Y los países del Sur global no hanXi y Putin, frente al enemigo común suscrito las sanciones o el aislamiento de Rusia ni encuentran demasiadas razones objetivas para unirse al frente atlántico. Presumiblemente, la visita de Pelosi solo reforzará esta dinámica de alineación de las periferias respecto al mando de EEUU.

Pablo Bustunduy alertaba (en Público.es) que el reforzamiento del atlantismo como sujeto geopolítico -enmarcado retóricamente en una batalla de valores y principios, como una gran confrontación entre las democracias y las tiranías del mund- pueda debilitar su hegemonía sobre el orden internacional en lugar de reforzarla.

Cada uno de estos episodios, cada una de las crisis a las que se responde escalando medidas punitivas y movilizando recursos militares en clave agresiva, contribuye a erosionar equilibrios cada vez más frágiles, multiplica los incentivos para los comportamientos disruptivos, refuerza los antagonismos y las posiciones maximalistas en cada uno de los frentes.

Se trata del daño objetivo que puede hacerle a cualquier ideal de democracia o libertad, por contradictorio o perfectible que sea, sumir el mundo en una espiral de conflicto y confrontación con cada vez menos rampas de salida. Esa es la paradoja que afecta hoy al multilateralismo, la diplomacia y el derecho internacional, que son cada vez más condición de posibilidad de la democracia, añade Bustunduy.China le muestra su fuerza militar al mundo | Video | CNN

El ministerio chino de Defensa indicó que el Ejército Popular de Liberación de China está en alerta máxima y lanzará una serie de acciones militares selectivas para defender la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar la interferencia externa y los intentos separatistas de Taiwán.

El diario oficialista Global Times informó que el ejército chino desarrolla maniobras en seis regiones que rodean a Taiwán desde este miércoles y hasta el domingo. China indicó que sus aviones caza Su-35 cruzaron el estrecho de Taiwán, aunque según las autoridades taiwanesas, se trata de 21 incursiones en la Zona de Identificación de Defensa Aérea, más vasta que el espacio aéreo de un país.

El Ejército de Liberación Popular, anunció Xi, no permanecerá quieto ante lo que considera una provocación injustificable. La duda reside en hasta dónde estará dispuesto a llegar el gobierno chino para traducir en hechos esa advertencia.

La inteligencia estadounidense imagina que, en el mejor de los casos, y aun teniendo en cuenta la amenaza militar, el gobierno chino no responderá frente a una acción de la que tenían conocimiento previo y que desde Washington (aunque no necesariamente desde Beijing) interpretan como simbólica y sin efectos políticos concretos a corto plazo.Taiwán denunció la incursión de 13 aviones de combate chinos - Infobae

Por otra parte, asume que, en última instancia, la falta de respuesta del gobierno de Xi Jinping podría contribuir a debilitarlo, en un momento delicado en el que afloran críticas internas a la conducción económica de China y, especialmente, a las políticas sanitarias aplicadas al control de la pandemia de la Covid-19.

Sin embargo, y justo cuando se prepara para asumir un tercer mandato al frente del Partido Comunista Chino en el XX Congreso que se realizaría en los próximos meses, la ola nacionalista podría contribuir a afianzar el poder de Xi y acallar toda crítica interna. En Washington calculan que, si no hay respuesta oficial a la medida de humillación sufrida, su legitimidad podría ser esmerilada provocando una creciente debilidad en la superpotencia asiática.

Según la oficina de la legisladora demócrata, de 82 años, la visita honra el compromiso incondicional e inquebrantable de Estados Unidos en apoyo a la “pujante democracia” de Taiwán. Añadió que la solidaridad con los 23 millones de habitantes de Taiwán es hoy más importante que nunca, ya que el mundo se enfrenta a la elección entre autocracia y democracia. Venimos a Taiwán en son de amistad y de paz para la región, declaró Pelosi durante una reunión con Tsai Chi-chang, vicepresidente del Parlamento

China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas de Mao Tse-Tung derrotaron a los nacionalistas, que se refugiaron en la isla. Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Pekín como representante de China, aunque siguió dando respaldo militar a Taiwán.Cuál es el origen del antagonismo entre China y Taiwán? | La Nación

El canciller chino, Wang Yi, condenó la deplorable traición de Estados Unidos. “El principio de ‘una sola China’ es un consenso de la comunidad internacional” y la base política de nuestras relaciones con otros países, insistió Wang. El principio, por el cual Taiwán quedaría bajo soberanía de Pekín, es una línea roja, reiteró.

El ex presidente Donald Trump comentó en su red social Truth: ¿por qué está la loca de Nancy Pelosi en Taiwán?. Siempre causando problemas. Nada de lo que ella hace sale bien (Dos intentos fallidos de juicio político, la pérdida de la Cámara, etcétera). Mírenla.

Repercusión

El gobierno de Irán dijo que el unilateralismo y la violación de las leyes y obligaciones internacionales se han convertido en un procedimiento fijo en la política exterior de Washington.

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, tuiteó que su país rechaza acciones encaminadas a lesionar la integridad territorial y la soberanía de China, condena la injerencia en sus asuntos internos y enfatiza su preocupación por incremento de tensiones y agravamiento de la situación en torno a Taiwán. En términos similares se pronunciaron Siria y Nicaragua.

Mientras, el gobierno ultraderechista de Guatemala expresó su apoyo a Taiwán: .“Guatemala reconoce la integridad territorial de la República de Taiwán basada en la autodeterminación de los pueblos”, expresó el gobierno.

Al momento, son 14 las naciones latinoamericanas y caribeñas que reconocen a Taiwán como un país soberano. En América Central Honduras, Guatemala, Belice. En el Caribe, Haití, Federación de San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, y Santa Lucía. En América del Sur, Paraguay. En Oceanía, Palau, Islas Marshall, Nauru y Tuvalu. En África, Suazilandia. Y en Europa, apenas la Ciudad del Vaticano.

* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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