La presidencia de la Celac y una sorpresiva reunión con el gobierno estadounidense

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Rubén Armendáriz|

La elección como presidente de la Comunidad Latinoamericana y Caribeña de Naciones (Celac) le sirvió a la Argentina para conseguir, al fin, una reunión presencial el martes 18 de enero del canciller argentino Santiago Cafiero con el jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, para romper el hielo con el gobierno de Estados Unidos en el tramo más crítico de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esta reunión de cancilleres, especulan en el palacio San Martín, sede de la cancillería argentina, allanaría el camino para concretar una cumbre de Alberto Fernández con su par estadounidense Joe Biden, antes de marzo. Tiempo Argentino afirma que Cafiero llevará adelante conversaciones políticas más allá de las cuestiones económicas argentinas. Tiene a su cargo la gestión técnica de la presidencia temporaria de la Celac que detenta el presidente, aunque es un organismo que no tiene una estructura institucional autónoma sino que depende de la organización que le otorgue cada cancillería.

Desde hace meses, el gobierno argentino trata de acercarse al estadounidenses. La cita en Washington se concretará tres meses después de la reunión que mantuvo el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz –un buen amigo de EEUU desde e,l gobierno de Carlos Saúl Menem-, con su par estadounidense Jake Sullivan, que encabeza el influyente Consejo de Seguridad Nacional.

Mientras, en Buenos Aires se espera la  llegada del nuevo embajador de Washington, Marc Stanley, , un diplomático,  líder de la comunidad judía , filántropo de Dallas y por seis años presidente del Consejo Nacional Judío Democrático cuya nominación ya tiene el acuerdo del Senado de su país.

“La Argentina es un hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando, dijo un Stanley, con veleidades de virrey, arrogante, provocador, despectivo y escasamente preocupado por disimular sus intenciones de injerencia en asuntos internos. Ante el Senado le reclamó al gobierno argentino «un plan macro que aún no tiene» para poder acordar el pago de la deuda con el FMI, y un alineamiento con su país para aislar a Venezuela y a Cuba.

En sus declaraciones, Stanley prometió alinear a la Argentina con la línea más dura de la política estadounidense para Latinoamérica, que es la que se ordena a partir de la definición Caracas-La Habana-Managua como «eje del mal» y coloca a la Argentina como un terreno más del combate con China por la hegemonía mundial, tecnológica y de negocios, y promete una fuerte intervención local en este sentido.

Un somero análisis geopolpitico señala que Argetina puede ser considerado un interlocutor confiable para gobiernos de izquierda y también de derecha en el continente, una ventaja ante las preocupaciones más estructurales del Departamento de Estado, como la relación que pueda construir la Celac con China.

Quizá en ese terreno se juegan los puntos más espinosos del vínculo bilateral EEUU-Argentina y se pondrán a prueba en los próximos 60 días.

EEUU, el mayor accionista del FMI se negó a ampliar los plazos de pago que pedía Argentina y se negó a analizar el pedido de quitar las sobretasas originadas por el volumen del crédito que aprobó otorgar en 2018, a pedido del entonces presidente neoliberal Mauricio Macri.

«Quiero dejar bien en claro que la Celac no nació para competir con nada ni con nadie. Surgió de las entrañas de los pueblos latinoamericanos y caribeños», dijo el canciller Ssantigo Cafiero en la cumbre de la Celac.

Esas palabras las ofreció como garantía a los planteos de sus pares de lpos gobiernos de derecha y ultraderecha como Chile, Ecuador y Colombia, quienes intentaban abortar de cualquier forma una campaña contra la Organización de Estados Americanos, la célebre OEA con EEUU y Canadá, que preside Luis Almagro. Brasil ya se había autoexcluído de la Celac.

De todas formas, las críticas de Argentina a la OEA eran parte de la agenda exterior de Alberto Fernández desde que fue electo y así se lo advirtió por entonces a los funcionarios de Donald Trump. Cabe recordar, también que Fernández  mantuvo a la Argentina dentro del Grupo de Lima hasta que el magnate republicano fue reemplazado por Biden.

En Estados Unidos la percepción sobre la OEA no cambío, pero sí sobre Almagro: los funcionarios demócratas coinciden en que Almagro se extralimita y provoca más problemas que soluciones en escenarios muy delicados como Venezuela y Nicaragua. Pero podrán pedir la cabeza de Almagro pero no dejarán caer su “ministerio de las colonias”, desde donde manipulan –o la intentan- la política latinoamericano-caribeña.Alberto Fernández viajará el año que viene a China: se reunirá con Xi Jinping para fortalecer las relaciones bilaterales - Infobae

Héte aquí que Alberto Fernández ya confirmó que, como presidente de la Celac, en febrero viajará a China  para participar de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de invierno, que afrontan un boicot internacional promovido por Washington.

La Celac, ninguneada por los medios hegemónicos, resugió gracias a la valiosa labor de la presidencia mexicana. Una avalancha de regímenes de derecha había hecho cambiar la correlación de fuerzas existente en nuestra región en la brillante década iniciada con las presidencias de Hugo Chávez, Evo Morales, Lula da Silva, Néstor Kirchner, Rafael Correa, desde aquel No al ALCA, que hoy parece reverdecer en los planes hegemónicos estadounidenses.

* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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A presidência da CELAC e uma surpreendente reunião com o governo estadunidense

Por Rubén Armendáriz

(Reprodução/NCN/bit.ly/3foIWRD)

A eleição de Alberto Fernández como presidente pro tempore da CELAC (Comunidade Latino-Americana e Caribenha de Nações) ajudou a Argentina a conseguir, finalmente, uma reunião entre o seu chanceler, Santiago Cafiero, com o chefe da diplomacia dos Estados Unidos, Anthony Blinken, que acontecerá no dia 18 de janeiro, na qual os argentinos pretendem superar a questão mais crítica envolvendo as negociações com o FMI (Fundo Monetário Internacional).

Essa reunião de chanceleres, segundo especulações de corredores do Palácio San Martín (sede da diplomacia argentina), abriria o caminho para uma bilateral entre Fernández e seu homólogo norte-americano, Joe Biden, a ser realizada antes de março.

O diário Tiempo Argentino afirma que Cafiero conduzirá conversações políticas, que deverá ir além das questões econômicas argentinas. Será ele quem se encarregará da gestão técnica da presidência temporária da CELAC, embora seja um órgão que não possui estrutura institucional autônoma, e dependa da organização concedida por cada chancelaria.

Há meses o governo argentino tenta se aproximar dos estadunidenses. O encontro em Washington acontecerá três meses após outro similar entre o secretário de Assuntos Estratégicos, Gustavo Béliz – grande amigo dos Estados Unidos, desde o governo de Carlos Menem –, e Jake Sullivan, que chefia o influente Conselho de Segurança Nacional dos Estados Unidos.

Enquanto isso, em Buenos Aires, se espera a chegada do novo embaixador de Washington, Marc Stanley, um diplomata líder da comunidade judia, filantropo de Dallas e presidente do Conselho Nacional Judeu Democrático por seis anos consecutivos, cuja nomeação já tem a aprovação do Senado do seu país.

“A Argentina é um lindo ônibus turístico cujas rodas não funcionam”, disse Stanley, com caprichos de vice-rei, arrogante, provocador, desdenhoso e pouco preocupado em esconder suas intenções de interferir nos assuntos internos. Diante do Senado, ele exigiu do governo argentino “um plano macroeconômico que ainda não tem”, para poder pactuar o pagamento da dívida com o FMI, e um alinhamento com seu país para isolar Venezuela e Cuba.

Em suas declarações, Stanley prometeu alinhar a Argentina com o setor mais duro da política dos Estados Unidos para a América Latina, a mesma que instalou o conceito de um “eixo do mal” conformado por Caracas-Havana-Manágua, e que vê a Argentina como mais um território em disputa na luta com a China pela hegemonia mundial, tecnologia e negócios – e que promete uma forte intervenção neste sentido.

Uma breve análise geopolítica indica que a Argentina pode ser considerada um interlocutor confiável para governos de esquerda e também de direita no continente, uma vantagem com relação às preocupações mais estruturais do Departamento de Estado, como a relação que a CELAC pode construir com a China.

Talvez os pontos mais espinhosos da ligação bilateral entre Estados Unidos e Argentina estejam em jogo nessa área, e serão colocados à prova nos próximos 60 dias.

Os Estados Unidos, maior acionista do FMI, se recusam a prorrogar os prazos de pagamento solicitados pela Argentina, e se negaram a analisar o pedido de retirada das taxas pelo volume de crédito aprovadas em 2018, a pedido do então presidente neoliberal Mauricio Macri.

“Quero deixar claro que a CELAC não nasceu para competir com nada nem com ninguém. Surgiu das entranhas dos povos latino-americanos e caribenhos”, disse o chanceler Santigo Cafiero na cúpula da CELAC.

Essas palavras foram oferecidas como garantia às propostas de governos de direita e de extrema direita, como Chile, Equador e Colômbia, que tentaram abortar de qualquer forma uma campanha contra a OEA (Organização dos Estados Americanos), entidade que conta com a presença de Estados Unidos e Canadá, e é presidida por Luis Almagro, além do Brasil, país latino-americano que abandonou a CELAC há cerca de dois anos, por decisão do seu presidente, Jair Bolsonaro – outro representante da extrema direita no continente.

Em todo caso, as críticas da Argentina à OEA faziam parte da agenda de Alberto Fernández desde a sua eleição, em 2019. Tal situação foi reportada ao então presidente estadunidense Donald Trump, por funcionários do governo deste país. Vale lembrar que Fernández manteve a Argentina no Grupo Lima, até que o magnata republicano foi substituído por Biden.

Nos Estados Unidos, a percepção sobre a OEA não mudou. O que já não é a mesma é a percepção sobre o trabalho de Almagro: consideram que o secretário-geral do organismo está cometendo muitos erros, e causando mais problemas do que soluções em cenários muito delicados como Venezuela e Nicarágua.

Washington pode pedir a cabeça de Almagro, mas não abandonará seu “ministério das colônias”, o espaço onde podem manipular a política na América Latina e no Caribe, ou ao menos tentar.

Por sua vez, Alberto Fernández já confirmou que, como presidente da CELAC, realizará uma viagem à China, em fevereiro, para participar da cerimônia de abertura das Olimpíadas de Inverno, evento que enfrenta um boicote internacional promovido pela Casa Branca.

A CELAC, ignorada pela mídia hegemônica, resistiu graças ao valioso trabalho da presidência mexicana. Uma avalanche de regimes de direita mudou a correlação de forças existente em nossa região, após a década brilhante, que contou com as presidências de Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolívia), Lula da Silva (Brasil), Néstor Kirchner (Argentina) e Rafael Correa (Equador), entre outros. Após aquele histórico “não à ALCA”, que enterrou o projeto de domínio econômico impulsionado por Bill Clinton, e que hoje parece reverdecer nos planos hegemônicos norte-americanos.

Rubén Armendáriz é jornalista e cientista político associado ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

*Publicado originalmente em estrategia.la | Tradução de Victor Farinelli

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