Uruguay: De entreguismo, ¿independencia? y corrupción
Nicolás Centurión
Un nuevo cambio en el gabinete del gobierno derechista de Luis Lacalle Pou. El pedido de renuncia por parte del presidente, al ahora ex ministro de turismo Germán Cardoso, estuvo rodeado de controversias, sospechas de corrupción y tensiones dentro de la derechista Coalición Multicolor gobernante. Fue una semana de crispaciones para el oficialismo mientras se celebraba la independencia de esta república en la esquina sur del continente.
El gabinete del gobierno de Lacalle Pou ha roto nuevamente un récord negativo: es el que más cambios ha tenido desde la reapertura democrática en 1984. Seis han sido los cambios ministeriales en menos de 18 meses. Si en su momento fueron movimientos para fortalecer su figura y rodearse de ministros leales, este último cambio ministerial ha minado la imagen del gobierno que ya reposa con menos del 50% de aprobación.
El primero de julio de 2020 sucedió la primera y única renuncia, hasta el momento, de un ministro: Ernesto Talvi del Partido Colorado y Ministro de Relaciones Exteriores en una misiva abandonó el cargo y a la vez la actividad política.
El primero de mayo Lacalle Pou anunció vía twitter la destitución del Ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, otro outsider, hombre del Opus Dei, que no había participado de política partidaria pero siempre estuvo vinculado a los think tanks criollos.
El 22 de mayo falleció de un paro cardíaco el ex ministro del Interior Jorge Larrañaga. Fue sustituido por el entonces ministro de Transporte y Obras públicas, Luis Alberto Heber. Antes de mudarse de cartera fue el encargado de firmar el acuerdo con la multinacional belga Katoen Natie, a espaldas incluso de fuerzas dentro de la coalición gobernante, entregando el puerto de Montevideo hasta 2081.
Otro colorado tuvo que dimitir por orden de Lacalle Pou: Carlos María Uriarte fue sustituido por Fernando Mattos Moglia, sobrino de Carlos Mattos Moglia que fue Ministro de Agricultura en la dictadura y hombre de la Federación Rural.
De los seis movimientos ministeriales, tres tienen que ver con el Partido Colorado, segundo socio de la coalición por caudal de votos que no levanta cabeza desde las elecciones del 2004, donde registró su peor guarismo. Hubo cambios en Agricultura y Pesca, Turismo y Relaciones Exteriores. En este último ni siquiera pudieron sustituirlo con alguien de su propia fuerza política sino que Lacalle Pou colocó a alguien de su cercanía como es el canciller Fernando Bustillo.
El pedido de renuncia a Germán Cardoso en Turismo está plagado de irregularidades en el manejo de fondos de la cosa pública, sospechas de corrupción y aprietes políticos. Todo empezó con el propio Cardoso solicitando al Presidente que destituya a su director de turismo Pérez Banchero, quien a su vez denunció a Cardoso aduciendo que su renuncia viene a colación de las denuncias internas que él planteó.
Compras directas millonarias, algunas observadas, dispararon la salida del director de Turismo, que está dispuesto a ir al Parlamento. “En diciembre creía que podía ser desprolijidad, yo en julio pienso que puede haber otras cosas”, dijo Pérez Banchero.
El exfuncionario sostuvo que frenó una compra por 800.000 dólares a la agencia de publicidad Netcom en 2020, promovida por el ministro Cardoso, tuvo dudas con otra adquisición que observó el Tribunal de Cuentas y afirma que lo echaron cuando se opuso al avance de una tercera por 500.000 dólares. El ministerio contrató a una empresa con sede en Estonia, a la que es difícil pagarle por temas de lavado
Cardoso tiene antecedentes en cuestiones teñidas de corrupción. Cuando fue secretario general del Partido Colorado explotó el caso de Cambio Nelson, nombre de la casa de cambios implicada en delitos en el año 2017. Francisco Sanabria, dueño del cambio era el hijo de Wilson Sanabria, caudillo colorado del departamento de Maldonado, cuñado de Cardoso y a la vez su suplente en Diputados. Se investigó al Cambio Nelson y se descubrió que estaba implicado en lavado de dinero.
Sanabria financió toda la campaña con plata de dicha entidad financiera. En aquel momento se le exigió a Cardoso que renunciara a la secretaría general de su partido. Poco tiempo atrás, estuvo implicado en otro hecho reñido con la transparencia. Salieron a la luz varias llamadas que le realizara el Jefe de Policía de Maldonado para solicitarle favores personales para su familia o terceros allegados al ex ministro.
Cardoso volverá al Parlamento, supuestamente para limpiar su imagen. Lo que está claro es que ahora estará amparado en fueros mientras se inicia una comisión investigadora en su caso. El hecho curioso de este entuerto es que la renuncia del ministro fue anunciada en el hogar del expresidente Julio María Sanguinetti, Secretario General del Partido Colorado y el Viktor Frankenstein de la coalición gobernante.
Esto demuestra el peso del exmandatario dentro de la coalición, que compensa y mucho con el caudal electoral y el desempeño de su propia fuerza política.
El 25 de agosto se conmemora el Día de la Independencia en Uruguay. En un acto de poca independencia nacional; más bien de alineación a las directrices imperiales y de la derecha continental, Luis Lacalle Pou cesó los acuerdo del Ministerio de Desarrollo Social con el gobierno de Cuba y sus misiones de envío médicos. Este acto fue celebrado por la derechista y líder de Cuba Decide Rosa María Payá.
Payá compartió una foto de su visita a Lacalle Pou en su sede de campaña, a fines de enero de 2020. En diálogo con el diario El País -en aquella oportunidad-, había pedido que el mandatario no invitara a su asunción al presidente cubano Miguel Díaz Canel, así como a los mandatarios Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Ninguno de los tres fueron invitados a la ceremonia del 1 de marzo de 2020.
Pero el 25 de agosto también se festejó con renovado brío el día del Comité de Base del Frente Amplio, donde militantes y dirigentes eludieron la pugna por la presidencia de la coalición de centroizquierda centrándose en “la pandemia neoliberal”, el referéndum para derogar la ley de urgente consideración (LUC) y la escandalosa entrega del puerto de Montevideo a una empresa belga.
El senador y dirigente sindical Óscar Andrade reconoció que de a poco en la dirigencia frenteamplista fue calando la idea de que no era tan importante el trabajo en territorio, que alcanzaba con tener gobernantes electos, y señaló que con la recolección de firmas para el referendo se recuperó “el camino que nunca deberíamos haber abandonado: la militancia en territorio, la organización, pensar desde el pie”.
Y, como colofón, en otro acto de genuflexión, Uruguay acaba de firmar un acuerdo donde prácticamente le regala el puerto a una empresa multinacional belga por 60 años. Lusos, porteños, ingleses y españoles intentaron apoderarse de nuestro puerto y desarrollaron guerras sangrientas por él. Parece que bastaba solo con la firma de un decreto y un gobierno entreguista.
El presidente publicó un mensaje en twitter diciendo: «Independencia. Buscada, lograda, cuidada. Seguimos ese legado». Mientras ocurría el acto oficial por los 196 años de independencia oriental, manifestantes con pancartas le espetaban al primer mandatario: “vende patria” y un cántico fuerte sonaba en todo el acto: “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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