Mike Pence, el perro de ataque de Trump (y los Koch) contra Latinoamérica/Mike Pence, o cão raivoso de Trump (e dos irmãos Koch) contra a América Latina

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Álvaro Verzi Rangel|

Las recientes declaraciones injerencistas del vicepresidente estadounidense Mike Pence, que fueron ademas agresivas y falsas, contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, reafirman la concepción de que Washington considera a América latina su patio trasero, donde, como en décadas anteriores, quiere quebrar sus intentos de soberanía para convertirla en la región primordial de los negocios de las megacorporaciones trasnacionales y zona de seguridad ante los avances comerciales y geoestratégicos chino, ruso e incluso europeo.

En general, un vicepresidente de EEUU no es una figura que salga a la luz pública haciendo declaraciones ni fijando políticas y su principal tarea es la de sustituir al presidente en caso de que éste muera(o lo maten) en el cargo. Desconocido fuera de EEUU, Pence es un político ultraconservador. Donald Trump dijo en su momento que buscaba un «perro de ataque» en su vicepresidente. Alguien «experto en el combate cuerpo a cuerpo». Soy cristiano, conservador y republicano, en ese orden, suele decir él.

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Hoy la posible sustitución no es una idea ni remota ni descabellada. Está en el candelero y mucho dependerá de las elecciones parlamentarias de noviembre: la pérdida de algunas bancas hoy en poder de los republicanos puede adelantar un juicio político (impeachment)  o que Trump tenga que comparecer ante el Gran Jurado debido la investigación realizada por el Fiscal Especial, Robert Muller.

Pence, ex gobernador de Indiana es un opositor declarado al aborto y al matrimonio gay. Abogado y locutor, tiene la elegancia al hablar que a Trump le falta. Es la carta de los republicanos para una sucesión. La importancia del cargo pasa algo inadvertida, pero su trascendencia es grande ya que además de presidir el Senado, tiene la función de ser portavoz de la política del Gobierno.

Pence actúa como balance de Trump y el tándem funciona bien. Sus posiciones conservadoras sobre el aborto y la homosexualidad, entre otros temas, le han valido fuertes críticas durante su gestión en Indiana. Con una homofóbica ley de libertad religiosa que abría las puertas a la discriminación de los homosexuales se granjeó especial repulsa pública y debió dar marcha atrás.

Muchos de los excolaboradores de Trump, además de senadores y diputados republicanos, plantearon su desacuerdo sobre políticas propuestas por Trump, un autoritario quien no se acostumbra al trabajo en equipo , lo que impide en muchas ocasiones las coordinaciones necesarias con el Congreso.

También en el campo internacional Trump ha rechazado caprichosamente las obligaciones asumidas por su país en convenios y acuerdos con otros países, sin dar una explicación lógica y sin medir las consecuencias: los acuerdos sobre el Cambio Climático, las sanciones económicas y financieras, las tarifas a China y otros países (sin medir las consecuencias para la propia economía de EEUU), sus constantes amenazas de salir del TLCAN y el abandono de los acuerdos nuclear con Irán, pese a la oposición de sus aliados europeos.

oea cumbre lima presiLa negativa de Trump de asistir la reunión de la OEA en  Perú fue una demostración más de su pensamiento hegemónico hacia América Latina, y le dio la oportunidad a Pence de contactar y adelantar acuerdos con los presidentes asistentes y proclamar públicamente  la política que considera debe seguirse con Venezuela, Nicaragua y Cuba, lo que lo hizo lucir “presidenciable” a  los ojos de los estadounidenses. También adelantó que tomará medidas con las deportaciones de los inmigrantes, cuyas remesas representa una parte importante de los ingresos de los países de la región.

Algunos analistas políticos estadounidenses plantean que de asumir Pence la presidencia, el partido republicano se fortalecerá, muchas de las medidas tomadas por Trump se anularán y mejorarán las relaciones con la Unión Europea, China y Rusia… pero los cambios en la relación con América Latina  son mucho menos probables.

 Venezuela

Para atacar a Venezuela, Pence emplea los mismos argumentos que los dirigentes opositores -prointervención extranjera- venezolanos Julio Borges y Carlos Vecchio,  que se reunieron con el en Lima durante la cumbre de la OEA. Antes criticó a esta organización por no aplicar la Carta Democrática Interamericana a Venezuela. No disimula su plan imperial contra Venezuela y el deseo de aislarla económica y diplomáticamente, además de la prepotente amenaza continua de nuevas sanciones y el empleo de la fuerza.

El vicepresidente pidió que se suspenda a Venezuela de la OEA por considerar que el Maduro ha convertido al país es una “dictadura”, que revoque las visas a los funcionarios del gobierno venezolano, que se realice el embargo de activos que son frutos de actividades corruptas y que se impida que las autoridades del gobierno puedan “lavar dinero en sus sistemas financieros”.

Pence -como ya han hecho otros políticos como Marco Rubio y Bob Menendez, están manufacturando consensos en la sociedad estadounidense al colocar a Venezuela como un país en total colapso, que significa un riesgo para la sociedad norteamericana: «Un Estado fallido en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad de todo nuestro hemisferio y del pueblo de los Estados Unidos de América», señaló Pence en Colombia.

Las visitas de Pence a Colombia, Argentina y Chile han tenido también una posición clara por parte de los mandatarios de esos países sobre la opción militar contra Venezuela. Desde Santos a Macri, han reconocido que la acción militar no sólo complicaría la situación de Venezuela, sino que además colocaría a la región entera en un ciclo de gran inestabilidad y amenaza bélica, una verdadera amenaza a la seguridad del hemisferio.

El gobierno venezolano rechazó  las “agresiones” y “ataques” de Pence, y dijo que la actitud “arrogante” de ese país, “no hace más que reafirmar la decisión de Venezuela de renunciar a su membresía en la OEA” (solicitada  28 de abril de 2017) y acusó al organismo continental de “colonialista” y de estar “al servicio” de Washington.

Mientras, factores políticos del antichavismo, -que hasta hace poco se enmarcaron en una escalada violenta e intento de golpe de Estado-  han dado al traste con la matriz de la «dictadura» al sumarse al proceso de elecciones regionales y presidenciales, desmoronando además la supuesta falta de legitimidad y transparencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Venezuela y,  el flojo argumento de la falta de elecciones en el país.El cese progresivo del ciclo violento infiere una baja en los niveles de inestabilidad y tensión en Venezuela, y esa es una mala noticia para los factores que esperan una caída abrupta de Maduro.

“Al pretender dictar órdenes a los Estados miembros para que se sumen a la campaña de agresiones contra Venezuela, los voceros guerreristas de EEUU violan flagrantemente el derecho internacional en el seno de un organismo mven manoultilateral que debería velar por su respeto”, indicó.

La cancillería venezolana dijo también que Pence “pretende encubrir los daños” que ha provocado el gobierno estadounidense “en la sociedad venezolana a través de medidas coercitivas unilaterales, con una falsa preocupación humanitaria cuyo objetivo es torcer la voluntad de pueblo”.

Las palabras de Pence recuerdan la tristemente famosa Doctrina Monroe –América para los (norte) americanos-: Los Estados Unidos es el principal socio comercial de nuestro hemisferio y somos la principal fuente directa de inversión extranjera en la región. Pero (…) debemos recordar que la seguridad es la base de la prosperidad. Con el Presidente Trump, EEUU ha tomado medidas decisivas para garantizar la seguridad y protección de nuestro pueblo, y fortalecer nuestra colaboración en el tema de seguridad con aliados y socios en toda la región.

Y en seguida se recuerda que mientras Trump se ocupa de agredir a Corea y el Medio Oriente, en la división de tareas a él le toca  Latinoamérica. Y trata de imponer un imaginario colectivo a través de las fake news, como que el colapso de Venezuela a manos de Nicolás Maduro ha perjudicado a naciones y economías en todo el hemisferio, ha propagado enfermedades que habían sido totalmente erradicadas, y ha dado a los narcotraficantes y organizaciones criminales nuevas oportunidades para poner en peligro a nuestra gente.Resultado de imagen para pence en la oea

En su discurso de la posverdad, Pence “olvidó” decir que 1.500 millones de dólares trasferidos por Venezuela para adquisición de alimentos, fueron bloqueados en EEUU, o hablar del bloqueo financiero contra Corpoelect: una deuda de 7 millones de dólares que Brasil pagaba a Venezuela, que el Wells Fargo Bank los retuvo y regresó a Brasil. Estas acciones –que signidicaron el cierre de operaciones de 19 cuentas en el exterior- impidieron el acceso de los venezolanos a alimentos, medicinas y materias primas.

“Ya hemos cortado la moneda digital Petro de nuestro sistema financiero y le hemos impuesto sanciones estrictas a más de 50 funcionarios y exfuncionarios venezolanos. Nuestro gobierno designó a tres venezolanos con vínculos directos con el régimen de Maduro como testaferros del narcotráfico; hemos congelado sus activos y bloqueado su acceso a nuestra nación”, señaló.

Y, sin tapujos, dijo haber entregado en el último año más de 39 millones de dólares en supuesta ayuda humanitaria, dinero que administran los dirigentes opositores venezolanos que siguen el libreto de Washington, mientras presionaba a los gobiernos de la región a emitir restricciones en visas para obstruir el paso de sus líderes corruptos, y a defender la democracia al iniciar el proceso para suspender a Venezuela de la OEA.

El representante de Venezuela en la OEA, Samuel Moncada, anticipó que en realidad, lo que busca esta ofensiva es generar un piso para una “operación más grande contra el país”, enfocada en desconocer las elecciones presidenciales en la próxima Asamblea General en julio y establecer a Venezuela como un “Estado fallido”, con la intención de continuar agrediéndolo con medidas violatorias de la legislación internacional, como un embargo petrolero y reconocimiento de un gobierno paralelo en el exilio.

Las operaciones psicológicas o guerra de cuarta generación–ininterrumpidas desde 1999- tuvieron como meta imponer en el imaginario público internacional un cambio de régimen por la fuerza tras la elección de una Asamblea Constituyente, el 30 de julio de 2017. Lo cierto es que la posibilidad de un ataque militar nunca había sido tan propicia, y el presidente de EEUU, Donald Trump no lo excluyó, y le toca al sistema cartelizado de terror  mediático convencer la opinión pública de la pertinencia de una intervención extranjera.

Las excusas son varias: una intervención para restablecer la democracias, una contra un Estado canalla (rogue state) o fallido (failed state) y/o una “humanitaria”. El tema de la crisis humanitaria es alimentado por toda una serie de ONG con objetividad dudosa -y financiamiento cierto- y retomado por el sistema mediático hegemónico para legitimar una intervención militar extranjera “con fines humanitarios”.

Siguiendo el mismo argumento de la crisis económica y las recomendaciones de Pence, el gobierno de facto brasileño ordenó un despliegue militar en la frontera con Venezuela, mientras Colombia, decidió construir campamentos para refugiados en las ciudades fronterizas.

La internacional capitalista

La internacional capitalista existe, la moviliza el movimiento libertario de extrema derecha (en inglés los llaman libertarians) y, obviamente, está muy bien financiada: funciona a través de un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs, centros y sociedades, unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o la Red Atlas.

Cabe destacar que varios líderes ligados a Atlas consiguieron ganar notoriedad últimamente: varios ministros del gobierno conservador argentino, senadores bolivianos y dirigentes del Movimento Brasil Livre (MBL), que ayudaron a derrocar a la presidenta constitucional Dilma Rousseff, según señala Lee Fang en un exhaustivo informe en The Intercept.

La red, que ayudó a alterar el poder político en diversos países, es una extensión tácita de la política exterior de EEUU – los think tanks asociados a Atlas son financiados por el Departamento de Estado y la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia – NED), brazo crucial del soft power estadounidense y directamente patrocinada por los hermanos Koch, poderosos billonarios ultraconservadores.

La NED y el Departamento de Estado, que cuentan con entidades públicas que funcionan como centros de operación y despliegue de líneas y fondos como la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), son los principales entes actores que reparten directrices y recursos, a cambio de resultados concretos en la guerra asimétrica en la que participan.

Atlas cuenta con 450 fundaciones, ONGs y grupos de reflexión y presión, con un presupuesto operativo de cinco millones de dólares (2016), aportados por sus fundaciones “benéficas, sin fines de lucro” asociadas, que apoyaron, entre otras al MBL y a organizaciones que participaron de la ofensiva en Argentina, como las fundaciones Creer y Crecer y Pensar, un think tank de Atlas que se incorporó al partido (Propuesta Republicana, PRO) creado por Mauricio Macri; a las fuerzas de oposición en Venezuela y al candidato de derecha en las elecciones presidenciales chilenas, Sebastián Piñera.

La red tiene 13 entidades afiliadas en Brasil, 12 en Argentina, once en Chile, ocho en Perú, cinco en México y Costa Rica, cuatro en Uruguay, Venezuela, Bolivia ,y Guatemala, dos en República Dominicana, Ecuador y El Salvador, y una en Colombia, Panamá, Bahamas, Jamaica y Honduras.

Los líderes del MBL y los de la Fundação Eléutera – un grupo de “expertos” neoliberales extremadamente influyente en el escenario posgolpe hondureño– recibieron financiamiento de Atlas y forman parte de la nueva generación de actores políticos que pasaron por sus seminarios de entrenamiento en EEUU.

La extrema derecha “moderna” es el movimiento libertario de extrema derecha que hoy navega con pabellón republicano, que basa su accionar en una deliberada estrategia de desinformar a las mayorías para imponer sus políticas plutocráticas y que tiene en la Red Atlas a su principal propulsor en América Latina.http://tlaxcala-int.org/upload/gal_16619.jpg

El impulsor de este movimiento es el multimillonario Charles Koch, quien adoptó la tesis de James McGill Buchanan –economista de la Universidad de Chicago y Premio Nobel- para desarmar el Estado progresista, con una estrategia operativa en defensa de la santidad de los derechos de la propiedad privada y para doblegar al modelo de gobierno: para que prospere el capitalismo, sostenía, hace falta ponerle cadenas a la democracia.

Entre las quince organizaciones más importantes financiadas por Koch están Americans for Prosperity, el Cato Institute, la Heritage Foundation, el American Legislative Exchange Council, el Mercatus Center, Americans for Tax Reform, Concerned Veterans of America, el Leadership Institute, Generation Opportunity, el Institute for Justice, el Independent Institute, el Club for Growth, el Donors Trust, Freedom Partners, Judicial Watch… A ellas hay que agregar las más de sesenta organizaciones de la State Policy Network (Red de Políticas de los Estados Unidos). (1)

Ahora los Koch podrían estar bien posicionados para convertirse en los nuevos magnates de los medios de comunicación conservadores, tras la compra de l casa editorial Times. Si bien Trump ha demostrado estar  algo obsesionado con el premio «la persona del año» de la revista Time, todo parece indicar que los Koch tienen una relación más estrecha con el vicepresidente, Mike Pence.

Pence es el candidato que ha recibido más donativos (oficiales) de David Koch. Destacan los 200.000 dólares que recibieron Pence y su candidata a vicegobernadora cuando él se postuló como gobernador de Indiana en 2012 y los 100.000 que dio a Pence a título individual antes de que se postulara para la vicepresidencia.

Estas sumas no tienen en cuenta las donaciones que se pueden hacer a través del Comité para la Campaña del Partido Republicano, ya que se pueden ocultar de forma legal. La relación entre el vicepresidente y los hermanos Koch es muy estrecha. Pence les hizo un favor político (y financiero) importante en la primavera de 2009, cuando el Congreso iba a aprobar medidas para controlar las emisiones de carbono y Pence apoyó una propuesta impulsada por los Koch y conocida como «la promesa de no crear un impuesto climático».

La secretaria de Educación de Trump Betsy DeVos es de Atlas, liderando el Acton Institute, un grupo de reflexión de Michigan que desarrollaba argumentos religiosos a favor de las políticas de los libertarios de ultraderecha, que ahora mantiene una filial en Brasil, el Centro Interdisciplinario de Ética y Economía Personalista. Pero la figura principal del entramado es hoy Judy Shelton, economista y miembro principal de la Red Atlas, quien se hizo cargo de la NED, tras ser consejera de la campaña de Trump

Calmo pero imperial, el ultraconservador Pence, con el apoyo de los Koch y la Red Atlas, piensa que su camino hacia la Casa Blanca debe cimentarse en la destrucción de Venezuela, Cuba, Nicaragua, y cualquier país que intente políticas soberanas o que no favorezca la entrega de sus riquezas y recursos naturales a las megacorporaciones trasnacionales y estadounidenses en especial.

Nota. 

1.- Ver Red Atlas, libertarios de ultraderecha, trama seudoacadémica en la ofensiva capitalista en Latinoamérica, https://estrategia.la/2017/10/12/red-atlas-libertarios-de-ultraderecha-trama-seudoacademica-en-la-ofensiva-capitalista-en-latinoamerica/

* Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


EN PORTUGUÉS

Mike Pence, o cão raivoso de Trump (e dos irmãos Koch) contra a América Latina

Trump procurava um «cão raivoso» para ser seu vice-presidente. A resposta de Pence foi clara: «sou cristão, conservador e republicado; nessa ordem»
Por Álvaro Verzi Rangel 

As recentes declarações intervencionistas do vice-presidente estadunidense Mike Pence, uma coleção de mentiras agressivas contra Venezuela, Cuba e Nicarágua, reafirmam a ideia de que Washington considera a América Latina o seu quintal, onde, como em décadas anteriores, quer quebrar seus tentos de soberania, para torna-la região primordial dos negócios das megacorporações transnacionais e zona de segurança diante dos avanços comerciais e geoestratégicos da China, da Rússia e inclusive da Europa.

Em geral, um vice-presidente dos Estados Unidos não é uma figura que vai a público fazer declarações, nem impulsar políticas e sua principal tarefa é a de substituir o presidente em caso de que este morra (ou o matem) durante o mandato. Desconhecido fora dos Estados Unidos, Pence é um político ultraconservador. Donald Trump disse em algum momento que buscava um “cão raivoso” para ser seu vice-presidente. Alguém “especializado no combate corpo a corpo”, e nesse sentido, a resposta de Pence foi clara: “sou cristão, conservador e republicano, nessa ordem”.

Hoje, a possível substituição não é uma ideia nem remota nem descabelada, e dependerá muito das eleições parlamentares de novembro: a perda de algumas vagas no Congresso que hoje estão em poder dos republicanos pode adiantar um juízo político (impeachment). Outra possibilidade é se Trump tiver que comparecer a júri popular devido à investigação realizada pelo Promotor Especial, Robert Muller, a respeito da suposta intervenção russa nas eleições de 2016.

Pence, ex-governador de Indiana, é um opositor declarado do aborto e do matrimônio homoafetivo. Advogado e locutor, tem uma elegância ao falar da qual Trump carece. É a carta dos republicanos para uma sucessão. A importância nominal do seu cargo atual passa inadvertida, mas sua transcendência no mundo político é grande, já que além de presidir o Senado, tem a função de ser o porta-voz da política do Governo.

Pence atua como ponto de equilíbrio de Trump, e o time funciona bem. Suas posições conservadoras sobre o aborto e a homossexualidade, entre outros temas, lhe renderam fortes críticas durante sua gestão em Indiana. Uma homofóbica lei de liberdade religiosa que abriu as portas à discriminação dos homossexuais o fez ganhar enorme repulsa da opinião pública, e acabou recuando da decisão.

Muitos dos ex-colaboradores de Trump, além de senadores e deputados republicanos, plantearam seu desacordo sobre as políticas propostas por Trump, um autoritário que não está acostumado ao trabalho em equipe, o que muitas vezes impede as coordenações necessárias com o Congresso.

No campo internacional, Trump também rechaçou arbitrariamente as obrigações assumidas por seu país em convênios e acordos com outros países, sem dar explicação lógica e sem medir as consequências: os acordos sobre a Crise Climática, as sanções econômicas e financeiras, as tarifas aduaneiras sobre a China e outros países (sem medir as consequências para a própria economia estadunidense), suas constantes ameaças de sair do Tratado de Livre Comércio da América do Norte, o abandono do acordo nuclear com o Irã, apesar da oposição dos seus aliados europeus.

A negativa de Trump em assistir à reunião da OEA (Organização dos Estados Americanos), no Peru foi mais uma demonstração de seu pensamento hegemônico para com a América Latina, e isso deu uma oportunidade para Pence de se conectar e adiantar acordos com os presidentes assistentes, proclamando publicamente a política que considera ser a que se deve seguir, especialmente contra Venezuela, Nicarágua e Cuba, o que o fez parecer um “presidenciável” aos olhos dos estadunidenses. Também adiantou que tomará medidas com respeito às deportações dos imigrantes, cujas remessas representa uma parte importante fonte de renda dos países da região.

Alguns analistas políticos planteiam que, no caso de Pence assumir a presidência, o Partido Republicano se fortalecerá, muitas das medidas tomadas por Trump seriam anuladas, e isso melhoraria as relações com a União Europeia, China e até com a Rússia. Por outro lado, mudanças nas relações com a América Latina são muito menos prováveis.

Venezuela

Para atacar a Venezuela, Pence emprega os mesmos argumentos que os dirigentes opositores – pró intervenção estrangeira – venezuelanos Julio Borges e Carlos Vecchio, que se reuniram com ele em Lima durante a cúpula da OEA. Antes criticou a esta organização por não aplicar a Carta Democrática Interamericana contra a Venezuela. Não dissimula seu plano imperial contra a Venezuela e o desejo de isolá-la econômica e diplomaticamente, além da prepotente ameaça continua de novas sanções e o emprego da força.

O vice-presidente pediu a suspensão da Venezuela da OEA por considerar que Nicolás Maduro transformou o país numa “ditadura”, e também a revogação dos vistos dos funcionários de governo venezuelanos, o embargo de ativos que são frutos de atividades corruptas e que se impeça que as autoridades do governo para “lavar dinheiro em seus sistemas financeiros”.

Pence – como já fizeram outros políticos como Marco Rubio e Bob Menendez, estão manufaturando consensos na sociedade estadunidense ao colocar a Venezuela como um país em total colapso, que significa um risco para a sociedade norte-americana: “um Estado falido como a Venezuela ameaça a segurança e a prosperidade de todo o nosso hemisfério e do povo dos Estados Unidos de América”, afirmou Pence na Colômbia.

As visitas de Pence a Colômbia, Argentina e Chile teve também uma posição clara por parte dos mandatários desses países sobre a opção militar contra a Venezuela. De Santos a Macri, todos reconheceram que essa possível ação militar não só complicaria a situação da Venezuela como também colocaria a região inteira em um ciclo de grande instabilidade e ameaça bélica, uma verdadeira ameaça à segurança do hemisfério.

O governo venezuelano criticou as “agressões” e “ataques” de Pence, dizendo que a atitude “arrogante” desse país, “não faz mais que reafirmar a decisão da Venezuela de renunciar à sua participação na OEA” (solicitada no dia 28 de abril de 2017) e acusou o organismo continental de “colonialista” e de estar “a serviço” de Washington.

Enquanto isso, setores políticos do antichavismo – que até há pouco defendiam uma saída através de nova escalada violenta e tentativa de golpe de Estado – repetem o discurso para definir o governo como uma “ditadura”, e incluem entre os argumentos sua visão subjetiva sobre o processo eleitoral atual, destacando a suposta falta de legitimidade e transparência do Conselho Nacional Eleitoral (CNE), a principal autoridade eleitoral do país. Ainda assim, há uma diminuição progressiva do ciclo violento e uma interferência nos níveis de instabilidade e tensão na Venezuela, e essa é uma má notícia para quem espera uma queda abrupta de Maduro.

“Ao pretender ditar ordens aos Estados membros para que apoiem a campanha de agressões contra a Venezuela, os porta-vozes da guerra estadunidenses violam flagrantemente o direito internacional no seio de um organismo que deveria velar pelo respeito a esse princípio”, indicou.

O Ministério de Relações Exteriores venezuelano disse também que Pence “pretende encobrir os danos” que o governo estadunidense provocou “na sociedade venezuelana através de medidas coercitivas unilaterais, com uma falsa preocupação humanitária cujo objetivo é moldar a vontade do povo”.

As palavras de Pence recordam a tristemente famosa Doutrina Monroe – América para os (norte-)americanos. “Os Estados Unidos são o principal sócio comercial do nosso hemisfério e a principal fonte direta de investimento estrangeiro na região. Mas (…) devemos recordar que a segurança é a base da prosperidade. Com o Presidente Trump, os Estados Unidos tomaram medidas decisivas para garantir a segurança e proteção do nosso povo, e fortalecer nossa colaboração no tema da segurança, com aliados e sócios em toda a região”.

Em seguida, se lembra da divisão de tarefas, e que enquanto Trump se ocupa de agredir a Coreia do Norte e o Oriente Médio Oriente, cabe a ele administrar os interesses do país na América Latina. E para isso tenta impor um imaginário coletivo através das fake news, dizendo que “o colapso da Venezuela nas mãos de Maduro prejudica as nações e as economias em todo o hemisfério, propagando doenças que haviam sido totalmente erradicadas, e dando aos narcotraficantes e organizações criminosas novas oportunidades para colocar em perigo o nosso povo”, analisou.

Em seu discurso de pós-verdade, Pence “se esqueceu” de dizer que 1,5 bilhão de dólares transferidos pela Venezuela para aquisição de alimentos foram bloqueados nos Estados Unidos, ou falar do bloqueio financeiro contra a Corpoelect: uma dívida de 7 milhões de dólares que o Brasil pagava à Venezuela, que o Wells Fargo Bank reteve e devolveu ao Brasil. Essas ações – que significaram o encerramento das operações de 19 contas no exterior – impediram o acesso dos venezuelanos a alimentos, medicinas e matérias primas.

“Já cortamos a moeda digital Petro dos nossos sistemas financeiros e impusemos sanções estritas a mais de 50 funcionários e ex-funcionários venezuelanos. Nosso governo designou três venezuelanos com vínculos diretos com o regime de Maduro como testas de ferro do narcotráfico. Congelamos seus ativos e bloqueamos seu acesso a nossa nação”, contou Pence.

E, sem nenhum pudor, disse ter entregue no último ano mais de 39 milhões de dólares em suposta ajuda humanitária, dinheiro que é administrado por dirigentes opositores venezuelanos que seguem o roteiro desenhado por Washington, enquanto pressiona os governos da região a “defender a democracia”, iniciando um processo para suspender a Venezuela da OEA.

O representante da Venezuela na OEA, Samuel Moncada, antecipou que, na verdade, o que busca esta ofensiva é gerar o clima para uma “operação maior contra o país”, enfocada em desconhecer as eleições presidenciais na próxima Assembleia Geral de julho e estabelecer a Venezuela como um “Estado falido”, com a intenção de continuar agredindo com medidas de violação da legislação internacional, como um embargo petroleiro e o reconhecimento de um governo paralelo no exílio.

As operações psicológicas ou guerra de quarta geração – ações que vem sendo usadas desde 1999 – tiveram como meta impor no imaginário público internacional uma mudança de regime pela força após a eleição de uma Assembleia Constituinte, em 30 de julho de 2017. O certo é que a possibilidade de um ataque militar que nunca havia sido tão propícia, e o presidente dos Estados Unidos, Donald Trump não excluiu essa possibilidade. Agora, cabe ao sistema cartelizado de terror midiático convencer a opinião pública da pertinência dessa empreitada.

As desculpas são várias: uma a favor da intervenção para restabelecer a democracia, outra contra o Estado canalha ou falido, e uma terceira que é o apelo por questões humanitárias. O tema da crise humanitária é alimentado por toda uma série de ONG com objetividade duvidosa (e financiamento conhecido) e retomado pelo sistema midiático hegemônico para legitimar uma intervenção militar estrangeira “com fines humanitários”.

Seguindo o mesmo argumento da crise econômica e das recomendações de Pence, o governo golpista do Brasil ordenou uma ação militar na fronteira com a Venezuela, enquanto a Colômbia, decidiu construir acampamentos para refugiados nas cidades fronteiriças.

A internacional capitalista

A internacional capitalista existe, é mobilizada pelo movimento libertário de extrema direita (em inglês, se autodenominam libertarians) e, obviamente, está muito bem financiada: funciona através de um imenso conglomerado de fundações, institutos, ONGs, centros e sociedades, unidos entre si por conexões difíceis de detectar, entre os que se destaca a Atlas Economic Research Foundation, ou Rede Atlas.

Cabe destacar que vários líderes ligados à Atlas conseguiram ganhar notoriedade ultimamente: vários ministros do governo conservador argentino, senadores bolivianos e dirigentes do Movimento Brasil Livre (MBL), que ajudaram a derrubar a presidenta constitucional Dilma Rousseff, segundo afirma Lee Fang em um exaustivo informe no The Intercept.

A rede que ajudou a alterar o poder político em diversos países é uma extensão tácita da política exterior dos Estados Unidos – os think tanks associados à Atlas são financiados pelo Departamento de Estado e pela National Endowment for Democracy (NED, sigla em inglês de “Fundação Nacional para a Democracia”), braço crucial do soft power estadunidense e diretamente patrocinada pelos irmãos Koch, poderosos bilionários ultraconservadores.

A NED e o Departamento de Estado, que contam com entidades públicas que funcionam como centros de operação e ação de linhas e fundos como a Fundação Pan-americana para o Desenvolvimento (PADF), Freedom House e a Agência do Desenvolvimento Internacional dos Estados Unidos (USAId), são os principais entes que distribuem as diretrizes e os recursos, em troca de resultados concretos na guerra assimétrica na que participam.

Atlas conta com 450 fundações, ONGs e grupos de reflexão e pressão, com um orçamento operativo de cinco milhões de dólares (2016), entregues por suas fundações “benéficas e sem fins de lucro” associadas, que apoiaram, entre outras, o MBL e as organizações que participaram da ofensiva na Argentina, incorporados pelo partido governista PRO (Proposta Republicana), criado por Mauricio Macri, além das forças da oposição na Venezuela, e do candidato de direita nas eleições presidenciais chilenas, Sebastián Piñera.

A rede tem 13 entidades filiadas no Brasil, 12 na Argentina, 11 no Chile, 8 no Peru, 5 no México e na Costa Rica, 4 no Uruguai, na Venezuela, na Bolívia e na Guatemala, 2 na República Dominicana, no Equador e em El Salvador, e 1 na Colômbia, no Panamá, em Bahamas, na Jamaica e em Honduras.

Os líderes do MBL e os da Fundação Eléutera – um grupo de “especialistas” neoliberais extremadamente influente no cenário pós-golpe hondurenho – receberam financiamento da Atlas e formaram parte da nova geração de influenciadores políticos que passaram por seus seminários de treinamento nos Estados Unidos.

A extrema direita “moderna” é o movimento libertário que hoje navega com o pavilhão republicano, que baseia seu acionar numa deliberada estratégia de desinformar as maiorias para impor suas políticas plutocráticas, tendo na Rede Atlas a sua principal propulsora na América Latina.

O mecenas desse movimento é o multimilionário Charles Koch, que adotou a tese de James McGill Buchanan – economista da Universidade de Chicago e Prêmio Nobel – para desarmar o Estado progressista, com uma estratégia operativa em defensa da santidade dos direitos da propriedade privada e cerceando a democracia como forma de fazer o capitalismo prosperar.

Entre as quinze organizações mais importantes financiadas por Koch estão a Americans for Prosperity, o Instituto Cato, a Heritage Foundation, o American Legislative Exchange Council, o Mercatus Center, Americans for Tax Reform, Concerned Veterans of America, o Leadership Institute, Generation Opportunity, o Instituto Pela Justiça, o Independent Institute, o Clube do Crescimento, o Donors Trust, Freedom Partners, Judicial Watch, etc. Junto com elas, devem ser incluídas outras 60 organizações da Rede de Políticas dos Estados Unidos.

Agora, os Koch poderiam estar bem posicionados para se tornar os novos magnatas dos meios de comunicação conservadores, após a compra da casa editorial Times. Embora Trump demostre estar obcecado com o prêmio de “personalidade do ano” entregue pela revista, tudo parece indicar que os Koch têm uma relação mais estreita com o vice-presidente, Mike Pence, que corre por fora para ficar com o galardão.

Pence é o candidato que recebeu mais doações (oficiais) do outro irmão multimilionário, David Koch. Entre tantas, se destaca uma de 200 mil dólares recebidos por Pence e sua candidata a vice-governadora quando ele concorreu ao governo do Estado de Indiana, em 2012, e os 100 mil entregues a título individual antes de ser incluído na chapa de Trump como candidato à vice-presidência.

A lista citada não incluo as doações que se podem fazer através do Comitê para a Campanha do Partido Republicano, e que podem ocultar seu receptor de forma legal. O fato é que a relação entre o vice-presidente e os irmãos Koch é muito próxima. Pence fez a eles um favor político (e financeiro) importante na primavera de 2009, quando o Congresso iria a aprovar medidas para controlar as emissões de carbono e Pence apoiou uma proposta impulsada pelos Koch e conhecida como “a promessa de não criar um imposto climático”.

A secretária de Educação de Trump, Betsy DeVos, faz parte da Rede Atlas, liderando o Acton Institute, um grupo de reflexão de Michigan que desenvolve argumentos religiosos a favor das políticas dos libertários de ultradireita, que agora mantêm uma filial no Brasil, o Centro Interdisciplinar de Ética e Economia Personalista. Mas a figura principal do esquema hoje é Judy Shelton, economista e membro principal da Rede Atlas, responsável pela NED, após ser conselheira da campanha de Trump

Calmo, porém imperial, o ultraconservador Pence, com o apoio dos Koch e da Rede Atlas, pensa que seu caminho à Casa Branca deve se consolidar com a destruição da Venezuela, de Cuba e da Nicarágua, e qualquer país que tente políticas soberanas ou que não favoreça a entrega de suas riquezas e recursos naturais às megacorporações transnacionais e estadunidenses em especial.

Álvaro Verzi Ranger é sociólogo venezuelano e codiretor do Observatório de Comunicação e Democracia

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