Al hundimiento del gobierno de Macri no lo salva el FMI/ FMI não salvará Macri do naufrágio do seu governo

1.226

Jorge Marchini

Se suceden en el último período en América Latina cambios rápidos y a veces hasta sorprendentes, pero el gran suceso de significación fue el anuncio del acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional por 50.000 millones de dólares. El «salvataje» fue interpretado ligeramente por los analistas del establishment como ‘ un fuerte respaldo» al gobierno argentino.

Es que hasta hace solo semanas éste era considerado un gobierno-modelo promercado admirable, surgido por las urnas tras prometer un futuro venturoso y una nueva era de crecimiento.

Mauricio Macri, el neoliberal presidente argentino, fue el ícono del neoliberalismo en el 2015, Ahora, tras 30 meses de gobierno, ha sido desalojado del podio luminoso   y va siendo una sombra que hunde al país, señala Luis Bruschtein. Tuvo tiempo para realizar un desastre financiero que desemboque en un futuro de rodillas. Pese a tantas loas, el FMI nos le perdonará ni un dólar a la Argentina.  Le impuso condiciones imposibles, aunque concedió un plazo de gracia insólito que protege a Macri hasta las elecciones del 2019.

¿Cómo se llegó a esta situación de tener que acordar con el FMI? Se ha llegado cediendo la soberanía al aceptarse decisiones de ese organismo internacional regenteado por el lobby de grandes banqueros y los países llamados centrales (Grupo de los 7, con clara preeminencia de los EEUU).  Éste prestará plata bajo condiciones draconianas incumplibles de reducción del gasto público, de intromisión en la legislación nacional y de obligar a mantener una salvaje liberalización el tipo de cambio. Esto último pese a que la escasez de divisas ha llevado solo en pocos días, y puede llevar aún más, a golpear salvajemente las condiciones de vida de la mayor parte de los argentinos.

Es como si, aun ante el desastre ya provocado por tanta irresponsabilidad e impericia, la ley de la oferta y demanda se debiera cumplir estrictamente. No se considera siquiera la significación fundamental de la cotización de la moneda en una época de alta inestabilidad e incertidumbre como la actual, en tanto no solo relaciona todos los precios (salarios, tarifas, interés, bienes, servicios, demás factores, etc.) con los del resto del mundo.

Es como si la dura experiencia vivida por Argentina con el fin del gobierno de Antonio de la Rúa en 2001 no hubiera sido aprendida. Entonces el FMI, luego de quitar apoyo a la “convertibilidad” del peso (cotización garantizada de 1 peso = 1 dólar) obligó al gobierno de Eduardo Duhalde, que asumió la presidencia en pleno caos económico y social en enero de 2002, a liberar el valor del dólar.

En el marco de un “corralito” financiero, se impuso un control cambiario estricto y la cotización del dólar pasó ser de casi de un peso a cuatro pesos. Hubo millones de perdedores que habían confiado en los “mercados abiertos y estables” que proclama hoy el FMI, pero que ayudó centralmente entonces a desestructurar, erosionando el valor de las tenencias de los pequeños ahorristas.

Se ha arribado al nuevo “stand-by” del FMI porque el gobierno de Macri se ha impuesto otra vez priorizar -como entonces el repudiado superministro Domingo Cavallo-  compromisos de una deuda pública que se ha generado por especulación financiera de corto plazo , mientras se permite la continuidad de una fuga gigantesca de capitales.  En tanto siguen la corrosión y turbias maniobras caen vertiginosamente el consumo de la población, se reduce el gasto público en gastos corrientes e inversión y se frena la economía toda.

Resultado de imagen para argentina se hundeLos que prevalecen son los negocios de los nichos que manejan pocos “amigos” (grandes negociadores de commodities, energía, sistema financiero y cambiario). La combinación k conlleva una fuerte caída del poder adquisitivo del salario y de las jubilaciones y pensiones, y con ello los menores ingresos paras las actividades que dependen del mercado interno que en conjunto representan más del 70% del PIB argentino, analiza el economista Horacio Rovelli.

Y advierte que el problema es que cuando no se cumple con lo firmado viene el castigo y es cambiar deuda por los activos más preciados que tenemos que son las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS y el yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta, en primer lugar, para seguir con el litio, las reservas de agua potable, etc.

El anunció a apoyo del FMI.  del 7 de junio es mucho mayor que el esperado inicialmente (de entre 20 y 30 mil millones). Trata de un “blindaje” de emergencia similar al brindado por el FMI a la Argentina al gobierno de De la Rúa a principios 2001 (entonces de U$S 40.000 millones), poco meses antes de su caída en el marco de la mayor crisis del país en su historia. .

Fin del discurso del gradualismo

a) La vía de ajuste que se plantea es una recesión enorme. Se terminó la sanata (el verso) del “gradualismo” que fue el discurso recurrente del gobierno de Macri desde diciembre de 2015.  No son comprensibles las referencias reiteradas a que la economía argentina tendrá solo “un menor impulso” en 2018 y 2019 (crecimiento del PBI 1,4% este año, y entre 1,5% y 2,5% en 2019). La estrategia que se plantea apunta a una fuertísima caída de la actividad económica, el empleo y los niveles salariales. No se sabe si los pronósticos que comparten el gobierno, el FMI son sólo una expresión de deseos (wishful thinking) o un ocultamiento perverso. ar macri fmi2

b) Apuntan a un cambio de precios relativos, con una caída de ingresos reales de la mayor parte de la población, al plantear que  ellos queden muy  atrasados  en relación a la devaluación y la inflación. Se apunta a un descenso que sea mucho más severo que el que ya se produjo ya en las últimas semanas.

El programa no apunta como objetivo central a bajar la inflación, pese a así clamarlo los voceros gubernamentales. El destino de las entregas en cuotas del FMI apuntan sólo a cubrir pagos financieros inmediatos ya comprometidos. No tendrán como destino el cubrimiento el grave déficit de la balanza de pagos corriente mientras continua de gigantesca fuga de capitales

El paquete del FMI sólo alcanza para el cubrimiento (blindaje) de compromisos financieros de una deuda pública en moneda extranjera. Se abandona la intervención del Banco Central para anclar expectativas a la cotización del dólar. Habrá que ver cómo desarman el globo de las Letras del Banco Central (Lebac) -endeudamiento de corto plazo en pesos que aun significan casi 50.000 millones de dólares equivalentes no contemplados en la protección del FMI sin mayor corrida al dólar, pero sobre todo, sin que se desmorone el gobierno.

c) Los analistas de Wall Street prevén aun una mayor devaluación del peso, dudan si se podrá imponer el ajuste, teniendo en cuenta condiciones y antecedentes (2001).

La crisis que vendrá

ar fmi macri inutilAunque no podemos anticipar el ritmo futuro de la crisis económica y social y sus derivados políticos, en Argentina como en el resto de los países de América Latina, seguirá presente un interrogante lógico en la sociedad – no solo entre los economistas-, el de si hay alternativas a los ajustes regresivos “exigidos por los mercados” .

El desarrollo de una alternativa en contracara a ajustes y/o manos duras dependerá centralmente del nivel de movilización y oposición que se genere en el próximo período.  De todas formas, en esta perspectiva será esencial que se supere la etapa de lamentos depresivos por “lo malos que son en el FMI” o “por la insensibilidad del neoliberalismo” para proponer propuestas alternativas consistentes y plausibles, que no pueden estar basada en meras consignas idealistas, sino en una interpelación radical.

Decía el expresidente uruguayo José Mujica: “No me gusta un carajo el FMI. Para qué desafiarlo si no podés. Dejalo ahí, pero más vale que nunca lo tengas que usar, ése es el asunto. En mi país en su momento logramos pagarle y agradecerle los servicios. No sé qué tiene que hacer la Argentina, y es problema de los argentinos. Lo que quiero decir es que ninguna institución va a resolver los problemas de fondo que tenemos. Eso depende de nosotros.”

Imagen relacionada Hay mucho en juego. Es urgente intensificar la batalla cultural para poner en evidencia el engaño presentado por el acuerdo, de que “con este programa continuaremos recorriendo un sendero de crecimiento sostenido, creación de empleo y reducción de la pobreza”.  Pero no solo denunciando lo que se está acordando, sino también planteando un nuevo horizonte y propuestas alternativas consistentes. Hay que hacerlo inmediatamente ya que la regresividad económica y social, la confusión y el desconcierto son enormes.

Esto no es novedoso: ha ocurrido a lo largo de toda la historia de América Latina, con sus repetidas crisis de la deuda. Lo primero a definir es cuáles son las prioridades y tomar la iniciativa.

*Profesor Titular de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Coordinador para América Latina del Observatorio Internacional de la Deuda (OID-IDO) Investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana y colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


EN PORTUGUÉS

FMI não salvará Macri do naufrágio do seu governo
Embora não possamos antecipar o ritmo futuro da crise econômica e social, e tampouco os seus derivados políticos, seguirá presente na Argentina, como nos demais países da América Latina, uma dúvida lógica para a sociedade, e não só entre os economistas: se há alternativas aos ajustes regressivos exigidos pelos mercados

Por Jorge Marchini

Neste último período, a América Latina vem passando por mudanças muito rápidas, às vezes surpreendentes, mas o grande acontecimento, o mais importante, foi o anúncio do acordo da Argentina com o Fundo Monetário Internacional, para um resgate de 50 bilhões de dólares. A iniciativa foi interpretada pelos analistas do establishment como “um forte apoio” do mercado ao governo argentino.

Até há poucas semanas atrás, o de Macri era considerado um governo-modelo pró-mercado, admirável, surgido das urnas e prometendo um futuro venturoso, com uma nova era de crescimento. “Mauricio Macri, o presidente neoliberal argentino, foi o ícone do neoliberalismo em 2015. Agora, após 30 meses de governo, tem sido desalojado do pódio luminoso, e já é visto como uma sombra que leva o país a um naufrágio iminente”, comenta o jornalista Luis Bruschtein.

O mandatário teve tempo para realizar um desastre financeiro que levou o seu país a um futuro de joelhos. Apesar de todos os elogios anteriores, e mesmo concedendo um prazo insólito para o pagamento – que visa proteger Macri até as eleições de 2019 –, o fato é que o FMI não nos perdoará, e cobrará cada dólar emprestado à Argentina, sem contar as condições impossíveis impostas a partir do acordo.

Como se chegou a esta situação de ter que pedir ajuda ao FMI? O país está cedendo soberania, ao aceitar as decisões desse organismo internacional regido pelo lobby dos grandes banqueiros e dos chamados países centrais (Grupo dos 7, com clara prevalência dos Estados Unidos). Para emprestar o dinheiro, o Fundo fará exigências draconianas de redução do gasto público, e poderá intervir na legislação nacional, impondo a manutenção de uma selvagem liberalização do tipo de câmbio – apesar da escassez de divisas produzida em poucos dias, que pode se repetir e afetar drasticamente a condição de vida da maioria dos argentinos.

Diante de um desastre que provocado por tamanha imperícia e irresponsabilidade, a solução proposta é a de aplicar a lei da oferta e da procura ortodoxamente. Não se considera sequer a significação fundamental da cotação da moeda numa época de alta instabilidade e incerteza, como a atual, e se relaciona todos os preços (salários, tarifas de serviços básicos, juros, bens, serviços e demais fatores) com os do resto do mundo.

A dura experiência vivida na Argentina com o fim do governo de Fernando de la Rúa, em 2001, parece não ter ensinado nada. Naquele então, o FMI, depois de negar o apoio à “convertibilidade” do peso (que significou forçar a cotação de 1 peso = 1 dólar) obrigou o governo de Eduardo Duhalde, que assumiu a presidência em pleno caos econômico e social, em janeiro de 2002, a liberar o valor do dólar.

Em meio a um corralito financeiro, foi imposto um controle cambiário estrito e a cotação do dólar passou a ser de quase 1 dólar = 4 pesos. Houve milhões de perdedores que confiaram nos “mercados abertos e estáveis” – os mesmos que voltam a ser proclamados hoje pelo FMI –, que provocaram uma desestruturação, levando a uma erosão do valor economizado pelo cidadão com sua simples caderneta de poupança.

Agora vem o novo pacote de exigências do FMI, e o governo de Macri decidiu, priorizar os compromissos de uma dívida pública gerada pela especulação financeira de curto prazo – o mesmo erro cometido naquela vez pelo repudiado superministro Domingo Cavallo –, enquanto se permite a continuidade de uma fuga gigantesca de capitais.  Paralelamente, os efeitos dessas turvas manobras são a queda vertiginosa do consumo da população, a redução do gasto público e dos investimentos, freando toda a economia do país.

“Os que prevalecem são os negócios dos nichos que manejam poucos amigos (grandes negociadores de commodities, energia, sistema financeiro e cambiário), combinação que gera uma forte queda do poder aquisitivo do salário e das aposentadorias e pensões, e com isso menores rendas para as atividades que dependem do mercado interno (que no conjunto representam mais de 70% do PIB argentino)”, analisa o economista Horacio Rovelli, que também adverte sobre o castigo que virá caso o país não cumpra com o acordado agora, que seria a perda dos ativos mais importantes que a Argentina possui, como as ações do Fundo de Garantia de Sustentabilidade da ANSES (previdência argentina), as jazidas de hidrocarbonetos de Vaca Muerta, as reservas de lítio e água potável, etc.

O apoio do FMI, anunciado no dia 7 de junho, é muito maior do que o esperado inicialmente – que seria de 20 ou 30 bilhões, mas na verdade será de 50 bilhões de dólares. Trata-se de uma blindagem de emergência similar à entregue pelo mesmo FMI ao governo de De la Rúa, no começo de 2001 (de 40 bilhões), poucos meses antes de sua renúncia, em meio à maior crise do país em toda a sua história.

O fim do discurso do gradualismo

a) A via de ajuste que se pretende estabelecer levará o país a uma recessão enorme. Acabou o discurso do gradualismo, que foi muito usado pelo governo de Macri desde dezembro de 2015.  Não são compreensíveis as reiteradas previsões de que a economia argentina terá somente “um menor impulso” em 2018 e 2019 (crescimento do PBI de 1,4% este ano, e entre 1,5% e 2,5% em 2019). A estratégia planejada visa uma fortíssima queda da atividade económica, do emprego e dos níveis salariais. Não se sabe se os prognósticos do governo e do FMI são só uma expressão de desejos (wishful thinking) ou um ocultamento perverso.

b) Espera-se uma variação relativa nos preços, devido à queda na renda da maior parte da população que já é afetada pela desvalorização do peso e pela inflação. A piora nas condições de vida dessas pessoas será muito mais severa que a produzida nas últimas semanas.

O programa não considera que conter a inflação seja um objetivo central, embora os ministros do governo assegurem que assim será. Os recursos emprestados pelo FMI visam somente cobrir os pagamentos financeiros imediatos já comprometidos. Não está destinado a solucionar o grave déficit da balança de pagamentos corrente, nem deter a gigantesca fuga de capitais, que continua sendo um problema.

O pacote do FMI, portanto, não passa de uma ajuda para cumprir com os compromissos financeiros de uma dívida pública em moeda estrangeira. O Banco Central não poderá mais intervir para ancorar as expectativas na cotação do dólar. Também não há certezas sobre como o governo enfrentará a nova crise de pelo próximo vencimento de títulos a serem pagos pelo Banco Central (as chamadas “lebacs”), que significam quase 50 bilhões de dólares, quase equivalentes ao total deste novo empréstimo do FMI, e isso sem provocar uma maior corrida pelo dólar e sem que isso leve a uma nova crise, talvez definitiva.

c) Os analistas de Wall Street estão prevendo uma desvalorização ainda maior do peso, e duvida que o ajuste seja imposto, tendo em conta as condições e antecedentes (2001).

A crise que virá

Embora não possamos antecipar o ritmo futuro da crise econômica e social, e tampouco os seus derivados políticos, seguirá presente na Argentina, como nos demais países da América Latina, uma dúvida lógica para a sociedade, e não só entre os economistas: se há alternativas aos ajustes regressivos exigidos pelos mercados.

A criação de uma alternativa a esses ajustes dependerá centralmente do nível de mobilização e oposição que se gere no próximo período. Em todo caso, nesta perspectiva, será essencial superar a etapa de lamentos depressivos pelos “malvados do FMI” ou “pela insensibilidade do neoliberalismo”, e partir para a da elaboração e apresentação de propostas consistentes e plausíveis que sirvam como contraponto, e que não podem ser baseadas em meras consignas idealistas, e sim numa interpelação radical.

Já dizia o ex-presidente uruguaio José Mujica: “não gosto do FMI, mas para que desafiá-lo, se eu não posso? Deixa ele ali, desde que eu nunca tenha que usá-lo, essa é a questão. No meu país, quando pudemos pagamos a dívida e agradecemos o serviço. Não sei o que a Argentina tem que fazer, é problema dos argentinos. O que quero dizer é que nenhuma instituição vai resolver os problemas das pessoas. Isso depende de nós”.

Há muita coisa em jogo. É preciso intensificar a batalha cultural, para evidenciar o erro que esse acordo representa, e que é falso o argumento de que “com este programa continuaremos percorrendo um caminho crescimento sustentado, criação de emprego e redução da pobreza”.  Mas não só denunciando o acordo, senão também planteando um novo horizonte, com propostas alternativas consistentes. Devemos fazê-lo imediatamente, já que a regressividade econômica e social e a confusão das pessoas sobre o que realmente está acontecendo são enormes.

Isso não é novidade: tem ocorrido ao longo da História em toda a América Latina, com suas repetidas crise de dívida. Primeiro, é preciso definir quais são as prioridades, e logo tomar a iniciativa.

Jorge Marchini é professor titular de Economia da Universidade de Buenos Aires, coordenador para a América Latina do Observatório Internacional da Dívida (OID-IDO), investigador do Conselho Latino-Americano de Ciências Sociais (CLACSO), vice-presidente da Fundação para a Integração Latino-Americana (FILA) e colaborador do Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.