Macri quiere empezar de nuevo… ¿no será tarde?/ Macri quer começar de novo… não será tarde?

894

Juan Guahán|

Después del zafarrancho de la semana pasada, Macri y “el mejor equipo de los últimos 50 años” se hacen los distraídos y quieren convencer que ¡no ha pasado nada!

Lo que el gobierno llamó “turbulencias” estuvieron cerca de ser un tifón. Al rancho se le volaron las chapas, Mauricio Macri y demás inquilinos que ahora quieren aparecer sonrientes y tranquilos estuvieron al borde un ataque de nervios. Es que la cosa no era para menos. Se sintieron traicionados. Quienes habían sido notoriamente favorecidos ahora sacaban enormes ganancias. No les importó la suerte de quienes los habían privilegiado y que ahora estaban en la cuerda floja producida justamente por aquellos beneficiados.

¡Así de cruel es el capitalismo y la avaricia por mayor ganancia! Los grandes grupos financieros olieron sangre y fueron a esquilmar al Estado aprovechando la debilidad de quienes deberían defenderlo, no digamos por patriotas pero sí –por lo menos- porque ese Estado les paga los sueldos.

De todas maneras que nadie se llame a engaño, la cuestión no terminó, sino que empezó otro proceso. Ahora el Presidente ya no tiene “el tiempo de gracia” con el que cuentan todos los presidentes recién llegados. Ahora viene de un fracaso, bastante estrepitosos y en el punto más fuerte que tenía: el apoyo de los agentes de poder extranjero. En ese mundo interaccionan dos tipos de intereses: Los estatales y los puramente económicos.

Ambos se vinculan y –genéricamente- apoyan, pero a veces hay tiempos distintos. Es por eso que –hoy- los actores políticos, léase jefes de gobierno y Estado, le dan su apoyo. Éstos son parte del poderoso G 20, que se reúne en diciembre en Buenos Aires y que tiene a Macri como Presidente. Sería una vergüenza –para ellos- que el actual Presidente del G 20 tuviera que piantarse en el helicóptero. En cambio los sectores económicos actúan por el incentivo, inmediato y real de las “efectividades conducentes”, de la platita.

El macrismo hizo un diagnóstico equivocado y una apuesta financiera incorrecta, más allá de los beneficios personales -que algunos miembros de sus familias- pueden haber recibido. El hecho de “ser alto, delgado y de ojos celestes”, atribuido a los antecedentes conservadores de Macri, le daba un cierto lustre internacional. Pero ello no le garantizaba el apoyo irrestricto de quienes, como los banqueros, ponen la ganancia en primer lugar. Por eso apostó a una inexistente “lluvia de inversiones” y al primer cimbronazo, cuando la economía norteamericana empezó absorber capitales, aquí estalló el problema -que venimos arrastrando- de insostenibles modelos de tipo agroexportador.

Esta semana superó el “supermartes” con un fuerte vencimiento de las letras del Banco Central (LEBACS), pero ahora, casi todos los meses, vendrán otros vencimientos, aunque sean algo menores. Pero de lo que vendrá nos ocuparemos al tratar las consecuencias socio económicas de lo ocurrido y también de sus efectos políticos.

 Las “turbulencias”, el stand-by y sus efectos socioeconómicos

Lo que el gobierno llamó turbulencias, que estuvieron a un tris de producir una catástrofe, nos mandaron al Fondo… Ahora estamos rogando que nos den un auxilio y empezamos a discutir las condicionalidades del Stand By.

Argentina se incorporó al FMI en 1956, después del Golpe de Estado de 1955 que derrocó a Perón. En 1958 se firmó el primer acuerdo de Stand By. Hasta la fecha se llevan firmados 18 acuerdos de este tipo. Lo hicieron radicales, peronistas, socialdemócratas, militares golpistas y civiles, títeres de militares y también otros, electos por el voto. ¡Extraña unanimidad! Pero no es la única “casualidad”. Otro detalle importante es que la inmensa mayoría de ellos terminaron mal para sus firmantes y también para el país. La pregunta sería: ¿Hay alguna razón para que éste Stand By, que se está tramitando, termine de otra manera? En otras oportunidades nos hemos referido a la causas de ese fenómeno y volveremos sobre el mismo.

Lagarde expuso ayer sobre el caso argentino en la reunión de directorio del organismo bilateral.El cuento que el FMI ahora es “otro”, es eso: un cuento. La matriz utilizada para las condicionalidades es la misma y los funcionarios cambian, por cuestiones biológicas, pero la necesidad de ellos -por mantener sus puestos- no se ha modificado. Christine Lagarde, la cara política del FMI, ofrece –con sus trajecitos, sacos a medida, su impostada y culta sonrisa- otra imagen. Pero nada cambia. ¡Por favor!, un poco de sentido común.

Es obvio que el FMI si nos va a prestar, con tasas a la mitad que lo que nos cobran los banqueros privados, es porque se toma  sus resguardos, para defender sus intereses y también para asegurar que los demás banqueros puedan seguir cobrando. Esas son las condicionalidades, que ya están a la vista. ¿Qué se puede esperar si nosotros emitimos bonos con tasas del 40%, o más, de interés? Es obvio, lo que viene es menor actividad económica. El anuncio de frenar obras públicas es una muestra de ello. Ésa va a ser su doctrina para bajar la inflación. Ésta, de todos modos, va a seguir subiendo, al menos será así en los próximos meses. Esa combinación de más inflación y menor actividad o estancamiento se llama estanflación y en ella empezaremos a transitar.

Digan lo que digan, el efecto social de estas medias también es obvio. A menos que el pueblo argentino haya decidido suicidarse en masa, irá saliendo a la calle. Eso que se llama resistencia se incrementará. Su destino es impredecible. De aquí en más ésta será una de las grandes preocupaciones del gobierno. Por eso busca amortiguarla metiendo a una parte de la oposición política en la discusión y buscando solidaridad para las medidas que va a tomar. No es que ahora han decidido “dialogar” lo que quieren es compartir las macanas que van a tener que hacer. Por otra parte no es fácil pedir mayores ajustes al pueblo cuando, no solo se dilapidaron más de 7 mil millones  de dólares para tratar de contener la reciente crisis; cuando, también hubo una mano demasiado abierta para algunos favoritismos que se fueron dando. El “blanqueo” de los familiares del Presidente, la baja en las retenciones a los exportadores de soja y la reducción de impuestos a las mineras; entre otras “delicias” del poder, no son “detalles” fáciles de olvidar.

 Efectos políticos de lo que pasó y se viene

El gobierno cumplió –hasta ahora- con su idea que las peores noticias debían darse antes del Mundial, lo que nunca imaginó es el nivel que las mismas alcanzarían y sus efectos sobre el futuro, tampoco sabe lo que vendrá a partir de esta crisis. Ahora el gobierno está “recalculando”. El macrismo que imaginaba -después de las elecciones de octubre pasado- tener la reelección asegurada, ahora lo que tiene son dudas y acechos. Las dudas provienen de la profundidad de los problemas que aparecieron.

Los acechos tiene que ver con algo parecido -en lo político- a lo que le pasó en el plano económico. Del mismo modo que los sectores financieros, ultra beneficiados, por este gobierno decidieron ir por más y desataron la crisis reciente, ahora le pasa algo parecido en lo político. El diario Clarín, uno de los que más ganaron con este gobierno, ahora se muestra renuente a mantener su apoyo a Macri.

En los últimos días ha circulado la versión que, desde el máximo nivel de ese diario, le habrían advertido al Presidente que si en 60 días no revierte su caída en las encuestas posarán su mirada en la gobernadora de Buenos Aires. Igual opinión tienen otros capitostes del poder. Eso no hay que descartarlo y representaría, para este macrismo, el mal menor.

Antes de perder todo y andar transitando con frecuencia los pasillos tribunalicios es mejor solo perder algo. Aunque nunca se sabe si eso será posible o si la alternativa futura viene acompañada de la tradicional “marchita”, estrenada oficialmente por Hugo del Carril. Eso es posible aunque las encuestas verifican que, por ahora, ningún opositor ha conseguido capitalizar la crisis y brutal caída en la opinión pública de las primeras figuras del oficialismo. Pero el futuro es muy incierto y el gobierno solo ha logrado “comprar tiempo”

De todas maneras y a pesar de las notorias diferencias crecen dos tendencias que el gobierno mira de reojo y con cierto temor. Hay variados intentos por suturar las heridas dentro del peronismo, aunque sea muy difícil un acuerdo para ir juntos en la primera vuelta ellas permitirían compromisos para el ballotaje (segunda vuelta); también hay conversaciones para avanzar en acuerdos frentistas con fuerzas cercanas, como el socialismo santafesino.

El oficialismo replica con otras ideas además de las candidaturas de Macri o la señora Vidal. Ellas tienen que ver con la posibilidad de armar un acuerdo con sectores peronistas significativos (algunos Intendentes del Gran Buenos Aires y algún gobernador como Juan Schiaretti por ejemplo), construyendo una reminiscencia del lanussismo (por el General Alejandro Agustín Lanusse) del Gran Acuerdo Nacional (GAN) que ahora -desde el gobierno- quieren recrear.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


 

EN PORTUGUÉS

Macri quer começar de novo… não será tarde?

Por Juan Guahán

Depois de semanas de descontrole cambiário, Macri e “a melhor equipe econômica dos últimos 50 anos” se fazem de distraídos e querem convencer o povo que não houve nada demais. Não mesmo?

O que o governo chamou de “meras turbulências” foi uma crise que esteve perto de se transformar num tufão. Mauricio Macri, que agora quer aparecer sorridente e tranquilo esteve a ponto de um ataque de nervos. Muitos dos que foram notoriamente favorecidos com tudo o que aconteceu agora contabilizam mais e mais lucros, e não se importam com o que vai acontecer com aqueles que os ajudaram a ganhar mais dinheiro, e que passaram dias na corda bamba que produziram justamente para favorecer esses beneficiados.

O capitalismo é assim, uma máquina cruel de estimular o lucro e a cobiça. Os grandes grupos financeiros sentiram o cheiro de sangue e avançaram sobre o Estado, aproveitando a fragilidade daqueles que deveriam defendê-lo, ao menos porque esse Estado é quem paga os seus altíssimos salários.

Começou outro processo no qual Macri perdeu tempo. Já vinha de um fracasso, bastante grande, numa questão que tinha entre as suas fortalezas que era o apoio dos agentes de poder estrangeiros.

Hoje, os atores políticos, chefes de governo e Estado lhe dão seu apoio, em especial os do poderoso G20, que se reunirá em dezembro, em Buenos Aires: seria uma vergonha para eles se o atual presidente do grupo tivesse que fugir da casa de governo em um helicóptero, como fez Fernando de la Rúa em 2001.

O macrismo fez um diagnóstico equivocado e uma aposta financeira incorreta, independente dos benefícios pessoais – que alguns membros de suas famílias – podem ter recebido. O fato de “ser alto, magro e de olhos celestes” aliado a um perfil ideológico conservador dá a Macri uma certa vantagem, com respeito à sua imagem internacional. Mas isso não garante apoio irrestrito, por exemplo, dos banqueiros, que pensam no lucro em primeiro lugar. O presidente argentino apostou numa inexistente “chuva de investimentos” e diante da primeira tormenta, com a economia estadunidense fortalecendo sua dinâmica de absorver capitais, se afundou em sua primeira crise, a qual vem se arrastrando sem discutir as falhas do seu modelo agroexportador.

Na última semana, Macri superou outra pequena crise, a do vencimento dos títulos de dívida do Banco Central (as chamadas “lebacs”), e o fez aumentando a dívida argentina. O problema é que agora terá que enfrentar vencimentos parecidos quase todos os meses, e mesmo que sejam por valores menores, a solução escolhida pela equipe econômica pode ser transformar numa pequena bola de neve de consequências inesperadas.

As turbulências e seus efeitos socioeconômicos

A “turbulência” esteve a um passo de se transformar em catástrofe, e de qualquer forma obrigou o país a voltar com chapéu na mão ao Fundo Monetário Internacional (FMI), a rogar por um auxílio, e começar a discutir as condições para ele.

A Argentina se incorporou ao FMI em 1956, depois do Golpe de Estado militar do ano anterior, que derrubou Perón. Em 1958, assinou o primeiro de 18 acordos: o fez com apoio de radicais, peronistas, social-democratas, militares golpistas e civis que eram títeres dos militares, além de outras figuras, eleitas regularmente pelo voto. Mas não é a única casualidade, já que a imensa maioria daqueles acordos terminaram mal para os que os assinaram, e também para o país.

A história de que “o FMI agora é outro” soa para os argentinos como história da carochinha. A matriz utilizada para as condicionantes dos acordos é a mesma, e os funcionários do Fundo só mudam por questões biológicas, mantendo intacto o viés ideológico. Christine Lagarde, a cara política do FMI, com seus trajes à medida e seu culto sorriso, até oferece outra imagem, mas é só imagem, não uma mudança real.

É óbvio que o FMI vai emprestar o dinheiro à Argentina, com taxas que são a metade do que os banqueiros privados cobram, porque a entidade também toma suas medidas para defender seus interesses, e também para assegurar que os demais banqueiros possam continuar cobrando o que cobram. Essas são as condicionantes que já estão claras. O que se pode esperar se a Argentina emitir bonos com taxas de juros de 40%, ou mais?

O que vem por aí é um país com menor atividade econômica. O anúncio de frear obras públicas é uma mostra disso. Essa vai ser sua doutrina para fazer cair a inflação, que ainda assim continuará subindo, ao menos nos próximos meses. Essa combinação de mais inflação e menor atividade (ou estagnação) se chama “estagflação” e nela estamos nos movendo.

O efeito social destas medias também é óbvio. A menos que o povo argentino decida se suicidar em massa, o efeito é que as pessoas começarão a ir às ruas. Isso que se chama de resistência se tornará mais visível nos próximos meses, e seu papel nessa luta é imprescindível. Daqui para frente, esta será uma das grandes preocupações do governo, e por isso busca acalmar essa insatisfação social incluindo a oposição política na discussão e buscando solidariedade para as medidas que irá tomar.

Não é que passaram a querer dialogar agora, o que querem é compartilhar o ônus das manobras que terão que fazer. Por outra parte, não é fácil pedir maiores ajustes ao povo quando não só dilapidaram mais de 7 bilhões de dólares para tentar conter a recente crise, como também mostraram uma mão bastante aberta para favorecer aos grandes grupos econômicos e fizeram algo diametralmente oposto a respeito das necessidades da população com respeito às tarifas dos serviços básicos (água, luz, gás, etc).

O “jeitinho” para livrar a cara dos familiares do presidente em suas dívidas milionárias com o Estado e a diminuição das taxas aos exportadores de soja, além da redução de impostos às mineradoras, são algumas das “gracinhas” do governo, “detalhes” que o povo não vai esquecer tão facilmente.

Os efeitos políticos do que já passou e do que ainda virá

O governo cumpriu – até agora – com sua ideia de que as piores notícias deveriam vir antes da Copa do Mundo, mas nunca imaginou que o nível dessas más notícias produziria efeitos sobre o seu futuro. Agora, está “recalculando” a rota. O macrismo imaginava que depois da vitória nas eleições legislativas do ano passado teria caminho livre até a reeleição, em 2019, mas se vê diante de um novo cenário cheio de dúvidas a esse respeito, devido à profundidade dos problemas que apareceram. Assim como os setores financeiros, ultra beneficiados por este governo, decidiram que querem ganhar mais e criaram esta crise mais recente, agora há uma situação parecida também em termos políticos.

O diário Clarín, um dos que mais ganharam com este governo e que vinha defendendo um discurso abertamente macrista, agora mostra certas dúvidas em manter seu apoio. Nos últimos dias, tem circulado uma versão que a direção da empresa jornalística teria advertido o presidente sobre a sua imagem, e que se ele não puder reverter sua queda livre nas pesquisas de opinião dentro de 60 dias, passaram a defender mais a governadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, como nova figura preferida, para tentar salvar o projeto. Outros grupos de poder mostraram igual opinião em artigos publicados na imprensa. Essa possível substituição não deve ser descartada. Seria o que a direita e os grupos econômicos consideram “o mal menor”: uma troca de cadeiras, queimar uma peça para não perder o poder.

Antes de perder tudo e andar transitando com frequência pelos corredores dos tribunais, é melhor somente perder um pouco, mas continuar mantendo as estruturas intactas. O problema é que nunca se sabe se isso será possível ou se a alternativa futura vem acompanhada da tradicional “marchinha peronista”, embora as pesquisas verifiquem que, por enquanto, nenhum opositor tenha conseguido capitalizar a crise e brutal queda na opinião pública das figuras mais destacadas do governo. Mas o futuro é muito incerto e o governo só vem conseguindo ganhar tempo, sem solucionar os problemas.

Sobre os problemas da oposição, há várias tentativas de curar as feridas ao interior do peronismo. Embora seja muito difícil um acordo para irem juntos ao primeiro turno, essa possível aproximação poderia significar um compromisso para o segundo turno, e também uma conversa para avançar em acordos com outras frentes, como a do socialismo santafesino.

O governismo responde com outras ideias além das candidaturas de Macri ou da governadora Vidal, e trabalha para armar um acordo com setores peronistas significativos (alguns intendentes da Grande Buenos Aires e algum governador, como o de Córdoba, Juan Schiaretti), construindo uma reminiscência da ditadura do general Alejandro Agustín Lanusse (1971-73), do Grande Acordo Nacional (GAN), que este governo agora quer recriar.

Juan Guahán é analista político e dirigente social argentino, associado ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégico (CLAE)

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.